22: LA BRIGADA INQUISITORIAL

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Lo había hecho, oficialmente, Hermione estaba enojada con él. Pero no era su culpa. Él no esperaba que Umbridge se le acercara junto a Crabbe y Goyle.

- Ah, señor Malfoy, y señores Crabbe y Goyle, me alegra encontrarlos.

Estaba caminando por los pasillos con sus dos secuaces cuando la profesora se les acerco. Lucía demasiado feliz. Quizás era la influencia de su novia, pero eso no podía ser buena señal.

- Profesora, que agradable sorpresa.
- Igualmente. Verán, me he percatado que a pesar de mis nuevas normas, apoyadas por el Ministerio de Magia, a muchos les cuesta seguirlas.
- Sí profesora, y lo lamentamos.
- Sí, las reglas son muy buenas. – Quiso apoyar Crabbe, pero de los nervios no lograba pensar bien. O hablar.
- Muchas gracias, queridos, - La sonrisa se le ensanchó aún más. – pero creo que voy a necesitar que algunos alumnos que vean los beneficios de estas reglas, incentiven a sus compañeros a seguirles. ¿Qué les parece?

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Y ahora estaba al servicio de Umbridge... Por si no bastaba con el Señor Tenebroso.

Y por supuesto, tenía que encontrarse con Potter y el resto para hacer valer el título.

- ¿Qué es eso de la Brigada Malfoy? – le había preguntado Potter.
- La Brigada Inquisitorial... un grupo de estudiantes que apoyan al Ministerio de Magia seleccionados por la profesora Umbridge. Los miembros de la Brigada Inquisitorial tienen el poder de quitar puntos... - Volteo a ver a su novia, quien se veía molesta - por lo tanto, Granger, tomaré cinco tuyos por hablar de forma grosera acerca de nuestra nueva profesora.
- ¿Qué? – La ignoró.
- MacMillan, cinco por contradecirme. Cinco, porque no me gustas nada, Potter. Weasley, la camisa está fuera del pantalón, así que tendré otros cinco. Oh, sí, se me olvidaba, - volteo de nuevo a la chica - eres una sangre sucia, Granger, por lo tanto, diez puntos menos para ti.
- Esto es una estupidez.
- Quizá quieras callarte por una vez, Potter, sino quieres menos puntos de los que tienes.
- Tranquilo Harry, mejor vámonos de aquí.
- Así es, deberías escuchar a Granger, Potter.

La chica volteó a verlo molesta, y dentro de él quería explicarle todo, pero no sabría cómo de cualquier manera.

Se pasó el día aprovechando cuanto pudiera el puesto en la Brigada. Castigo a Longbottom y a los gemelos en venganza por la paliza de la última vez. También a otros niños de tercero y a Finnigan, por quemarle su túnica por accidente.

- ¿Esto te divierte? – Le espetó su novia tras ver a Seamus irse a la oficina de Umbridge cabizbajo y murmurando.
- Algo. Sí.
- ¿Es en serio? ¿Brigada Inquisitorial? ¿Qué clase de tontería es esa?
- Una apoyada por el Ministerio de Magia, Granger.

Por un momento ambos habían olvidado que seguían a plena luz del día, justo donde cualquiera podría verlos.

- Sígueme.

Se dirigieron al mismo armario de escobas del segundo piso dónde se besaron.

- Listo.
- Aún no creo que esto sea correcto, Draco. Esa mujer abusa de su poder.
- ¿Y Dumbledore no?
- Dumbledore-
- Él favorece a Potter, todos lo sabemos. No hagas como si no supieras eso.
- Pero-
- Que no favorezcan a tu amiguito no significa que sean injustos.
- ...

Los ojos de su novia se llenaron de lágrimas.

- Espera, Hermione. - Intentó tomarla de la mano, pero ella se la quitó.
- Nada de "espera". Cada vez que parece que estas cambiando, te las arreglas para que no sea así.
- Oye, detente-

Pero fue muy tarde. La chica ya había salido del armario, molesta. No sin antes...

- ¡Everte Statum!

El hechizo de la chica lo golpeo de lleno en el pecho, haciéndolo caer, tras trastabillar un par de veces.

Un par de chicos que lo vieron caer se rieron de él.

- ¡Lárguense si no quieren una castigo con la profesora Umbridge!

Not "Always", But "Forever"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora