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La oscuridad reinaba en aquel extraño lugar, no podía adivinar en donde me encontraba, estaba completamente sola, miré a mis alrededores en busca de vida pero no descubrí nada nuevo.
Mi soledad en esos momentos me asustaba más de lo que quería creer, ni siquiera tenía idea del porque. Se supone que a lado mío esta Charlie. O estaba.
No sabía si se había ido o si lo que ocurrió hace poco tiempo en realidad no ocurrió.
Ni siquiera estaba mi cama ni mis cosas, al caminar no llegaba a ningún lado y entonces caí en la cuenta de que estaba soñando.
<<Hola>> logré articular débilmente. Mo voz resonó por todo ese espacio libre haciendo eco.
Volví a mirar para los lados. Nada.
Resignada me senté en un suelo frío como la nieve y negro cómo el centro del universo. <<Despierta>> me ordené en un susurro, sin embargo seguía ahí.
Maldije en mi mente y luego me recorrió la sensación de que alguien me observaba.
No pude evitar mirar hacia atrás.
No había nadie.
Eso no me tranquilizó en lo absoluto.
Decidida a no seguir de esa manera me levanté y continúe la marcha hacia adelante. A algún lugar. Al que pudiera llegar.
De repente unas voces me sobresaltaron. Eran demasiado gruesas como para ser de mujer así que al instante supe que eran hombres. Ellos. Eran más de dos. Deduje.
"Quizá ellos puedan ayudarme. Decirme que ocurre aquí" hablé en voz alta.
Corrí. El sonido de mi pies descalzos me recordó que ni siquiera sabía que tenía puesto. Me pare en seco y me observé,
Esto era penoso. Tenía un disfraz. No un disfraz normal, no. Uno que en lo personal me parecía extraño. Era de Hámster. De repente ya no traía los pies desnudos. Ahora eran las patitas de un hámster.
Me estremecí.
Seguí corriendo, las voces se acercaban cada vez más y mi temor crecía al mismo tiempo.

La escena se transformó. Al parecer había llegado.

Tres hombres de espaldas se cernían frente a algo que no pude identificar, algo que un muchacho de rizos y espalda ancha sostenía.

-Tendrás que usarla -. Le dijo el más alto.
-¿Con la muntherum? -Pregunto con tono extrañado el de rizos.

El que le dio la orden asintió con la cabeza.

-Y además de los poderes de la piedra, tu tienes que agregarle algo de tu propia creación. Yo se que puedes, eres el único. Estuviste tanto tiempo observandola que el fallido experimento no te afectó a ti. Aún eres un superdotado.

-En específico ¿Que quiere que le agregue? -Preguntó al chico rizado.

El otro hombre, con el pelo a rapa, más alto que el de rizos y el que no decía nada guardó silencio un momento como para ponerle suspenso a la situación.

-Un brebaje con el que puedas hacerla ceder. Recuerda que podemos liberar su inteligencia con ella, sin embargo no podemos hacer que el munterhum nos la ceda. Por eso, eres nuestra única esperanza, de volver a lo que éramos antes, tú eres el único que puede traernos la inteligencia de los muntherums sobresalientes en la tierra, tú, eres el único marcador que nos queda.
-¿Que dice? Y los demás, los que están en la tierra, ¿Que pasó con ellos? -Inquirió en tono desconcertado el otro.

-Ellos tampoco recuerdan nada, están en blanco, ni siquiera tienen su inteligencia promedio. Están en cero. A esto se le llama karma. Y karma masivo.
-¿Como? No lo entiendo, ellos... ellos estaban abajo igual que yo. ¿Que me hace diferente?
-No, eso no lo sabes, eso ya nadie lo recuerda, pudieron haber terminado sus misiones antes que tú y volver a subir antes de que ese experimento fallara. No estoy seguro.
Pero lo que tengo concretado, es que eres el único que queda y que sólo vas a poder hacerlo tú.

Inside DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora