-Mientras que no canten Chocolate... -Suspiré. El chico enarcó una ceja.
-¿No te gusta Chocolate? ¿A quién no le gusta Chocolate?
-No me malinterpretes, amo esta banda y amo el chocolate, pero esa canción la he escuchado tantas veces que escupiría a alguien en la cara si me la canta.
El chico rió.
-En eso tienes razón, pero la van a cantar. Es Chocolate.
-Lo sé, solo espero que por alguna clase de milagro no la canten.
-Hey, aun no me has dicho tu nombre. -Se le escapó una pequeña sonrisa, cambiando de tema completamente.
-¿Para qué lo quieres saber? Quiero decir, en cuanto empiece el concierto seguramente no hablemos y no nos volveremos a ver jamás. -Me encogí de hombros.
-Para poder decirles a mis amigos el nombre de aquella chica tan guapa que conocí en el concierto de The 1975 y que me acabé liando con ella. -Su sonrisa se hizo más amplia.
-¿Perdón? -Solté una carcajada.- Baja de las nubes, eso no va a pasar.
-Solo dime tu nombre. -Se acercó a mí. La verdad es que era atractivo, bastante, para ser sinceros: tenía unos ojos marrones claros preciosos, a veces te podían parecer claros, a veces oscuros; su pelo, algo desordenado, era negro, algo castaño; no era muy alto pero sí lo suficiente, superaba el metro setenta; y una de las cosas que más me gustaban de él eran sus lunares, tenía bastantes en su rostro, cosa que le favorecía.
Fui a decírselo, justo cuando apagaron las luces porque el concierto iba a empezar.Empujó mi cadera hacia él mientras cerraba la puerta del baño. Se oía a la gente andando desde fuera, yéndose a casa porque el concierto había terminado.
-Audrey. -Dije, en un momento en el que se separó de mí.
-¿Qué?
-Mi nombre. Es Audrey. -El chico seguía algo desconcertado.- Dijiste que necesitabas mi nombre para saber cómo se llamaba esa chica tan guapa que conociste en el concierto de The 1975 y te acabaste liando con ella. Como al final eso es cierto, necesitabas el nombre.
-Bonito nombre. -Sonrió, volviendo a inclinarse hacia mí para besarme de nuevo.
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1975 [Dylan O'Brien]
Fiksi Penggemar-Qué irónico, ¿no? -Susurró.- Nos conocimos en un concierto por casualidad, y ambos estamos solos en la vida. Ambos hemos sufrido y ambos tenemos miedo. -Nada pasa por casualidad, O'Brien. Ahora nos tenemos el uno al otro. -Exacto. -Sonrió.- Estamos...