Capítulo 6

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     Siento una leve presión en mi pierna y en seguida me despierto dándome cuenta que estoy compartiendo coche con alguien.
     -Buenos días preciosa, ¿has descansado?. Mira, ya hemos cogido el desvío hacia la cabaña.-me dice señalando al frente para que observe el paisaje .
     -¿He dormido todo el camino?, oh, lo siento no era mi intención haberte dejado solo, incluso pensé que podía hacerte el relevo al volante y al final te has tragado tú solito el viaje, debes estar agotado.-
     -No te preocupes, en realidad estoy acostumbrado a conducir muchas horas y trayectos largos, te veías tan dulce dormida que no quise despertarte, además ha sido divertido escucharte hablar mientras dormías.-
     -¿Qué?, ¿en serio he hablado en sueños?. Espero no haber dicho nada malo...-
     -No, tranquila, no me has confesado nada...que no debieras.-me guiña un ojo  con una sonrisa que no me ha gustado un pelo. A saber que le he contado.
     -Ya casi estamos llegando, te he despertado porque me gustaría que vieses el camino hasta la casa desde aquí, es un paisaje que merece la pena.-
     La verdad es que es una pasada, con el sol de fondo hace que el verde de los árboles y montañas sea muy intenso, y el cielo azul provoca una composición realmente digna de admirar.
     A medida que avanzamos veo grupos de casitas creando una estampa muy bonita.
     -Ya estamos muy cerca, mira ¿ves aquel cerro? Allí se encuentra la cabaña, está un poco más alejada del resto de casas, pero las vistas son increíbles.-
     Rubén está siendo encantador, no deja de sonreír y siempre me dedica palabras bonitas, además de su invitación a la cabaña, me siento atraída por él, pero tengo miedo.

     Por fin llegamos a la cabaña y me quedo realmente fascinada con las vistas que tiene. Realmente parece más un palacete, si que es cierto que es rústica, recubrimiento de madera y piedra con ventanales enormes, tiene un aire industrial sin perder el encanto.
     -¿Te gusta?.-siento como Rubén se pega a mi espalda agarrándome por los hombros. Siento su aliento en mi cuello y eso hace que me tense, pero a la vez no quiero que se aparte.
     -Bienvenida preciosa, siéntete como en casa.- besa mi cabello, y noto que se aleja, imagino a coger nuestro equipaje ya que escucho el ruido del maletero.

     Una vez dentro alucino más si es posible, la cabaña es preciosa, las paredes son blancas con una gran chimenea dividiendo el salón en dos partes. Una de ellas es la zona de estar con un sofá gris enorme y una alfombra gigantesca estilo azteca en tonos blanco y negro bastante mullidita que incita a echarse sobre ella. La mesa de centro es muy original, pues son dos troncos cortados con unas patas metálicas simples en negro. Detrás del sofá está una gran parte de los ventanales y la iluminación led en el techo le da un ambiente de lo más cálido.
    La zona del comedor se compone simplemente de una gran mesa de madera natural con sillas metálicas alrededor de color negro y en el centro de la mesa un jarrón de cristal cilíndrico bastante grande con un montón de margaritas gigantes, es precioso. Esta zona también está rodeada de cristaleras dándole una amplitud a la estancia que parece que estás en contacto con la naturaleza en todo momento.
     La cocina no se queda atrás es de madera pero muy moderna con los electrodomésticos en acero inoxidable. Una gran isla central y a un lado una puerta corredera de cristal con una mesa y sillas. También hay un baño completo muy bonito en tonos tierra.
     En la planta alta hay varias habitaciones a cada cual más bonita, pero la mía además tiene una terraza que comparto casualmente con Rubén, su habitación está al lado de la mía. Pero según él, al despertarse por la mañana mirando hacía la terraza ves perfectamente el amanecer por la orientación de la casa. Así que la mesa con sillas de la cocina está ubicada para ver la puesta de sol. Las habitaciones son muy sencillas, una gran cama en el centro blanca con una alfombra a los pies de pelo en beige. Dos mesitas en madera a los lados y una puerta doble que da a un vestidor. La habitación de Rubén si tiene baño en la habitación pero la mía no, hay dos baños en el pasillo para los invitados.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora