Tengo un pequeño secreto. Nunca se lo he contado a nadie, no es porque no quiera es porque no puedo decírselo a nadie, ni siquiera a Evan el más cercano de mi familia.
Cuando siento que me invade la tristeza y el suplicio que condena mi alma me obliga a sumergirme en un aislamiento donde la soledad es mi único consuelo, anheló ver a mi madre pero ella no se encuentra en este mundo. Sus huesos descansan enterrados en un cementerio y su dulce voz es olvidada con el pasar del tiempo, su rostro es difuso ante la insistencia de recordar su apariencia. Es imposible que pueda recordarla y la añoro con nostalgia.
Mis métodos para mantenerla a mi lado no son bien vistos entre la comunidad y mucho menos después de lo que hizo mi madre; en la alta sociedad la consideran una asesina, una loca que merecía la muerte ¿Por qué nadie comprende las acciones de mi madre? ¿Por qué todos creen que intentó matarme cuando realmente deseaba salvarme? ¿Salvarme de qué? Nunca lo sabré. Me desmayé en el peor de los momentos y al despertar descubrí a mi madre con un puñal incrustado en su delgado cuello.
Escarbé con mis manos la blanda tierra y logré remover la pequeño caja de metal que mantenía mi más preciado objeto material. Lo abrí con la llave que llevó siempre conmigo colgando de mi cuello, oculta en mi pecho y de la vista de la servidumbre.
Ansié apreciar el cráneo intacto de mi madre, aquel magnifico cutis que resaltaba su elegancia que ahora yacía sin piel, sin vida. Lo tomé en mis manos como si se tratara del objeto más delicado y valioso que existía en el mundo, lo aprecié con fascinación; exhorta en las dimensiones de su suave mandíbula, las cuencas oscuras y vacías me transportaron a la noche en que sucedió todo, la noche en la que su vida finalizo de tan desagradable manera.
En una oscura noche de tormenta, los relámpagos parpadeaban iluminando las grisáceas nubes que se extendían por toda la ciudad. Los sonoros truenos provocó el despertar de los habitantes de la morada de los Ruttingill y con ello a los visitantes que se hospedaban en las habitaciones contiguas esperando que la incesante tormenta cesara.
Sin embargo, su estancia se prolongaría por varios días, el voraz viento había derribado arboles, los cuales, cortaron los caminos aislando a los habitantes y obligándolos a permanecer dentro de sus hogares.
Iana una de nuestras huéspedes llamó mi atención en el instante en que la descubrí en un estrafalario ritual, no me explicó como una niña de doce años era capaz de hacer tal atrocidad pero ella me enseñó como decapitar algo o a alguien. Nunca olvidaré su sonrisa de satisfacción en sus delgados labios y el cadáver despellejado de un gato en sus manos.
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El Secreto De Adelia
Mystery / ThrillerUn secreto que jamás debe salir a la luz. Un sueño inexistente y una verdad hiriente. Adelia intentara encontar al culpable que arremetio contra su paz, sin embargo, nunca se imagino que ese seria el peor error de su vida. ¿Quién es quié...