Luna de sangre

Parte sin título 7

¿Cómo lo había hecho? No podía apartar esa duda de mi cabeza. Aún eran las siete, tenía demasiado tiempo libre y no sabía qué hacer. De golpe me acordé: aún no me había leído el trabajo de los Kurtlar de Jenna. Me fui a buscarlo en mi bolso. Lo saqué y empecé a leerlo:

Índice:

1. Historia.........................................................................................................1

2. Leyendas.......................................................................................................11

3. Jerarquía......................................................................................................23

4. Leyes...............................................................................................................30

5. Lazos..........................................................................................................38

6. Uniones.......................................................................................................45

7. Rituales........................................................................................................50

8. Transformaciones...........................................................................................57

« ¡Cuantas cosas! ¿Por dónde empiezo?». Mi curiosidad me dirigió al apartado de uniones:

UNIONES:

Depende de la especie, las parejas son diferentes. Los lobos y panteras tienen un emparejamiento similar, ya que los machos sólo se emparejan una vez y de por vida, y las hembras se pueden llegar a emparejar dos veces de por vida. Se suelen emparejar con humanos o otros de su especie, los emparejamientos de lobos con panteras son muy escasos, las estadísticas muestran que cada centenar hay como máximo cinco emparejamientos. Las parejas no son elegidas por el hombre o la mujer, es la naturaleza que les hace el uno para el otro, y su deber es encontrarse. Como saben quién es, es un misterio ya que solo su corazón lo sabe...

«Vaya... debe ser algo muy importante». Ya eran las nueve, estaba impaciente por ir, el tiempo pasaba tan lento... Miré el móvil, tenía un mensaje nuevo, pero el número era desconocido. Fruncí el ceño, ya tenía a Mason como contacto ¿quién podría ser? Lo leí para salir de dudas:

Te estoy viendoooo. No puedes escapar de mí,

Hasta la luna de sangre...

V.

Se me congeló la sangre en las venas después de leer eso. No sabía lo que significaba pero no podía ser nada bueno. De golpe sentí la necesidad de salir corriendo, pero solo iba vestida con unas medias casi transparentes negras y una camiseta de tirantes gris hasta los muslos.

Pensé en cambiarme, y lo hubiera hecho si la necesidad de salir corriendo de allí no fuera tan grande. Decidí ir con calma al pasillo para que nadie se alarmara. Al llegar a la salida, eché a correr hacia el árbol en que habíamos quedado Mason y yo.

Al llegar él ya me estaba esperando. Nos dimos un abrazo, y le dije:

- Tú primero.

- Soy un Kurtlar, Skye.-dijo cómo si estuviera confesando un crimen.

- Lo sabía.

- ¿De la noche del bar?- dijo con una sonrisa.

- Si- dije devolviéndole la sonrisa. Eso y que a los Kurtlar sólo se los podía detener si tenías mucha influencia entre ellos, y sólo escuchaban a los suyos. No digo que no puedas formar parte del clan, si puedes, pero tu voto solo tiene validez si eres Kurtlar. De alguna otra forma no los podía haber detenido.

-Ahora, dime tú, ¿Qué ocurre?

- He recibido un mensaje muy extraño- se lo mostré.

Pasamos unos minutos en silencio, pensando que podría significar ese mensaje. Pero fueron inútiles, no sabíamos el significado. Hasta que él de golpe levantó la cabeza y dijo con expresión triunfal:

- ¡Ya sé lo que es la luna de sangre! Me sonaba mucho, ahora me acuerdo... Verás la luna de sangre es una luna especial que solo aparece cada diez años, los Kurtlar la celebramos porque se dice que ese fue el día en que se creó el primero de los nuestros. Pero no sé qué tiene que ver... A lo mejor te está dando un ultimátum, o te dice cuando te va a... a buscar.- sabía que en realidad quería decir matar, pero le agradecí interiormente que no lo dijera.

- ¿Cuándo es la próxima?- dije preocupada.

- Dentro de seis días exactamente. Mira el lado positivo, no te tocará un pelo hasta ese día.- dijo en un pobre intento de animarme.

- No, pero me estará observándome si no es que ya me ha encontrado y me está vigilando... -Miré a mi alrededor, buscando el mínimo indicio de que hubiera alguien cerca. Totalmente inquieta.

- Estate tranquila, vete a dormir. ¿No tienes exámenes mañana?

- Sí.

- Pues vete a descansar. – me pasó un brazo por los hombros, reconfortándome.-Te he dicho que te tranquilices, lo resolveremos.

Asentí con la cabeza, era un poco tosco pero buen tío (ˆ-ˆ).

-Gracias, por todo. ¿Sabes? me recuerdas a un hermano mayor- dije con una sonrisa.

- Y tú a mí a una hermana pequeña que se mete en líos cada cinco minutos- dijo con una sonrisa mientras me revolvía el pelo con la otra mano. Tras eso me giré y le pegué un golpe en el hombro suavemente.

- Nos vemos.

-Adiós.- Me dijo, se dio la vuelta, se transformó en una espectacular metamorfosis en la que de golpe le apareció pelo por todo el cuerpo. Me emocioné, era la primera vez que observaba una transformación: era algo muy privado. Después de eso se fue.