Capítulo 4

7 1 0
                                    

     Estoy nerviosa, muy nerviosa. Tanto Ro como Adrián no paran de mirarnos, parece que están en un partido de tenis. Y como no, su mirada, pero en este caso va acompañada de una sonrisilla pícara. Creo que Rubén está esperando a que yo de el primer paso y explicar esta situación.
-¿Os conocéis?.- pregunta Adrián incrédulo.
La cara de Ro sigue siendo un poema, y yo no me quedo atrás, creo que me he puesto tan roja que en cualquier momento puedo tener una combustión espontánea.
-Chloe, ¿pasa algo? Te has puesto como un tomate...¿alguno puede decirnos algo?.-insiste Ro.
Veo que Rubén se está poniendo nervioso y no entiendo el motivo, simplemente coincidimos en la floristería. Cuando miro a Adrián, este tiene su mirada fija en Rubén, ¿pero que les pasa?. No entiendo nada, el nerviosismo de ambos es un tanto inquietante.
-Ehhh, verás Ro, el martes cuando fui a la floristería conocí por casualidad a Chloe, en ningún momento pensé que era vuestra Chloe. En fin, el caso es que conversamos algo junto con Nuria y poco más, cada uno continuó con sus asuntos.-le explica Rubén a los otros dos. Le noto nervioso y no para de rascarse el cuello, se va a hacer una roncha como siga así. Tampoco entiendo porque da tantas explicaciones.
-Vaya casualidad, quizás el destino ha querido deciros algo. Adrián, cariño creo que nos reclaman en la barbacoa.-

     ¿En serio Ro?. Será...lo que me faltaba, si ya estaba nerviosa antes, ahora que estos dos nos han dejado solos creo que me voy a morir. De verdad no puedo hacer ¡chas! y desaparecer.
-Vaya, la verdad es que no esperaba encontrarte aquí, pero he de decir que me alegro, mucho.-me dice con esa voz tan varonil y sensual. Este hombre me pone tensa a unos niveles indecibles. Ahora que me fijo más detenidamente, es muy guapo. Tiene una mirada tan penetrante que creo que en cualquier momento se me van a caer las bragas. Y sus labios, por favor, desearía morderlos ahora mismo. ¡Chloe! Pero qué estás diciendo. Que me está pasando, yo no soy así.
De pronto siento una descarga eléctrica, y es entonces cuando quiero lanzarme a sus brazos y sentir su piel contra mi piel sin nada de por medio. Su tacto me ha dejado noqueada, esto no puede estar pasando, no a mí, no ahora.

-¡Ey preciosa! Que te pasa te has quedado muy callada.-me dice aún con su mano en mi brazo, y es entonces cuando me doy cuenta que se ha acercado demasiado a mi rostro. Puedo oler su perfume, y creo que él lo ha notado, porque no deja de sonreír. La tensión entre nosotros es evidente.
-Disculpa, eh...yo, esto, creo que Ro quiere que le ayude en algo.-le digo a duras penas, ya que no soy capaz de articular una frase en condiciones. Cuando me alejo, sigo sintiendo su mirada.

-Chloe, cariño tengo que contarte algo, si Adrián se entera que te lo he dicho soy mujer muerta, y tú no quieres que eso ocurra ¿verdad?.- me empieza a decir Ro acariciando su barriga mientras aletea sus pestañas.- verás, al parecer, Rubén le contó a Adri acerca de vuestro encuentro, no exactamente refiriéndose a ti como nuestra Chloe, sino más bien como una mujer hermosa que no se podía sacar de la cabeza, no sé si me explico.-

Sigo mirándola con los ojos abiertos de par en par, ¿de verdad el no había dejado de pensar en mí desde nuestro encuentro? no creo que él haya sentido esa misma descarga que me provocó su contacto antes, solo hay que verme. El es un pedazo de hombre y yo una mujer de lo más normal.

     -Mira yo solo te digo que lo pienses, habla con él, no sé, podéis quedar algún día, es un buen tío Chloe.-
No puedo salir de mi asombro, ¿esto está sucediendo de verdad?. Me atrae un montón no lo voy a negar, pero de ahí a tener una relación, no puedo, no estoy preparada. Y tampoco soy mujer de una sola noche, a parte, creo que con el no sería capaz. Siento que si comienzo algo con él nunca más podré respirar por mi misma.

     Cuando todos se van sentando en la mesa, veo que Rubén me señala la silla contigua a la suya, su mirada me taladra suplicándome que le de el gusto de sentarme a su lado. Y como tonta, allá que voy.
Nuestras miradas siguen la misma dirección, está química entre los dos va a explotar, espero que nadie más se percate de la tensión sexual que existe entre nosotros.
La comida empieza a servirse y el resto de invitados charlan alegremente, mientras que Rubén y yo solo nos miramos, intensamente.
-Chloe, se que tú has sentido lo mismo que yo, lo puedo notar.-por fin uno de los dos rompe el hielo. -No quiero que te asustes, pero, me gustaría que algún día quedásemos, no sé, qué dices.- la manera en la que me lo pide, es imposible ser rechazada.
-Yo, bueno, no sé si es buena idea...-
-Por favor, solo probemos, conozcámonos, Chloe, me gustas, quizás este loco pero desde el día que te conocí en la floristería no he podido sacarte de mi cabeza. No te puedo explicar que es lo que me pasa contigo, solo sé que tengo ganas de conocerte.-
-Bien, de acuerdo, quedemos un día, la verdad, a mí también me apetece, pero tendrá que ser cuando vuelva de mis vacaciones, voy a irme unos días fuera...-
-¿Ya sabes dónde vas a ir, has reservado algo?.- dice Ro, entrometiéndose en la conversación. ¿Qué? desde cuando lleva escuchando la muy cotilla.
-No Ro, aún no tengo nada planificado, solo sé que quiero irme a una zona tranquila de montaña, mañana pensaba ponerme a ello.- le replicó recalcando cada sílaba, haciendo entender mi pequeño enfado por su intromisión.
- Pues mira, Rubén tiene una casita rural que suele alquilar en Zaragoza, esa parte no la conoces ¿no? podría ser una opción, y quién sabe, igual hasta él puede hacerte de guía.-la mataría, si, la mataría ahora mismo sino fuese porque lleva al bebé de mis ojos y mi corazón dentro y la pobre criatura no tiene culpa de tener una madre así.

-Ro, no puedes planear mis vacaciones metiendo a Rubén de por medio, no tiene otra cosa mejor que hacer que estar pendiente de mi, lo que le faltaba...-
-En realidad me parece una idea fantástica, y me encantaría poder enseñarte aquella zona. Así también podríamos tener esa salida que hablábamos antes.-me interrumpe él con una sonrisa esperanzadora. Así quién es capaz a decir que no.
-Si realmente alquilas la casita, por mí no hay problema, es cierto que esa zona no la conozco, pero no quiero que te sientas obligado a hacerme de guía, de verdad.-
-Para mi no es ninguna obligación, más bien lo contrario. Mi casa está a tu entera disposición.-su sonrisa cada vez es más amplia. Este chico me va a matar como siga por ese camino.
-Pues no hay más que hablar, ya tienes tus vacaciones, has visto qué bien, con guía incluido, te va a encantar, aquello es precioso.-sentencia Ro.

     Todos siguen disfrutando de la cena charlando animadamente. No dejo de dar vueltas al viaje que me han planificado en un momento. Tengo miedo, en solo unas horas este hombre ha conseguido que le diga que sí a todo, que va a ser de mí después de una semana entera.

-Es verdad que los paisajes allí son preciosos, pero pongo la mano en el fuego porque tú los eclipsarás Chloe, estoy seguro de ello. No veo el momento de poder disfrutarlo contigo.- me susurra al oído de una manera muy sensual, sus labios pronuncian mi nombre de una manera demasiado obscena para tener tanto público. Su intensidad hace que mi cuerpo se estremezca y desee besarlo allí mismo, es tal la excitación que en mi provoca , que me veo contestando sin pensar.

-Lo estoy deseando.-

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora