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-¿Es en serio? -Pregunto Karen incredula.
-Si. -Contesté yo reafirmando.
-¿Entonces se metió al baño de damas?
- Si y fue tan penosos para mi.
-No me lo puedo imaginar. -Dijo Karen soltando después una pequeña carcajada.
-¿Y que hiciste?
-Le invente que mi vejiga me controlaba. -Le dije con pena. Karen puso  cara de decepción y colocó sus dedos índice y pulgar sobre su nariz.
-Cada vez que me cuentas eso siento deseos de darte un golpe en tu vientre.
-Relájate mujer. Pero todo eso que te conté fue el ayer. De hecho dos días... pero igual. Hoy, todo va a ser muy distinto a lo de hace días. Hoy se marca un nuevo inicio.
-Bueno si, realmente espero que te vaya bien con Alan porqué ya te a ido bastante mal con los demás.
-Si, yo también. Por eso ayúdame a co,orar ropa. Para eso te traje.
-¿Sólo para eso?
-Bueno, no. También como mi amiga de shoping.
-Eso esta mejor. -Dijo Karen relajada.
-Ahora busquemos la tienda que mas nos guste y entremos. -Hable con emoción. La verdad comprar ropa es una de mis actividades favoritas. Ir al centro comercial no. Pero no puedo evitarlos. Las mejores tiendas de ropa están en ellos. Así que tengo que soportar lo que venga. Por la cena con Alan.
Karen y yo estuvimos sentadas en un Banco del mall mientras le contaba de mis aventuras, la cena y... No me pude atrever a contárle lo de la señora Barris. Me tomaría de loca o psicópata. Además por que no quiero involucrar a nadie. Charlie quiso quedarse, yo no lo invite. Y se quedo porque estuvo ahí mientras sucedió. Pero mientras menos personas estén dentro, mejor.
Karen y yo entramos a la tienda de Tommy Hilfigger. Creo que escribimos la correcta ya que es exactamente como yo. Está tienda, no es cono en la que trabaja mi amiga. Es diferente. En esta no son sólo cuatro secciones sino más. Había de pantalones, camisetas, deportivos, de calcetines, pashminas y bufandas. Existían más aún, sólo  no quise ver las demás.
Un joven, con algo de acné estaba en el mostrador azul marino con el logo de Tommy en el centro. Tenía el pelo teñido de rubio platino sólo en la parte de su copete, lo que le hacía parecer un pollo. Además era moreno, lo cual lo hacía menos atractivo. En resumen, no era guapo. Sus ropas demasiado ajustadas de diseñador no le convertían en alguien atractivo. Fracaso total.

-Muy buenos tardes señoritas ¿puedo ayudarles en algo? Y Además es gay. Que ¿como lo se? Su voz lo delata. No habría adivinado por lo que traía puesto, porque hoy en día todos los hombres se visten con cosas muy ajustadas.
-No. -Contestó Karen con rapidez.-Venimos sólo a comprarle unos jeans y una blusa. Así que no.
-Pero seguro que necesitarán la ayuda de un profesional. -Dijo el muchacho.
-Ja, ¿la tuya? -Se burló. - Darrield. -Karen leyó  la inscripción de la tarjeta con el nombre del "hombre" - Mírate, no te puedes vestir bien ni a ti mismo.
Así que, mejor deja hacer el trabajo a las que de verdad sabemos de esto ¿ok?

Alargué la letra "O" protestando que lo que dijo Fue genial. Luego levante la mano y Karen chocó los cinco. Fue genial. El pobre joven sólo frunció el ceño y se quedo callado, porqué sabe que si nos insulta podriamos quejarnos, el saldría perjudicado y perderían a valiosas clientas.
Karen y yo lo mirábamos con la super poderosa mirada de las perras. Nunca me sentí como una. Me encanta la sensación.
El otro se limitó a sacar su celular e ignorarnos.
Pasado eso, nos dirigimos rápidamente  los jeans. Una Katy verdadera, SIEMPRE, usa jeans, ajustados.
Al llegar Karen en seguida tomó dos pares.
-Eres como talla grande. Ten, toma estos medianos. -Dijo cono si fuese mi jefa. Yo abrí los ojos sorprendida. Me los dio y yo los coloque en la mano izquierda, Dios. Talla media, esos, sólo con mantequilla pasan por estas piernas.
-¿Talla media? -Pregunté extrañada.
- Si ¿hay algún problema? -Dijo la platino como si fuese algo normal.
-Claro que si. Amiga, en todos estos años que llevas vistiendome, ¿No te has dado cuenta de que talla soy?
-Si ¿Por que?
-Porque... duh, estos son talla media.
- Si ¿Y? -Karen hacia de nuevo como si no entendiera lo que decia.
-Yo. -Dije apuntando con el índice a mi misma. -Soy talla grande, si no es que extra grande.
-Ya lo sé Katy. -Dijo con total normalidad. Mi cara era como de: ¿Enserio?
-Entonces ¿Por que me das unos pantalones medianos? -Hable en un tono elevado y desesperada.
-Porque... una mujer no usaría nunca una talla grande, nosotras, hacemos sacrificios para vernos Bellas Así que has uno y pruebate esos dos. Espera, no. - Vi en su rostro como una expresión de haberse equivocado y mi expresión de ceño fruncido y enojo se suavizó.- También pruebate este chico. -Me tendió un pantalón color gris de mezclilla en la otra mano. Yo nada más solté un suspiro de frustración y fui directo a los vestidores.
Estando en ellos sentí lo grande que era mi cuerpo y lo pequño de los jeans.
Intente con el primero. El talla chica. Me quite el short deportivo que aún traía. Si, así es, no me cambie para comprar en el centro comercial. Simplemente quería safarme. Desentenderme por un rato de todo lo que sucedió en la mañana.
Me quite mis zapatillas deportivas y entonces introducí el pie pararte el pantalón en mi cuerpo. Desde que mi extremidad se deslizó por la tela, supe que eso no entraría. Pero intente. Me arme de valor y sumí la barriga.
Después de las rodillas, los jeans no dieron para más. Ya no pudieron entrar. Simplemente ya no se podría. Así que me los quite rápido. Desde adentro pude oír a Karen pronunciar mi nombre y apresurarme diciendo: "Katy, sal ya, quiero verte."
"voy" le grité.
Con los talla media, todo fue más fácil, todo bien, todo hermoso... hasta que tuve que abrochar el botón.
Me reviste en el suelo. No cerraron,  me puse a dar saltitos, no cerraron. Escondi la barriga y sólo así lo hicieron.
Me sentía demasiado ajustada, que jo podía mover nada de mi cuerpo. Abrí la puerta y con andares de pato salí.
Karen sólo se quedo observandome, yo, com dificultad le dije : "No puedo respirar" pero al parecer no le importó porque me ordenó darme la vuelta. Lo hice.
-Probaremos con el otro. -Dijo y yo solté un suspiro de frustración. Entonces me metí al vestidor y antes de que me desmayar por falta de aire desabroché los jeans. Inhalé, respire muy profundo, y por primera vez sentía lo que era la libertad. Me reviste sobre la puerta del vestidor y con cansancio le dije a Karen que aguardaba afuera esperando verme.
-Lo siento. Ya no puedo con esto. Sí, es cierto, las mujeres debemos hacer sacrificios para vernos bien. Pero creo que yo ya no quiero. Esto ni siquiera me va a dejar caminar, Alan me dijo que quería ver la yo Real, y esa es la que voy a mostrarle. Pero por favor Karen, te pido, apoyame en esto.
Desde adentro oí a Karen suspirar, quizás en señal de desagrado pero también en que aceptaría.
-Bien. -Soltó sin más. Pero, mañana, cuando vayas a comprar a donde trabajo, me dejarás elegir algo bello para ti ¿ok?
- Si, pero con una condición...
- ¿Que es?...
-Que elijas una blusa y unos jeans para ti tambien. -Le propuse.
-¿Que? No lo siento, no, no, no aceptaré.
-No te pregunté si querias, así que ve chica y no te olvides de traer mis jeans grandes.
-Esta bien. -Dijo Karen con ánimo, no pude ver su rostro, pero puedo asegurar que estaba sonriendo. Es bueno tener amigas como ella, con ese tipo de carisma. Realmente, Karen es muy especial para mi, y ojala, nuestra amistad dure para siempre.
Salimos de la tienda con dos bolsas, Karen había elegido para mi unos jeans azules y una blusa blanca con un estampado hermoso.
Para ella, sólo una blusa. Yo le dije que no era justo, y que debía también llevar unos jeans. Pero no quiso.
Eran ya alrededor de la una de la tarde. Yo no había comido nada más que lo de antes de trotar y Karen ni se había despertado cuando le llamé. Así que las dos estábamos hambrientas.
Le dije que si hacíamos una parada en el piso de Alimento. Aceptó en seguida.
Nos debatimos entre si comprar hamburguesas o una pizza, luego de pelear un poco decidimos. Pizza.
Nuestra orden tardaría más de cuarenta minutos, así que nos sentamos en una de las mesas de allí. El comedor estaba lleno, si acaso una o dos mesas vacías, pero se podía sentir que el aire faltaba.

Inside DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora