Uno.

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"Bañate con nosotros"


Dipper


Sonaba la bendita alarma que sé que a todos les encanta cuando suena aquel sonido que te hace sentir que en cualquier momento vas a estallar; eran las seis cincuenta y cinco de la mañana.

Tenía un calendario colgado en la pared muy cerca de su alcance, donde tenía marcado los días en que trabajaba, osea todos los días desde hace algunos meses.

-Sólo siete meses más. - trató de sonar animado, pero en vez de eso se deprimió un poco.

Por su mente pasaba todo aquello que haría en ese día, y sabía que ya era la hora para meterse al baño y despabilarse.

En unas semanas más, aquellos niños que cuidaba entrarían a clases, y eso significaba... que tenía más tiempo para estar relajado, y ahora que lo pensaba bien, el día que entrarán a clases es el día después de su cumpleaños.


"Que perfecto regalo de cumpleaños"


Pensaba con una media sonrisa, hasta recordar que todavía faltaban varios días para aquello.

7:15 de la mañana.

Ya estaba bien arreglado y preparado para lo que vendría a continuación... si bien no era nada 'del otro mundo' para exagerar, aunque solía pensar que si lo era. Y a lo que me refiero es que ya era hora de que él mismo fuera a... despertar a los gemelos.

Fue a paso algo lento, ya que la habitación de los menores estaba justo enfrente de la suya, solo que los pasillos eran bastantes grandes y abundantes.

"Típico de millonarios"

Abrió la puerta sin permiso ya que no lo necesitaba.

Miró la habitación, en un lado estaba limpia y ordenada, de nuevo otro cliché, y por otro lado toda desordenada y... ¿esos eran sus calzoncillos?

-¿¡Pero que demonios...!?- se acercó y comprobó que sí, esos eran sus calzoncillos, y para colmo sus favoritos.

Y lo más extraño era que Bill los tenía muy bien abrazados como si fuera una suave almohada.

-¡Levantense!- gritó grave, y notó que Will fue el único en obedecer, el peliazul se frotaba los ojos.

-Buenos días Dipper. - dijo mientras bostesaba y le dedicaba una sonrisa al mayor. A lo cual este sólo ignoró el saludo.

Ahora sólo falta el demonio.

-¡¡¡¡Bill!!!¡¡¡Despierta!!!- gritó furioso, que hasta su rostro empezaba a tornarse rojo como un tomate.

-Si me das un besito~ ronroneo dulcemente mientras se seguía haciendo el dormido, sin embargo puso sus labios a la disposición del castaño, irritado aún más al mayor.

Déjate de tus bromas!- exclamó.

-Entonces no... - murmuró pero fue escuchado por el mayor.

"BABYSITTER" (Yaoi,+13)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora