-prólogo-

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Un hermoso, que digo, bellísimo día con el cielo despejado y un sol radiante donde sus rayos no emitían tanto calor.

Un perfecto día para jugar... pokemon Go!

Aquel día sería quizás su único día donde no vería absolutamente en ningún momento aquellos niños, en especial cierto rubio.

Y ya que por alguna extraña razón aquel juego le gustaba, quizo aprovechar ese día para pasar tiempo a solas con su celular.

Quizás estaba siendo exagerado, pero ya llevaba más de dos meses cuidando de esos niños y no ocupaba su celular para sus beneficios, por lo tanto, tenía que aprovecharlo.

En su rostro se podía observar una enorme sonrisa boba de felicidad pura. Aparte de que se encontraba relajado.

Corría por la praderas que aparecieron en aquel escenario donde estaba, no tomaba en cuenta como era posible que él se encontrará en una pradera, pero eso no le importaba.

Mientras estaba tranquilo y jugando, todo estaba perfectamente bien.

-¡¡¡Oh sí!!! Encontré a pikachu. - gritaba de emoción que hasta una lágrima se le escapó y descendió por su suave mejilla.

Luego sintió como una enorme gota de agua le cayó encima, provocando que volviera a la realidad... la muy cruel realidad.

Sus ojos se abrieron, y en vez de ver el techo de color oscuro, se encontró con la extraña mirada de uno de los niños a los cuál él cuidaba.

-¿¡Que rayos hiciste!?- gritó furioso cuando notó que estaba en papado y ver aquel niño rubio tenía una cubeta.

-Intente despertarte pero no te levantabas. - contestó calmado, sus miradas cruzaron admirando el color de ojos del otro. - ¿En que soñabas?- preguntó repentinamente mientras se sentaba a su lado. Dipper se puso a la defensiva y miró con desconfíanza al menor. - ¿Qué? -

-Nada. - bufó y apartó al menor para poder levantarse. Se dirigió al closet para buscar un cambio de ropa. -No vuelvas hacer eso. - amenazó según él, aunque el niño ni se inmutó. - ¿Qué hora es?

-Las nueve de la mañana. - contestó un poco neutro.

-Mierda el desayuno... - murmuró.- ¿Tú y tu hermano desde que hora llevan despiertos?

-Desde las siete de la mañana. Tenemos mucha hambre.

-Déjame me baño y les hago el desayuno. - empezó a quitarse la ropa para quedar sólo en bóxer, sintiendo la muy incómoda mirada del menor.

-¿Qué soñaste? Parecías muy feliz. - comentó quizás sin mucho interés en el tema sacado.

-Nada importante... - contestó sin muchas ganas, preguntándose por que aquel hermoso sueño no se hacía realidad.

-¿Puedo bañarme contigo?-  su tono era coqueto y hasta cierto punto sensual que podía sorprender a cualquiera ya que este apenas era un niño.

-No. - contestó algo seco. Ya llevaba cinco meses tratando con aquel 'demonio' y estaba acostumbrado a sus 'bromas', o al menos eso pensaba él castaño que era.

-¿¡Por qué!? - dijo eufórico. Sus bellos ojos dorados mostraban lo decepcionado que estaba.

-Tres cosas. Uno, puedes hacerme una broma. Dos, ya estas grande para bañarte conmigo. Tres, no quiero. - concluyó.

-¡Injusticia! No estoy grande, tengo 12 años. Además no te voy hacer nada... - hizo un muy tierno puchero, pensando que quizás así logre convencer al mayor.

-Vete con tu hermano, haces que pierda mi tiempo. - sonó un poco duro, pero es que el menor le sacaba de sus casillas, por más cliché que sonará aquello era verdad.

-Pero... - fue interrumpido.

-¡Bill! - alzó un poco la voz enojado.

Ambos se miraron por 20 segundos, era un tipo de 'pelea de miradas', el objetivo era ver quién resistía más, la mirada de Dipper que era molesta y la de Bill que era una casi igual, y digo casi por que Dipper fue el ganador.

-Agh... esta bien.- dijo resignado, se mordió el labio y se fue de mala gana de aquella habitación.

Segundos después, el mayor entró al baño para poder 'limpiar' su cuerpo.

Después de que Dipper terminará de bañarse, bajo hacía la cocina hasta caer en cuenta de algo.

Aquellos gemelos eran millonarios, por lo que deben tener varios chefs privados, entonces... Él no debía cocinar.

Cinco meses de trabajo con ellos dos y siempre se le olvidaba aquel detalle en las mañanas.

Busco a los gemelos que por suerte no le llevo mucho tiempo. Estaban sentados en la sala principal, en una sofá amarillo viendo comodamente la televisión de 20 pulgadas. Dipper Solía envidiarles internamente.

-Bill, Will. ¿Todavía no  han desayunado?- preguntó un poco más amable.

-No. - contestaron ambos, Bill sin despejar la vista del enorme televisor que cualquiera desearía, y el peliazul mirandolo con un leve sonrojo en sus mejillas, como siempre un poco tímido. No, dulce era la respuesta correcta.

-Entonces... ¿Por qué no le dicen a los chefs que hagan su desayuno? ¿Por qué esperan a que yo me levante?- preguntó curioso, como siempre, ya era un hábito muy conocido por los menores.

-Queremos desayunar contigo. -contestaron.

-Mmm... - fue lo único que logró decir, no entendía por que aquellas "ganas" de desayunar con él. No era nada especial o interesante estar con el mismo.

Tenía que aguantarse, por el bien de su futuro. Una vez terminará la fecha prolongada, estudiaría por cuatro años en la mejor universidad de California, y luego iría a Gravity Falls para ser el aprendiz de su tío Ford.

Le pagaban muy bien, alrededor de 8,000 dólares por mes. Y aparte estaba incluida  sus tres comidas diarias, y lo dejaban dormir ahí. También usar el internet del lugar y otras necesidades básicas.

¿Cómo quejarse con eso?

Pero tenía que aguantar aquellos gemelos... y ahora sabía que hasta en ciertos casos, Will, el que creía era un "ángel", era más bien uno caído.

Ahora él conocía muy bien a los gemelos Cipher.


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Por mi cabeza pasan muchas historias de esta pareja las cuales publicaré en este mes pero no se que día con exactitud.
Esto es un adelanto de lo que será la historia en sí.

"Gracias a Dios que soy Ateo"
Esa frase la digo un compañero mío en la clase la cual me causa gracia, y el la dijo sarcasticamente o en broma, aunque en realidad es Ateo, pero después hable con el y se volvió bla bla bla.

Es Lady bug, con su luky charm, el día de nuevo salvara, es Lady bug en su interior~
Lalalala

"BABYSITTER" (Yaoi,+13)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora