Demonically angelic

Capítulo 49

-¡Corre!-ordenaba alguien tras él.

Un rugido estaba resonando por cada rincón y la oscuridad le impedía ver a por donde iban, escuchaba los gruñidos de Lux pero voltear atrás había dejado de ser una opción viable hacía mucho tiempo ya, un fuerte tirón lo devolvió a la realidad y le pareció estar viviendo nuevamente un suceso del pasado.

La mano de Han apretaba con fuerza la suya y lo único que Lu era capaz de ver era su espalda, se aferró a su mano con fuerza y se obligó a correr más rápido, ambos estaban cansados y ya lo sabía, ninguno había conseguido descansar como deberían pero ninguno podía permitir dejarse vencer.

-Por aquí-indicó. Era su turno, por fin él podría ayudar al mayor y hacer algo.

Han lo siguió apretando con fuerza su pequeña mano hasta que llegaron a un camino sin salida, la mirada alarmada del mayor se posó sobre él pero él tan sólo le sonrió tranquilizadoramente, no pasó mucho antes de qué los Cazadores aparecieran entre los árboles y sin temor alguno él dio un paso al frente para enfrentarlos.

-No mires-fue su turno de decir, igual que antes cuando Han lo protegía de esa forma que él no debía ver.

Lo vio obedecer dubitativo y sólo entonces se atrevió a hacer lo que tenía planeado, sus alas se extendieron blancas y majestuosas, sus grises ojos miraban ferozmente a las deformes criaturas que se lanzaban hacia ellos y sus manos se elevaron al cielo y fue entonces que su luz iluminó cada rincón que estaba en completa oscuridad.

Bramidos de agonía era lo único que podía escuchar mientras la luz se desvanecía poco a poco, la muerte lo saludo inmediatamente mientras se paseaba entre los cuerpos esparcidos en el suelo, se abrazó a sí mismo durante unos segundos antes de girarse hacía Han que lentamente abría los ojos y respiraba agitadamente.

-¿Estás bien?-se preguntaron el uno al otro al unisonó compartiendo una sonrisa boba por eso, seguían siendo unos mocosos después de todo.

-Yo estoy bien, no me hiciste nada si eso es lo que te preocupa-dijo con calma el castaño.

-Me alegra oír eso. Yo también estoy bien-aseguró con una pequeña sonrisa en los labios.

Un ruido los alertó y nuevamente ambos estaban listos para otra pelea, los arbustos se movieron ligeramente y de entre ellos la blanca imagen de Lux apareció haciéndolos suspirar de alivio a ambos. Lu se acercó rápidamente hasta ella y la abrazó con fuerza para luego mirarla a los ojos.

-¿Te hicieron daño?-preguntó preocupado.

"Nada grave"-aseguró ella para tranquilizar al pequeño niño.

-Cada vez hay más Cazadores y nos está siendo más difícil avanzar-comentó de la nada Han.

-Es porque estamos cerca. Él no quiere que nadie se acerque a ese lugar-le recordó Lu.

-¿Crees que él nos haya descubierto ya?-inquirió temeroso.

-No-respondió convencido-Sí él nos hubiese descubierto, ya estaría aquí y no enviaría sólo a sus mascotas.

Han asintió estando de acuerdo con ese argumento, sus ojos viajaron hasta los cuerpos en el suelo y luego volvieron hacía Lu que también los miraba al igual que él lo hacía.

-¿Qué hacemos?-preguntó el mayor.

-¿Podemos...?-su voz salió algo temblorosa y sus ojos estaban empañados por la tristeza-¿Podemos sepultarlos?-preguntó en un murmullo.

-Bien, hagamos eso-aceptó de buena gana porque sabía que para el rubio eso era importante y porque él tampoco quería dejarlos ahí para que algún Cazador los devorara.