Santana se levantó más temprano que de costumbre, mientras limpiaba y recogía las hojas secas del porche, escuchó levemente los pasos rápidos de alguien, maldijo en voz baja y siguió en lo suyo.
- buenos días San... - sabía que la morena no iba a girarse así que prefirió colocarse delante de ella.
- buenos días rubia... - murmuró en voz baja.
- mira... Te traje esto - Santana alzó la vista, y frente a ella había una taza de chocolate caliente que sostenía la ojiazul-hace frío a esta hora- se encogió de hombros.
- ohh...- fue lo único que pudo decir, agarró la taza con cuidado- emm... Gracias...
- le falta esto... - sacó de su espalda una pequeña bolsa llena de malvaviscos-
- ¿ cómo sabes qué ?- no pudo terminar, porque la ojiazul se le adelantó.
- Quinn me lo dijo... - respondió mientras los dejaba sobre el chocolate- me dijo que te gustaban un montón, así que los pondré todos.
Santana solo veía como niña pequeña, con hambre de dulce los malvaviscos que dejaba Brittany, se paso la lengua por los labios.
- ¿ te estás saboreando ? Jajaja- la morena se sonrojó al instante- Woah... Quinn tenía razón...
- ¿ razón en qué o con qué? - preguntó arqueando una ceja.
- oh bueno... Que parecías una completa idiota cuando veías esto...- terminó de acomodar los dulces, a Santana no le hizo gracia lo que dijo pero lo dejo pasar, después se las cobraría a Quinn- listo... Espero y te lo termines todo...- dijo sonriendo enormemente.
- por supuesto... - se mordió el labio- eh... Y gracias Britt... Brittany.
- sólo espero una cosa... - se acercó peligrosamente a ella, la morena retrocedió un poco- que cuando este por besarte, también te pongas así...- murmuró, le dio un pico, y se alejó, Santana pudo escuchar como se despedía.
Parpadeo varias veces " y después dice que no es una pervertida " pensó y negó varias veces con la cabeza.
Caminó hacia la entrada de la casa, y procurando no derramar el chocolate, se encontró a Quinn apoyada en el marco de la puerta.
" chismosa "- puso los ojos en blanco.
- ¿ te gustó, el detallito eh? - preguntó burlona, Santana le dio una sonrisa falsa.
- claro..., metida- murmuró lo último entre dientes, escuchó reir a la rubia y entró a la casa.
- ella te enamorará a su manera San !!!- escuchó que gritó, al estar subiendo al segundo piso, no respondió, se limitó a sonreír, con eso bastaba.
