Cogí la libreta y el bolígrafo y fui hasta una mesa que ahora ocupaban un chico y una chica de unos veinte años. Era otro de los tantos viernes por la noche en los que tenía que trabajar, pero esta vez había una pequeña diferencia, ya que Tyler se había ofrecido a ayudarnos a Sara y a mí y estaba trabajando con nosotras ese día.
No le había contado nada de lo que pasó con Dylan, y a este le llevaba sin ver desde el lunes de esa semana, después de hacer aquel trato en el que se iba a "ir de mi vida" hasta que decidiese. Lo que tendría que haber hecho era cortar con Tyler para aclararme más las ideas, pero no lo había hecho, ya que empezaría a preguntar que por qué y saldría el tema "Dylan" del cual no quería hablar.
Yo seguía dándole vueltas a todo y no tenía ni idea de con quién quería estar; solo esperaba saberlo pronto.
-Hola. -Sonreí, una vez que llegué a la mesa.- ¿Qué queréis tomar?
-Yo... -Empezó la chica, examinando detalladamente la carta.
-¿El menú te incluye a ti? -Preguntó el chico mientras me miraba.
-Es mi novia, ni lo intentes. -Dijo Tyler, pasando a mi lado.
Me encogí de hombros y esperé a que el chico y la chica me dijesen lo que querían para apuntarlo. Una vez lo hice, volví a la barra y empecé a preparar las bebidas.
-Una cerveza. -Escuché, y vi a Dylan sentado delante de Sara esperando a que se la sirviese.
-¿Por qué no se la pides a Audrey? -Preguntó Sara, algo extrañada.- ¡Ah, claro! Toda esa cosa de que sales de su vida hasta que decida o algo así, ¿no? Y salir de su vida implica venir al bar donde trabaja pero hacer como que no existe, ¿verdad? -Sara nos miró a ambos.- Buena táctica, oye. -Asintió con la cabeza y empezó a preparar la cerveza de Dylan.
-Gracias. -Dijo este, una vez que Sara se la dio. En vez de beberla en la barra, se levantó y se fue a una mesa.
-Vaya, mi querido amigo. -Dijo Tyler sarcásticamente mirando a Dylan, mientras cogía unos vasos para llevar a una mesa.
Decidí ignorar la situación y no hice caso a ninguno de los dos.
-¿Sabes? -Susurró Sara, a mi lado.- Sigo pensando que es mejor Dylan. -Se encogió de hombros y se fue.
Fui a llevarles las bebidas al chico y a la chica que había atendido antes cuando vi a Tyler sentarse con Dylan en la mesa. Me dirigí hacia allí esperando a que se empezasen a pelear en cualquier momento.
Pero no lo hicieron; solo estaban hablando.
-¿De qué habláis? -Pregunté, cogiendo una silla y sentándome con ellos.
Dylan seguía ignorándome para "salir de mi vida" y estaba mirando a Tyler, esperando a que este dijese algo.
-De nada. Le venía a preguntar qué quiere tomar. -Tyler se encogió de hombros.
-Claro, por eso te sientas y por eso Dylan ya tiene una cerveza en la mesa. -Asentí con la cabeza.
-Dios mío, Rob. -Dylan se pasó las manos por el pelo, decidiéndose a hablarme de una vez por todas.- ¿No se supone que tengo que salir de tu vida para que te aclares? Pues haz como yo, ¡ignórame! No creo que sea tan difícil. -Suspiró.
-¿Para que te aclares? -Preguntó Tyler, el cual no sabía nada de lo que le había dicho a Dylan y por lo tanto, nada de que no sabía si me gustaba él o Dylan.
-El pelo. -Improvisé, mientras Dylan soltaba una risita.
-¿No se lo has dicho? -Intervino de nuevo Dylan.
-¿Decirme el qué?
-Que Dylan y yo tenemos una apuesta. -Respondí rápidamente, antes de que Dylan pudiese decir nada.- Si nos ignoramos mutuamente durante una semana, me... Voy a aclarar el pelo. En la calle. -Añadí, para que no sonase tan estúpido ya que obviamente me tenía que aclarar el pelo cuando me lo lavaba.- Si nos ignoramos pues voy a salir a la calle con champú en el pelo y me lo voy a aclarar en la calle. Con un cubo.
Miré a Tyler y a Dylan: Tyler estaba asintiendo lentamente con la cabeza y Dylan estaba aguantándose las ganas de reírse.
-Que apuestas más raras hacéis, ¿no? -Dijo Tyler.
-Sí. -Me reí, esperando a que esto supusiese un cambio de tema.
Dicho esto, Tyler se levantó y volvió a la barra.
Suspiré y miré a Dylan fijamente.
-No vuelvas a hacer eso. -Le dije.
-¿El qué?
-Tyler no sabe nada.
-Tyler ahora cree que eres idiota porque te vas a lavar el pelo en la calle. No sabes mentir, Rob.
-No funciono bajo presión.
-¿Y por qué él no sabe nada y puede estar contigo mientras yo te tengo que ignorar?
-Dylan, no empieces.
-Vale, no empiezo. -Levantó las manos.- Ahora, Audrey Robinson, ¿cómo van tus ideas después de estos días?
-Igual, Dylan O'Brien.
-Pues, Audrey Robinson, no quiero estar ignorándote eternamente. ¿Te puedo poner límite de tiempo para darle más emoción?
-No.
-Porfa. -Hizo un puchero.
-No.
-Porfa.
-Que no.
-Vale, entonces hasta el lunes. Voy a tu casa cuando salgas de clase y me cuentas.
-¿Qué? Dylan, ¿que entiendes por "no"?
-"Sí". -Se empezó a reír.- Te veo el lunes con las ideas aclaradas. -Dijo, levantándose y yéndose.
Recogí su vaso y lo llevé a la barra, donde estaban Tyler y Sara hablando.
-¿Así que te vas a aclarar el pelo eh, Audrey? -Me preguntó Sara, riéndose porque ella sabía lo que pasaba de verdad.
-Pues sí. -Respondí, firmemente.
-No sabes mentir, ¿verdad? -Dijo, una vez que Tyler ya se había ido para ir a servir a dos amigas que había en una mesa, cada una mirando su móvil.
-Pues no. -Suspiré.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Cuándo vas a decidir?
-Sara, no me metas más presión. -Me di cuenta de que había subido demasiado el tono e intenté bajarlo.- Dylan me ha dicho que el lunes quiere saberlo, pero de verdad que no tengo ni idea.
-Haz una lista de pros y contras. -Se encogió de hombros y la miré algo extrañada.- ¿Qué? Funciona.
-¿La hiciste con Ian o qué? -Bromeé.
-No, idiota. -Se rió y me dio un pequeño empujón en el hombro.- Mira Audrey, sinceramente, yo te veo más feliz con Dylan que con Tyler. Y eres más... No sé, más tú. -Me miró, esperando a que dijese algo, cosa que no hice.- No quiero influir en tu decisión, pero, ¿si tanto te gustase Tyler no crees que no pensarías en Dylan? ¿Que no tendrías dudas? Estarías ya feliz. Y no lo estás. -Cogió unos cuantos vasos y los puso en una bandeja.- Era todo lo que tenía que decir. -Sonrió, satisfecha, y se fue.
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1975 [Dylan O'Brien]
Фанфик-Qué irónico, ¿no? -Susurró.- Nos conocimos en un concierto por casualidad, y ambos estamos solos en la vida. Ambos hemos sufrido y ambos tenemos miedo. -Nada pasa por casualidad, O'Brien. Ahora nos tenemos el uno al otro. -Exacto. -Sonrió.- Estamos...