Pasaban los días, como una cuenta atrás.
Shail decidió confesar sus sentimientos, después de darle vueltas y vueltas en su cabeza. Cuando se sintió capaz de hacerlo, Alsan estaba siempre ocupado cada vez que intentaba hablar con él, o alguien requería su atención. Shail se sentía muy solo por ello, a lo que se unía su incapacidad de hablar con Zaisei. Desde lo ocurrido, ya no se dirigían la palabra, y cada vez que sus miradas se cruzaban, ambos apartaban la vista, uno con una mueca de tristeza, otro, de dolor. La chica últimamente hacía cualquier cosa por distraerse: había empezado a dibujar, daba largos paseos por los alrededores y pasaba largas estancias leyendo en la biblioteca. A veces se la podía ver ayudando con los preparativos de la batalla, aunque su naturaleza le impidiera participar.
Shail empezó a desesperarse, a ese paso nunca conseguiría hablar con Alsan. Decidió escribir una carta confesándose, con la esperanza de que su caballero la leyera al acabar la guerra, si es que sobrevivía cualquiera de los dos.
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A la mañana siguiente el joven mago se despertó cansado. Había tenido una pesadilla que le impidió dormir. En el sueño, él estaba junto a un ser querido, y de repente este se convertía en sombras y le atacaba hasta la muerte.
Le intrigaba lo que pudiese significar, pero prefería no pensar en ello. Tenía todas las posibilidades de ser una premonición.
Se vistió su túnica y fue a ver a Qaydar.
-Ya estoy aquí, Qaydar. ¿Qué quieres de mí?
-Tengo que hablarte de Alsan. Esta noche empezará a transformarse, y será más fuerte que nunca- Hizo una breve pausa, y miró al mago con cara de que iba a pedirle algo-. Tienes que encontrar a un mago capaz de mantenerle al margen.
-De eso me puedo ocupar yo.
-No, Shail. Estás muy débil desde que perdiste tu pierna. Tampoco podrás luchar con los demás, si no quieres ser un estorbo.
-Estoy bien. Ya estoy acostumbrado a no tener dos piernas, no supondrá un problema. Quiero ayudar a Alsan, aunque sea lo último que haga.-Dijo, y susurró para sí mismo:-Sólo os quitaríais un estorbo de encima...
-Tu forma de actuar es muy impulsiva. ¿No lo entiendes? Acabarás pagándolo.
-Prefiero morir a quedarme de brazos cruzados. La pierna perdida no me hace más débil, me hace ver las cosas desde otro punto de vista. Al venir aquí, con la batalla a la vuelta de la esquina, ya asumí un riesgo, y no pienso echarme atrás.
-Como quieras.
El mago se alejó, con paso decidido, intentando disimular un poco la evidente cojera.
Qaydar resopló, y continuó con sus tareas diarias.
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Memorias de un mago
Hayran KurguAVISO DE SPOILER: ESTO ES UN FANFIC DE MEMORIAS DE IDHÚN, DE LAURA GALLEGO. NO LEAS ESTA HISTORIA A NO SER QUE HAYAS TERMINADO EL SEGUNDO LIBRO. EL QUE AVISA NO ES TRAIDOR. La lucha del bosque de Awa se acerca, y a Alsan le preocupa algo más que...