Capítulo 12 (+18)

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     He salido de mi despacho para hablar con Lola, hoy tengo la agenda libre y puedo permitirme ir con Rubén a mi casa para que se acomode, además, pienso acabar lo que hemos empezado ahí dentro.
     -Sí, no te preocupes yo me hago cargo de todo hasta que vuelvas.- me suelta Lola sin haber dicho nada aún. Su risa maligna me dice que se ha enterado de todo, será cotilla la muy...
     -¿Cómo sabes lo que te iba a decir? ¿Acaso has estado escuchando?.-
     -Querida, ¿aún no te has enterado que tenemos paredes de papel?.-
     -Bien, llámame si necesitas cualquier cosa.-le replicó un poco seca.
     -Si, yo también te quiero.-me dice tirando un beso en mi dirección.

     Me vuelvo al despacho para irme con Rubén a mi casa. Como ha venido en su coche, le indico como llegar. No hay mucha distancia, pero ha traído algo de equipaje, no es plan de ir andando.

     -¿Has venido conduciendo desde Barcelona? Para llegar a esta hora has tenido que salir muy temprano ¿no?.-
     -Bueno, en realidad no me he acostado. Estaba muy preocupado, no podía pegar ojo, así que, me dió un arrebato y me vine. La verdad estoy un poco cansado, ahora que todo se ha arreglado creo que mi cuerpo se ha relajado.-
     -¿Qué? ¿has venido todo el trayecto sin haber dormido? Estas loco Rubén, podía haberte pasado algo.-
     -Loco por tí preciosa, y cuando lleguemos, podemos dormir juntos, descanso mejor contigo al lado.-su mano acaricia mi muslo y eso hace que mi cuerpo vuelta a activarse.
     -De eso nada, tú duermes, yo vuelvo al trabajo. Y cuando hayas descansado hablamos.- me hago la dura un poco, quitando su mano de mi muslo.

     Le voy indicando el camino a mi casa sin hablar mucho más. Aparcamos el coche un poco alejado, pero es que no hay muchos sitios libres que digamos. Es lo que tiene vivir algo cerca del centro, es genial porque te queda todo a mano, pero con el coche es un asco.
     Rubén saca una maleta mediana de su coche y una bolsa de color negro con asas doradas y un lazo del mismo color. Me entrega la bolsa para que le ayude y él lleva su maleta. Agarrados de la mano llegamos al portal, busco las llaves para abrir y noto que mi mano tiembla. No sé porque me he puesto nerviosa ahora, quizás mi mente está maquinando todo lo que puede pasar entre nosotros.

     Entramos al piso y dejo mis cosas sobre el sofá. Rubén aparca su maleta en la entrada y me sigue echando un vistazo. Mi casa es muy sencilla, no me gustan las cosas recargadas, de hecho llevo muy a raja tabla eso de menos es más. La entrada es blanca con un lateral decorado con listones de madera, un pequeño aparador de tres cajones blanco con patas de madera y un gran espejo encima. Unos candelabros de cemento y un damajuana es lo único que decora la pequeña estancia. El salón sigue la misma línea, paredes blancas a excepción de una que está en la parte del comedor, que es de color gris oscuro. Un sofá tres plazas blanco de piel es la pieza predominante de la habitación. En frente un mueble bajo en madera, donde están la televisión, y el resto de aparatos electrónicos. Una lámpara de pie negra de metal alumbra esa parte. La mesa de centro blanca es bastante grande. Al otro lado una mesa de madera para comer cuando tengo invitados y varias sillas de poliuretano blancas. Mi casa tiene la misma gama de tonos en cuanto a muebles y paredes, prefiero darle el toque de color con la decoración. Unos cojines, algunas velas, cuadros, ese tipo de cosas que hacen de cada estancia un sitio acogedor.

     Me doy media vuelta para indicar a Rubén donde puede dejar sus cosas, no sé si ofrecerle mi habitación directamente o la habitación de invitados.
     -Si te supone mucho lío, puedo dejar mis cosas en la maleta, no tardaré mucho en buscar alojamiento, no quiero ser una molestia.-
     -Para nada, tengo una habitación en la que puedes dejar tus cosas, y no hay prisa, estás en tu casa Rubén, lo digo en serio.-
     -Gracias, me alegra escuchar eso.- se va acercando lentamente a mi y sin pensármelo dos veces me lanzó sobre él devorando su boca, el ansía me puede. Después de estos horribles días, lo único que deseo es pasar todo el tiempo con él.
     Nuestros besos a cada momento son más profundos, sus manos pellizcan mi culo haciendo que suelte un grito de placer en su boca. Esa acción lo ha calentado porque inmediatamente notó su erección. Mis manos pasean por su torso lentamente, deleitándome con su cuerpo. Él me arrima más a su cuerpo, así que decido quitarle la camiseta que trae puesta. Su olor hace que me estremezca. Jadeos salen de mi garganta, me arde la piel, siento los labios hinchados por su incipiente barba, pero no me importa, me gusta su manera salvaje de besarme.
     Ahora que nos hemos separado al quitarle su camiseta, el aprovecha y se deshace de mi blusa también, quedando con mi sujetador blanco transparente. Sus ojos como es lógico se abren al ver mis pezones duros, creo que le gusta, veras cuando vea la braguita. Su boca busca mi cuello para besarlo y con su lengua recorre mi piel en dirección a mis pechos. Mi piel se eriza solo con ese contacto, lo deseaba tanto. Sus manos agarran mi cintura cuando su lengua lame mis pechos. Es tan excitante la sensación de sus besos sobre la tela de mi sujetador. Cada segundo que pasa estoy más húmeda. Agarro su cabello mientras sigue con el ritual de masaje en mis pezones. Mis gemidos son más fuertes, podría correrme ahora mismo.
     Sus manos desabrochan mi cinturón y después mis pantalones. De rodillas ante mi, los baja despacio, tengo la piel tan sensible que cada roce me pone mala.
     -Joder, joder, joder, puedo ver tu coño perfectamente Chloe, estás tan empapada, me encanta.- me susurra acercando su nariz a mi prenda interior.

     No puedo hablar, la excitación me tiene noqueada. Muevo mis piernas para retirar los pantalones, y sin haberme colocado, Rubén se lanza a pasar su lengua por mi clítoris. La sensación de humedad sobre la tela es lo más. Él sigue jugando conmigo y cuando creo que las piernas me fallan, Rubén se levanta y me tumba en el sofá. Desliza la prenda por mis piernas, y vuelve a la carga, pero esta vez se ayuda con los dedos. Su lengua pasa despacio una y otra vez, mientras que sus dedos los introduce dentro de mi.
     -¡Oh! Rubén me voy a correr.-
     -Aguanta un poco más cariño.-

     Lo intento, pero no es posible, estoy tan excitada, que en cuestión de segundos un orgasmo estalla dentro de mi, y es tan intenso que la habitación empieza a dar vueltas. Rubén está empapado por mis flujos, es una imagen tan sensual.
     -Ahora voy a follarte duro Chloe, no sabes las ganas que he tenido durante estos días.-

     Yo también tenía ganas de él, aunque la otra vez fue tierno, está vez sus sucias palabras me encantan. Me muevo en el sofá para dejar un hueco a Rubén. Este me indica que me ponga a cuatro patas. Estoy tan empapada que cuando se introduce en mi, se desliza a la perfección. Sus movimientos comienzan lentos, sus manos agarran mis nalgas, y a medida que sube la temperatura de nuestros cuerpos sus embestidas son más fuertes. Sentirle dentro de mi de esta manera es algo increíble. Me gusta mucho el sexo con Rubén, sabe como hacerme morir de placer y nos entendemos a la perfección.

     -Se siente tan bien estar dentro de ti, me encanta lo húmeda que te pones por mi. ¿Lo sientes cariño, sientes como estoy por ti?.-
     Solo puedo gemir ante su diatriba, no sé que me pasa, pero vuelvo a tener la necesidad de correrme nuevamente.

     -Quiero que te corras Chloe, noto como tú coño se contrae y me aprieta tanto que hace que me quiera correr contigo.-
     -¡Si! Voy a correrme,¡oh si!.-
     Me dejo llevar y siento cómo mi cuerpo tiembla ante tan increíble orgasmo. Rubén me penetra cada vez más fuerte, y con un gruñido se vacía dentro de mi. Esta sensación hace que me caliente otra vez y tenga ganas de más. Me retiro del sofá agachándome a la altura de su miembro y no dudo en introducirlo en mi boca para terminar de limpiar el semen de su glande.
     Me separa de él, dándome a entender que no puede más. Ha sido increíble, el sexo con este hombre es una delicia.
     -No puedo más cariño, necesito descansar, en otras circunstancias hubiese jugado un poquito más, pero el cansancio está haciendo mella en mi.-
     -¿Quieres ir a dormir un rato? Te indico la habitación.-
     -Duerme conmigo por favor, quiero abrazarte.-
     Con una sonrisa tonta, cojo su mano y lo llevo hasta mi habitación. Retiro la sábana y me echo, invitándole a hacer lo mismo. Me coloco de espaldas a Rubén, y él me abraza por detrás.
     -¿Estás bien? No sabes lo que necesitaba esto. Te he echado tanto de menos.-
     -Yo también, estos días han sido una mierda, pensaba que lo que pasó en la cabaña, fue un pasatiempo para ti, y me he rayado un montón. Me alegra que hayamos arreglado las cosas.-
     -Chloe no podría pasar de ti ni en un millón de años. Quiero que me creas cuando te digo que esto va en serio. Verás no quiero que te asustes ni que pienses que vamos demasiado rápido, pero lo siento así, nunca me había pasado con nadie y menos en tan poco tiempo.-suspira y eso hace saltar mis alarmas.- ya te he dicho que me gustas mucho, y...bueno, yo...-bufa de frustración porque no sabe cómo decirme lo que le pasa por la cabeza.
     -Tu...tranquilo no voy a salir corriendo, ya hemos aclarado que estamos empezando una relación ¿no?.-
     -Me estoy enamorando de ti Chloe. Se que es una locura, pero ese pensamiento ronda mi cabeza desde el momento que dejaste de darme señales, y me quise morir al no saber de ti y pensar que podía perderte.-
     ¡Madre mía! ¿Qué se está enamorando de mi? Pero llevamos poco tiempo juntos y realmente, juntos, físicamente, tres días...es una locura, una auténtica locura, pero entonces, ¿por qué me han gustado tanto esas palabras?

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora