Final

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Kouchiro corrió tan rápido como pudo seguido por María en dirección al establo donde le indicó la rubia, pasó por donde sería la ceremonia y gritó que se fueran y lo hicieran rápido pues temía que eso fuera algo demasiado grave.

Maria:-¡¿Que pasa?! ¡Kouchiro!-.

Kouchiro:- Esto está mal, ella está en riesgo-.

Al atravesar el establo encontraron a Kazuto, solo a Kazuto, parecía inconsciente.

Kouchiro:- Mierda-.

María:- ¿qué pasa?-.

No tuvo que recibir una contestación, los gritos, el caos y el choque del metal la hicieron saber que pasaba: Ataud Risueño estaba atacando.

Kouchiro tomo su rostro con sus manos y la besó, fue un solo y corto beso pero incluso así sintió como sus piernas temblaron.

Kouchiro:- no salgas de aquí por nada María, ayúdalo a despertar pero solo no salgas, escóndete y quédate segura- dio la vuelta y la volvió a mirar antes de sacar su espada y correr hacia la pelea- te amo-.

María hizo lo propio arrastró a Kazuto hasta la última sección del establo, comenzó a sacudirlo para despertarlo, realmente necesitaba que despertara porque ni ella ni Kouchiro lo dijeron en voz alta pero era obvio que Shino no estaba y que estaba en peligro.

María:- Vamos Kazuto despierta, Shino no está ella te necesita-.

El se quejó y poco a poco fue abriendo los ojos, hasta que finalmente quedaron abiertos, se llevó una mano a la cabeza, luego a su herida y fijo su mirada en la sangre que aún quedaba.

Era bastante obvio que estaba aturdido, pero se congeló al notar los gritos y el sonido del acero y aún más al notar la ausencia de Shino o quizá la presencia de la rubia.

Kazuto:-¿Donde está Shino?-

María abrió su boca para hablar pero decidió cerrarla al ver como el iba comprendido que había pasado.

Kazuto:- El es death gun, el la tiene-.

María:- Kou lo sabe, encuéntralo y ve por ella-.

Kazuto:- María, Dios esto es una mierda el y Asuna, carajo Asuna estuvo aliada con ellos todo este tiempo- golpeó la pared y salió -ten cuidado, espera a Kouchiro aqui-.

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Corría tanto como sus piernas se lo permitían, el vestido ahora estaba rasgado y lo antes blanco ahora se veía más bien sucio, las lágrimas corrían por su rostro, debía huir, correr y no podía dejar que la atraparan, se limpió la sangre y las lágrimas con su mano antes de dejar de correr, pero antes de dejarse caer por el cansancio tomo aire y siguió corriendo.

Aún escuchaba el sonido de los disparos, sabía que venía y comenzaba a llover, sería ella sola contra la tormenta, esta vez no estaría el para ayudarla.

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Ataúd Risueño había estado en el pueblo desde siempre, oculto justo como en esta boda, se infiltran y atacaban, pero nunca todos y menos tan obviamente, esta vez tenían una ventaja, no había formación en la hermandad o simplemente Aiko Konnon estaba muriendo lentamente en el hospital.

Kouchiro estaba totalmente concentrado y aún así aturdido, el jodido hermano mayor de los Akihiko era el rostro detrás de Zaza, todo tenía sentido, un golpe lo sacó de sus pensamientos, estaban rodeados.

Kouchiro siguió peleando y evitando que llegaran al establo.

Noto el pasto salpicado en rojo y algunos caídos, miro atrás del hombre con quien luchaba, miro a su padre y su equipo pelear y como un nuevo miembro de cabellos negros se unía a la pelea.

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