Capítulo 2

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     Bueno allá vamos Chloe, martes, un día menos para acabar con la boda de Luisa y poder irte unos días de vacaciones, lo necesito. Ayer cuando llegue a casa, decidí que después de esta boda me tomaría unos días. En verano es época  alta para nosotras en cuanto a trabajo, todos los fines de semana hay una boda mínimo, y algún evento social también puede darse. Con lo cual ni Lola ni yo nos hemos cogido días desde Abril, que barbaridad, nos lo merecemos.
     

     Una vez duchada, maquillada y peinada, me visto con un vestido holgado color cereza, muy hippie y fresquito. Le añado algunas pulseras doradas y mis sandalias doradas todo terreno, con el poco bronceado que he cogido este año me veo más favorecida con esos colores. Me preparo mi tostada con aceite y pavo, mi zumo de naranja con pulpa y mi café vanilio con un chorrito  de leche condensada.

     Hoy tengo que visitar la floristería y la pastelería, con lo cual voy a estar muy entretenida. Ya he avisado a Lola de la planificación del día, y hemos quedado en vernos por la tarde para probar entre las dos los dulces encargados para la boda. Luisa la pobre no va a poder venir, y ha delegado en nosotras la responsabilidad de paladear los dulces. Creo que trabaja demasiado, se está perdiendo la parte bonita de los preparativos, pero al parecer su jefe le ha reprochado que bastante se ha escaqueado con la excusa de la prueba del vestido. En vez de hacer la vida más fácil de la pobre mujer, le da más trabajo a dos semanas de su boda, sin comentarios.

     -¿Si?.- contesto mi teléfono personal.
     -¡¡¡Hola guapita!!!.-
     -Ro, que tal, ¿cómo estáis?.-
     -Uff, muy pesada, pero genial, deseando que nazca ya. ¿Y tú?, como llevas esta semana, me dijo Ali que esta semana era la boda express ¿no?.- me dice ella riéndose.
     -Si neni, esta semana es, lo llevo bien, pero ya sabes que me he tenido que implicar bastante más a causa de que la novia trabaja mucho. Bueno, en realidad estos días genial, tú sabes, prueba de dulces, flores, pero a partir del jueves mejor no me habléis, puedo morder.- digo soltando una carcajada.
     - Por eso te aviso hoy, para que te vayas mentalizando y no acepto un NO por respuesta.- me contesta ella remarcando las últimas palabras.
     -Sorpréndeme.-
     -Con la excusa del nacimiento del bebé queremos reunir a los amigos y pasar un buen ratito, hemos pensado hacer una barbacoa el sábado, y antes de que me digas nada, te informo que será por la noche, y sé perfectamente porque Lola me lo ha confirmado que la boda es a medio día. Por lo tanto a media tarde estás libre, puedes hasta descansar, prepararte tranquilamente y venir sobre las nueve, porque aunque le hemos dicho a la gente que venga sobre las ocho a ti te dejo una hora más de relax, ¿entendido?.-
     -A sus ordenes capitán, ¿ya has acabado de decirme todas las posibilidades habidas y por haber para que no te pueda rebatir mí no asistencia?.-
     -Chloe por favor, a parte de la pandilla van a venir compañeros y amigos de Adrián, y todos han dicho que sí, hasta viene su amigo de Zaragoza. Venga porfis, ven.- me suplica.
     -Ro sabes que seré un muerto viviente...pero está bien, iré, pero no te prometo hora de recogida, si me da sueño, me marcho, ¿de acuerdo?.-
     -¡Si!.- grita ella como si le fuera la vida en ello. -Ves cariño, la tita Chloe viene a verte, a que tú también estás contento.-le habla a su barriga de siete meses.
     -Si, claro que quiero ver a mi pequeño, de hecho estoy deseando que nazca ya para mimarlo, malcriarlo...-
     -Tse, te estoy escuchando mona, pero me alegro que vayas a mimarlo y malcriarlo, ¿nos vemos el sábado entonces?.-
     - Si mami chula, besitos para los tres, os quiero.-


     Me dirijo a la floristería mientras mi cabeza sigue dando vueltas a la barbacoa del sábado, porque me meteré en estos líos. El sábado va a ser un día apoteósico con la boda, y para colmo una cena con gente que no conozco y...tranquila Chloe seguro que te vendrá genial desconectar después de todo el jaleo.

     Aparco el coche en frente de los invernaderos que tiene Nuria, la florista con la que solemos trabajar normalmente. Son unos profesionales de los pies a la cabeza. Siempre se involucran al máximo en sus encargos y eso es de agradecer, bueno por eso tienen el estatus que tienen.

     -¡Nuria, qué tal!.- exclamo con una sonrisa de oreja a oreja.
     -Chloe, cariño, estás preciosa, ¿cómo lo haces?.- Ven, tengo lo tuyo preparado en la galería, acompáñame.-
     Mientras nos dirigimos a la galería, se me van los ojos a las miles de flores y plantas que hay en los invernaderos, esto es un paraíso, y el olor, fascinante.
     Me quedo mirando fijamente unos tulipanes preciosos color naranja, son tan intensas y su tacto parece de terciopelo.
     -¿Son preciosos verdad?.- Me dice Nuria con una sonrisa.
     -Si, tienen un color y una textura que incita a quererlas.-
     -Te puedo preparar un ramo si quieres, siempre te llevas las margaritas gigantes, así cambias un poco.-
     -Me encantaría, la verdad es que son preciosas.-
     -Además son unas flores muy difíciles de encontrar por su delicadeza, y más aquí en el sur de España.- dice de pronto una voz masculina. Nuria y yo nos damos la vuelta para ver al dueño de la voz.
     -Hola, soy Rubén, usted debe ser Nuria, hablamos por teléfono la semana pasada por el encargo para la fiesta del sábado.- dice el hombre ofreciéndole su mano.
     - Oh, si si, Rubén. ¿Habíamos quedado hoy?.- pregunta ella entre confusa y...¿avergonzada?.
     - No, bueno, había quedado en pasarme por su tienda, pero su empleada me comentó donde tenía los invernaderos y decidí pasarme por aquí por si podíamos adelantar algo.- le explica a ella, dándose cuenta que Nuria no estaba sola. -Perdone si me he entrometido, no me había fijado que estaba ocupada.- vuelve a decir él mirándome a mí con una sonrisa de disculpa.
     -Si no le importa, espéreme por aquí y en cuanto acabe con Chloe soy toda suya.- responde Nuria...¿coqueteando?. No me lo puedo creer, creo que siento vergüenza hasta yo y eso que no va conmigo. El hombre es guapo, medirá sobre  el metro ochenta y algo. No es musculoso pero su complexión es fibrosa, y sus ojos, tiene una mirada muy profunda, es castaño con el pelo cortito por los laterales y algo más largo en la parte de arriba. Si, es mono. Me doy cuenta que él no ha dejado de mirarme mientras Nuria le dice algo. Creo que llevo un buen rato absorta por eso me está mirando con esa cara.
     -Chloe, ¿te parece bien?.- me dice Nuria.
     -¿Qué?.- digo mirando al hombre que tengo delante, ya que él tampoco ha dejado de hacerlo.
     -Que si te parece bien que continuemos para poder atender después a Rubén.-
     -¡Ah sí! Rubén...- despierta Chloe, me digo a mí misma y mi caraja mental.
     -Chloe, un placer.-
     -Igualmente, hasta luego.- me despido de él. Siento su mirada en mi espalda mientras sigo a Nuria hacia la galería.

     Sigo conversando con Nuria sobre los arreglos florales de la boda, pero mi mirada no puede dejar de desviarse hacia los invernaderos, ¡qué me pasa!. Parezco una adolescente con las hormonas revolucionadas. Vuelvo a la conversación y decido mentalmente que cuanto antes acabe con esto antes me iré de aquí.
     Me despido de Nuria con dos besos y quedamos en hablar el viernes para acordar la hora y dirección para el día siguiente. Levanto mi vista y le veo, se está despidiendo de mí con la mano alzada y una sonrisa que, madre mía, que sonrisa, ¿este hombre lo tiene todo perfecto?.

     He quedado con Lola en el local que está al lado de nuestro estudio, comeremos algo ligero ya que nos espera una tarde intensiva de cata de dulces.

     -Hola bonita, como te ha ido en la floristería.- me pregunta Lola a mi espalda.
     -Hola Lola, bueno, bien, ya está todo listo, solo a falta de confirmar hora y sitio.-le digo disimulando mis nervios al recordar a Rubén, otra vez su mirada, porque no me la puedo quitar de la cabeza.
     -¿Chloe? ¿Estás bien? Te veo algo tensa, ¿ha pasado algo?.- me pregunta Lola con el ceño fruncido.
     -No, nada, es solo que son muchas cosas y ya sabes que esta semana es difícil, tengo la cabeza a mil, nada más.- le digo esperando que se quede tranquila con mi respuesta.
     -Está bien, tranquila, ya lo tenemos todo hecho solo falta concretar las horas entre el viernes y sábado, montaje y se acabó.-
     Sonrío más conforme al ver su intención de tranquilizarme, pero no le comento nada acerca de Rubén, me va a dar la charla seguro y me dirá de todo por no intentar "algo". Ha sido un encuentro fortuito sin más, pero esa mirada, ¿porqué no la puedo sacar de mi cabeza?.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora