Cap 3

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Amaneció, Emma no se levanto de su cama. Ya no había porque hacerlo. Su teléfono no dejaba de sonar pero ella no quería escuchar nada, ni a nadie. Su cuarto estaba todo oscuro, sin rayos de sol entrando por su ventana como siempre. Estaba como su corazón que sufría frío y dolor. Tocaron a su puerta pero no respondió y desistían de tocar pues creían que no estaba. Siempre solía contestar y a abrir pero se quedó callada. Horas más tarde se levantó y se marchó sin que nadie la notara. Fue hacia la casita retirada de la mansión donde solía ensayar con su violín. Era su sitio de escape cuando pasaban cosas en su vida. Dónde componía sus melodías. Entró y tomó su violín. Tocó lo más triste que vino a su mente.

Sí que sabes transmitir sentimientos. Miro hacia la voz que hablo. ¡Qué demonios! ¿Acaso me acosa? Él sonrío ante su enojo. Prefiero verte así que como anoche. No sé a qué se refiere. Anoche te veías triste. Dejó su violín en su lugar para irse. ¡Espera! No vas a preguntarme. ¿Qué hago aquí? No; no me interesa saberlo. Salió de allí encontrándose con Leo y Rose tomados de la mano. Vaya prima te ves desastrosa. La miró de arriba abajo. Emma no dijo nada. Leo fue y la abrazo pero Emma solo se quedo como una fría estatua de mármol. No mostró ningún sentimiento ante aquel abrazo. Solo quería irse lo más lejos posible de allí. ¿Conociste a Cristian? Si ya teníamos el gusto de conocernos. Dijo algo irónica. Si me disculpan tengo algo que hacer. Pensé que podíamos almorzar los cuatro juntos. Lo siento tengo planes. ¡En serio! Nunca sales después de un recital. Dijo su prima. Pero esta vez sí. Permiso. Un placer Emma. Ella le miró de reojo y siguió su camino. Emma iba a salir cuando Leo la detuvo. ¡Hey! Espera Emma. ¿Porqué vas tan deprisa? Pensé que querías hablar conmigo. Llevamos tres años sin vernos. Bueno es que estoy ocupada. Vaya pensé que estabas ansiosa y feliz por verme después de tanto tiempo. Al menos eso me escribías por computadora y cuando hablábamos. Sí pero tú tienes que estar con Rose y yo entiendo eso. Además tengo una vida también. Leo la jalo de la mano. ¿A dónde me llevas? No le contesto solo la llevo al auto y salieron de allí. No pronunciaron palabra alguna. Llegaron a su destino. Leo la llevo a la bahía, él se bajó, Emma se quedo en el auto brevemente para luego unirse a su lado. Ambos apreciaban la vista. Debí decirte antes. Ella sintió que se arruinó el momento pero no contesto a sus palabras. No lo planifique. Y no sabía cómo reaccionarías al enterarte de todo. ¡Por favor dime algo! ¿Cuándo? No creo que eso tenga relevancia ahora. ¿Cuándo? Volvió a preguntar con su mirada perdida en la distancia. Hace cuatro meses. Nos encontramos en París en una actividad de la compañía. Me la presentaron y luego me enteré de quién era. Yo me sentí atraído por ella grandemente. Y luego teníamos tanto en común y solo me enamoré Emma. Me enamore de Rose. Hacía años que no sentía un sentimiento como ese por alguien. Pensé que jamás lo haría hasta que Rose llegó a mi vida. Y ella me dijo que tú y ella habían tenido una muy mala relación y que ella habia actuado mal antes, pero desea cambiar. Me dijo que tú no le has dado la oportunidad, pero que entendía porque. Emma comenzó a reír ante aquella mentira. Y tú le crees, supongo. Emma a veces hay que dejar el pasado atrás y ver hacia el futuro y mejorar. La familia es importante. Sí Leo como digas. ¿Estás enojada? No Leo. Es amor y contra eso. ¿Quién lucha? ¡Oh Emma! Leo la abrazó. Quería llorar y decirle lo mucho que lo amaba, todo lo que su corazón sentía y que por años había callado. Pero se dio cuenta de que el amor era de dos y no de uno. Y ella se había enamorado sola. Leo jamás la amaría como ella lo amaba. La dejo en la casa de Abby y le contó a su amiga lo que había pasado. ¡Esa víbora! ¡Pero porqué no le dijiste que es una mentirosa y una...! Esta enamorado. Es verdad eso que dicen que el amor es ciego. Ni que lo digas Abby. Pues bien a rey muerto, rey puesto. Así que vamos de cacería. No. Pero. ¡Porqué no! No pretenderás seguir tras un hombre que no te merece Emma. Es un imbecil. No se puede solo borrar los sentimientos Abby. Los años dedicados a amar en silencio. Quisiera ser una computadora que se le borran las cosas y ya pero no lo soy. Y no creó volver a sentir esto por nadie. Bueno tal vez se le quite dentro de unos meses más. Cuando conozca la verdadera Rose. Ya antes había estado con otras chicas y las tronó en nada. No lo sé esta vez vi algo en su mirada distinto. Emma eres artista, no psicóloga. Superarás esto amiga, ya veras que sí. Su amiga la abrazo pero ella seguía como una estatua fría que solo muestra una reacción. El dolor era muy grande y no quería que nadie lo viera. Todo era un total desastre.

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