___(tn):
Justin se va, y una vez más como en estos últimos tres días, y me pregunto qué ha cambiado. Está raro, serio, seco, y él no es así. No lo conozco lo suficiente como para saber cómo ha sido siempre, pero algo me dice que no todo va bien. Juego con la pequeña y le doy la merienda hasta que suena el timbre. Al abrir la puerta veo tras ella a dos jóvenes, una tiene unos ojos risueños y verdes, el pelo rubio como el trigo le cae por los hombros, y la otra joven tiene unos preciosos y poco comunes ojos violetas. El pelo lo tiene de un precioso rubio platino y ambas me miran sonrientes.
—Tú debes de ser ___(tn). Ryan y Ángel nos han hablado de ti y bueno Bianca. Qué casualidad que seáis amigas—Comenta la de los ojos verdes— Me llamo Laia y ella es Dulce. ¿Podemos pasar?
Abro la puerta del todo, Justin ya me había hablado de ellas y me dijo que seguramente se pasarían algún día.
—¿Que tal esta Jazzy?
—Bien, acaba de merendar.
Me siento en el sofá y las observo como cogen a la pequeña. No digo nada, y como siempre me pasa cuando estoy rodeada de gente, tiendo a retraerme.
—La estas cuidando muy bien, Justin dice que es una suerte haberte encontrado—Miro a Laia asombrada porque Justin haya dicho eso de mi y sonrío.
—Y yo a ellos...lo que quiero decir, es que me gano un buen dinero...
Me levanto nerviosa, siempre hablo de más, voy a la cocina y empiezo a recoger todo.
—Nos ha dicho Justin que pintas muy bien.
—No ha visto mis pinturas...—Comento sin mirar a Dulce.
—¿No vas dejando por la casa bocetos?
Me sonrojo y me muerdo el labio. ¿Me habré dejado alguno de Justin por la casa? No, yo creo que los he guardado todos...
—Sí, a veces pinto en cualquier sitio. Lo hago sin darme cuenta.
Dulce se pone a mi lado y me ayuda a recoger la cocina.
—No hace falta...
—No es molestia. Estudiabas con Bianca cuando eras pequeña. Nos lo dijo la otra noche en nuestra noche de chicas, dulces y películas románticas.
—Sí, íbamos al mismo colegio, pero su padre no...
—Su padre cuando empezasteis a crecer la separó de ti, por si eras una mala influencia.
—Sí.
Me extraña que Bianca haya contado este momento de mi vida. Pero si lo ha hecho es porque confía en ellas, Bianca es de fiar. Recuerdo como su padre le dijo, delante de mí, a Bianca que nunca más podría jugar conmigo, que yo no era buena influencia para la hija de un duque, que mi mente soñadora solo la haría daño. No tenía más de doce años, pero me sentí un ***** raro. ¿A caso no es normal tener sueños? Bianca era mi única amiga, e igual que Matt, ella me comprendía. Siempre he sido muy tímida con el resto de compañeros, y cuando ella dejó de venir a mi colegio yo me encerré más en mí misma. Siempre con el mismo miedo de parecer ton.ta...