—Te lo dije.
—Listillo.
Ryan no dice nada.
—¿Sabes algo de Elen?
—Llama a Laia de vez en cuanto, pero Laia me ha dicho que cuando habla con ella y le pregunta por el pueblo siempre evita preguntar. Dice que la nota triste. La vimos hace unos meses y parece feliz dentro de lo que cabe. Se alegró mucho de vernos juntos, pero la situación era incomoda. Laia no quería contarle nada de lo que le ha pasado y Elen no quería saber nada del pueblo. Entre las dos crearon una tensión que antes no existía, demasiados secretos y temas de los que no poder hablar entre dos amigas. Me temo que esto las distanciará, al menos hasta que Elen de el paso de volver, y Laia de decirle lo que le paso—Asiento dándole la razón—Además Elen ahora está muy centrada en sus estudios y cuando tiene tiempo libro se dedica a cuidar a Matty, el hijo de una nueva amiga que ha acogido bajo su ala.
—Me alegra saber que no está sola, pero han pasado casi tres años. ¿A que espera para volver? —Cuando lo haga deberá aceptar no solo ha Liam, sino también a su reino. Tal vez esté preparada para estar con Liam, pero no se sienta capaz de ser reina.
—Lo sé, pero será una buena reina.
—Sí, pero debe dejar muchas cosas atrás, cuando vuelva será porque este lista para ambas cosas.
—Liam debe de quererla mucho.
—Sí, pero él también esta pasándolo mal con todo esto.
—Me imagino.
—Tu no quieres de esa forma a Ainara.
—Déjalo ya...
—Me has dicho que por que no te advertí de lo de Elen...
—No quiero hablar de Ainara—Miro el reloj— Tengo que llamarla, para ver si viene a cenar.
—Te dirá que no—Lo miro serio— ¿Que? Solo le gusta ir a cenar a restaurantes caros.
—Es normal, siendo hija de alguien con tanto dinero y que además es Marqués.
—Claro, como Bianca ¿no? No he visto a nadie que disfrute tanto con la comida basura que a ella...bueno Laia, pero lo de Laia no es normal.
Me río al pensar en la novia de Ryan y sus extrañas mezclas.
—Tiene un estomago a prueba de bombas.
—Y que lo digas.
Cojo el teléfono y llamo a Ainara. Como predecía Ryan no puede venir a cenar.
—¿Está trabajando?
—Sí—No digo nada más y me voy hacia el salón, trato de no hacer caso a sus comentarios. Yo sé cosas de Ainara que ellos ignoran y ellos no están conmigo cuando estamos juntos. A ella le importo...
Aprieto el puño, odiando a Ryan por ser tan bocazas.
Desde que esta con Laia ha cambiado, ya no se calla lo que piensa, y poco a poco nos cuenta lo que le pasa sin que tengamos que sacárselo con pinzas. Me alegra que sea así, no es bueno guardarse todo para uno.
****
Escucho el timbre de la puerta y bajo las escaleras con Jazzy en los brazos, que se acaba de despertar no dejándome con sus lloros que termine de vestirme. Abro la puerta y veo a una seria ___(tn) tras ella. Lleva como ayer dos trenzas y su cara esta limpia de cualquier tipo de maquillaje. El pelo castaño dorado brilla por el sol de la mañana y puedo ver en su pequeña nariz unas pecas. Es una joven muy dulce. No sé como pudieron pensar Ángel y Ryan que podía no ser de fiar. Aunque no me la hubieran recomendado, yo creo que me hubiera fiado de ella nada más verla. Tiene algo especial.
—Buenos días.
—Buenas—contesta, la dejo pasar y veo que lleva la mochila de ayer sobre sus hombros— Siento haber hecho el ridículo ayer...yo...
—___(tn) no hiciste el ridículo.
—Tu no tenias plumas en la cabeza.
Me río al recordar la escena, pero la cara roja de ___(tn) me hace dejar de hacerlo.
—Estabas muy graciosa.
—Estaba ridícula. Tus amigos debieron pensar que era ton.ta.
Recuerdo la escena y me siento culpable por no haber tocado al timbre y ahora sé que su nerviosismo de ayer era porque se sentía avergonzada.
—Cuando venga otra vez llamaré al timbre—Asiente.
—Si vienes solo no hace falta.
Me sorprende que me excluya y no digo nada para no mortificarla más.
—Es tu casa.
—Claro.
___(tn) deja su mochila y Jazzy le tiende los bracitos para que la coja, lo hace y me llega el olor a frambuesa de la colonia de ___(tn).
—Hola pequeña.
—Se acaba de levantar...
—Vete a terminar de vestir, yo me ocupo de ella.
—En la nevera te he dejado escrito lo que come y cuando.
___(tn) asiente y subo a terminar de cambiarme. Cuando bajo escucho a ___(tn) hablar con Jazzy en la cocina.
—Te tienes que tomar toda la leche ahora cuando se caliente y no te queme—Jazzy emite un sonido ilegible y ___(tn) se ríe— No te queda mucho para hablar, entonces me dirás muchas cosas y yo te contestaré. Me encantará hablar contigo.
—No creo que hable pronto. Pero esperamos que no así sea.
—Cuando lo haga, estará bien—___(tn) sonríe a Jazzy y termina de preparar la leche. Se echa un poco en la mano y viendo que no quema coge a la pequeña y le da el biberón que esta no tarda en tomarse.
—¿Has cuidado a bebes antes?
—No, el niño que cuidé antes tenía cinco años—Tuerce el morro mientras piensa y me mira— Por qué las muñecas no cuentan ¿verdad?—Me dice sonriente en tono de broma.
—No—Le contesto con una sonrisa por su comentario.
Me quedo mirándolas hasta que me doy cuenta de lo que hago y me voy preparar un café.
—Seguramente venga esta mañana Bianca. Es pelirroja, con unos ojos grandes y azules. Y si viene con su marido, no te asuste por su cara seria. En el fondo es buen chico.
___(tn) sonríe.
—Ahora me dirás que su marido se llama Albert...—La miro—, por tu cara he acertado.
—¿Conoces a Bianca?
—Sí, creo que hablamos de la misma persona. La vi hace poco cuando regresé de viaje, iba con su marido. Se quieren mucho. Me sorprende que os conozcáis.
—Sí. Qué casualidad.
—Me alegra que vaya a venir—Asiento y miro mi reloj mientras me termino el café.
—Tengo que irme, dile a Bianca que te cuente la historia de cómo nos conocimos.
___(tn) asiente y salgo de mi casa tras besar a Jazzy, extrañado por qué Bianca y ___(tn) se conozcan, ni siquiera son de la misma edad y por las ropas sencillas de ___(tn) dudo que pertenezcan al mismo circulo social. Tal vez ___(tn) sea hija de algún empleado de la casa de Bianca y por eso se conocen. Sí debe de ser eso.