Epílogo

257 23 0
                                    

Había sido un día soleado en su mayoría y el cielo ahora naranja y amatista daban un espectáculo hermoso, el chico quitó las rosas viejas y secas ahora en su lugar puso claveles en la lápida, aunque ya había pasado poco más de cuatro años de la muerte de la joven Asada, aún se sentía cercana.

Se levantó limpiándose las rodillas y regresó por el mismo sendero hacia la mansión Asada, tocó su anillo de compromiso y sonrió, aunque faltaba su hermana el se sentía satisfecho con su vida, al llegar a la mansión vio a su hermosa prometida, sus rubios cabellos caían por sus hombros y llevaba puesto un vestido rosa pálido, el realmente se congelaba al verla.

María:- ¿fuiste otra vez?-.

Kouchiro:- si, como cada 2 semanas-.

Ella le sonrió para reconfortarlo pues había sido una pérdida sorpresiva para todos sobre todo para la señora Kyouko y para la hermandad.

Kouchiro tomo la mano de María y entrelazó sus manos y caminaron hacia la mansión.

Kouchiro:- Por cierto en la lápida habían rosas y yo no las puse ¿no sabes quién fue?-.

María:- Quizá Kazuto, el se siente culpable algunas veces, el cree que fue su culpa-.

Kouchiro:- pero el no tuvo nada que ver, se enamoró y Asuna enloqueció, ella incluso ofreció la vida de Shino sin siquiera tener algo de culpa, claro el y Shino se hubieran evitado todo si lo hubieran dicho-.

María:- si pero ¿tu los hubieras apoyado?-.

Kouchiro:- Claro que lo hubiera hecho, Shino es mi hermana y tal vez Asuna aún estaría viva-.

María:- pero loca y quizá en un manicomio-.

Ambos guardaron silencio era bastante obvia la declaración de la rubia y ambos lo sabían Asuna era inestable realmente lo era y podía actuar espontáneamente sin pensar en las consecuencias y aunque todos estaban seguros que ella no odiaba a su hermana la verdad era que Asuna estaba celosa de su hermana aunque no tuviera razones.

El perder al destello veloz había sido realmente abrumador en todo el pueblo, la hermandad se había quedado sin uno de sus miembros más fuertes, sin una mejor amiga, una hermana y una hija.

Kouchiro dejó de pensar en ello en el momento en que escuchó las risas y las voces que venían del jardín, miró a su prometida y pensó que era realmente afortunado, pues el la amaba tanto como se aman las cosas que no puedes tener y el sin embargo la tenía aunque no había sido fácil que ella admitiera que también lo quería, era obvio para todos pero un secreto para ella.

Miro dos pares de piernas inestables caminar sobre el pasto y correr o intentar hacerlo hacia su joven padre que la atrapo antes de que tropezara.

La pequeña niña estaba cumpliendo solo dos años.

Miro por su parte como su pequeña hermana corría junto a su pequeña hija y luego le acomodaba su cabello completamente oscuro y alizaba su vestido blanco. Llegaron al lado de Kazuto y María se unió a Shino y la pequeña niña.

Kouchiro:- ¿listo entonces?-.

Kazuto:- llegas tarde-.

Kouchiro:- no es cierto, quizá solo unos minutos-.

Kazuto:- Yui no deja de preguntar por ti-.

Kouchiro:- es por qué soy su heroe-.

Kazuto:-  cállate-.

Kazuto rodo los ojos y se fijo en dos piernitas inestables que caminaban torpemente hacia el o eso creía pues al llegar hasta ellos se detuvo frente a Kouchiro y levantó los brazos para ser levantada del suelo mientras extendía una gran, gran sonrisa.

.......................

Shino:- sopla las velas Yui-.

Yui trato de soplar las velitas y todos aplaudieron cuando por fin lo logró.
Después de un rato Kouchiro se llevó a la pequeña junto a María para jugar, estaba bastante muy claro que Yui se estaba volviendo la adoración de Kouchiro.

Shino miraba atenta la escena de su hermano y su pequeña hija.

Shino:- es tan bella-.

Kazuto:- como tu-.

Shino sonrió mientras acariciaba su anillo de bodas, su esposo se paró junto a ella y puso su mano arriba de la de ella.

Shino:- lo logramos-.

Kazuto:- ya sabes algunas veces encuentras al amor de tu vida en medio de una revolución y resulta ser la hermana de tu prometida-.

Shino:- si algunas veces es un espadachín idiota que llega a tu casa para conocer a tu hermana-.

Kazuto:- Tu decías que era una vieja leyenda sobre Titania-.

Shino:- creo que Titania debió haberse vuelto loca al esperar que la rescataran de su jaula y que su héroe dorado jamás llegó-.

Kazuto:- quizá su héroe encontró a alguien mas-.

Shino:- Por eso Titania une a los hilos rojos-.

Ambos soltaron una risita.

Shino:- para ser honesta muchas veces pienso en Titania como Asuna-.

Kazuto:- ¿enserio?-.

Shino asintió, le daba casi siempre un escalofrío el hablar o pensar en su hermana y no sabía si era por miedo o tristeza, quizá ambas, era como si la llevara su solo nombre al sonido del disparo entre la lluvia, a como Asuna se había reído mientras la sangre de su abdomen manchaba su vestido y sus labios a punto de escupir sangre y como al caer su vestido de boda se había llenado de la sangre de Asuna, era un recuerdo horrible y tenebroso. .

Kazuto:- Kouchiro mensiono que habían rosas en su lápida-.

Shino:- Ah cierto, fui yo, Kouchiro siempre lleva claveles o tulipanes pero las favoritas de Asuna eran las rosas y Rojas, era su color-.

Kazuto asintió ligeramente mientras observaba a su hija a la distancia.

Kazuto:- ¿Crei que no te gustaba ir a verla?-.

Shino:- Me aterra de verdad, pero creo que ya está perdonado todo después de todo fue por ella que llegaste-.

Kazuto:- Es verdad, gracias a ella te encontré-.

Se miraron con una sonrisa y ella se apoyó en el hombro de su marido mientras observaban tanto el atardecer como a su pequeña e inquieta hija.

Shino:- me encontraste-.

El sonrió un poco y beso la frente de su esposa,  ambos sabían que era increíble toda su lucha por estar juntos y al final lo habían logrado, el había aprendido a perdonarse a sí mismo y encontrar paz en ella y ella a afrontar que nunca había hecho algo realmente malo, a ser valiente y enfrentar las tormentas.




Te encontreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora