Cap 1

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La mañana llegó y con ella unos hermosos rayos dorados se colaban por la ventana de Emma. Como todas las mañanas había despertado temprano pero esa mañana no era como las demás. Hoy Emma esperaba el regreso de quién por años ha sido su motor. Leo regresaba. Sonó su teléfono. ¡Buenos días! Ella sonrío ante el llamado de su gran amiga de años, Abby. Buenos días madrugadora. Me imagino que debes estar despierta desde la madrugada. No pude pegar un ojo. ¡Pero claro que no! No me imagino estar en tu lugar. ¡Yo estaría en un hospital psiquiátrico con un colapso nervioso! Gracias Abby. No ahora en serio amiga estoy muy feliz por ti. No más que yo. Después de 10 años le dirás a tu adorado Leo. Sí,  así es. Y dime. ¿Qué le dirás? Ya sé. Te lanzarás sobre él y lo besaras apasionadamente y le dirás: "Leo...te amo soy toda tuya. Estás totalmente loca. ¿Lo sabías? Me conoces y sabes que jamás haría una cosa como esa. Lo sé Emma, solo te doy ideas. No sé cómo has podido amar así a un hombre. Y sobre todo por tantos años guardando tus sentimientos, sin mencionar tu... dulce cereza. No seas vulgar. Si fuera por ti ya tendría un libro de amantes. Bueno Emma es que de verdad habían unos que eran unos bombones deliciosos y tentadores. Pero me convino tu negativa después de todo. Lo sé. ¿Qué podía hacer? Los pobres quedaban destrozados por tu falta de interés, yo solo los consolaba. Abby; Abby. Sabes de sobra que yo no les interesaba solo se acercaban a mí por Rose o por ti. Pero eso nunca me importó y lo sabes. Yo solo quiero a un hombre en mi vida y ese es Leo. ¡Ok! Ya entendí, mujer casta del siglo pasado. Ya debo colgar tengo ensayo. ¡Es cierto! Y todavía ni me he bañado. Emma colgó a su loca amiga. Tomó su violín y salió de su habitación. ¡Vaya muy madrugadora la niña! Emma se paro derecha y cabizbaja. Si tía como siempre. Supongo. Pero hay algo diferente. La cruel de la esposa de su tío la revisaba. Te ves...Se comenzó a reír. Igual de patética como siempre. Se marchó por el pasillo riéndose. La vida de Emma no era fácil. Antes era feliz. Vivía con su madre y su hermano en aquella mansión. Su madre era hermana del esposo de aquella arpía llamada Debora. Su tío no era más que de título familiar porque si aquella la trataba mal su tío era peor. Si sus planes salían como ella imaginaba pronto saldría de aquella casa. Nunca entendió porqué aún la tenían allí. Siempre pensó que la correrían al cumplir sus 18 pero siempre la mantenían allí con ellos. Cada vez que quiere irse su tío se muestra amoroso y la convence de que aún es muy joven para enfrentarse a la vida. Que se enfoque en la música. Y eso ha hecho siempre dedicada al violín desde que tenía uso de razón. Por su talento y dedicación estudiaba en la mejor universidad de música. The Julliard School en Nueva una muy prestigiosa. Emma era una de las mejores estudiantes, a nivel de componer sus propias melodías. Le encantaba y solía mezclar el violín con música moderna. Tomando el metro tropezó con alguien que hablaba por un teléfono cayendo de bruces. ¡Óyeme pero que...! ¡Lo siento mucho! ¿Estás bien? Emma miró al dueño de la voz y quedo embelesada con el azul de sus ojos. Bueno creo que por cómo me miras te pasó algo. Salió del breve trance. ¡Por supuesto! Miró como un idiota me acaba de tirar al suelo. ¿No piensas levantarme? Aquel hombre se sonrió y extrañamente le gustó su sonrisa. La ayudó a ponerse de pie. Una cara bonita no debe arrugarse tanto de enojo. Emma siguió su camino igual que aquel hombre. No le dio mayor importancia porque hoy era un gran día como para amargarse.

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