Micaela ; nachoela ; TERMINADA.

39 ; ¿ah si? ¿y que sientes por mi novia?

— Señorita Viciconte.. ¿Usted para cuando entregara el trabajo que aún lleva pendiente? —dijo con seriedad la profesora Starlings haciendo que Micaela se golpeara a si misma, llevaba más de dos días debiendo un trabajo de matemáticas.. Y si, la única que lo debía era ella aparte de Ramiro.

— Deme solo un día y prometo traérselo el lunes, por favor —rogó con la mirada y la señora Starlings soltó un suspiro aprobando aquello.

— Ni un día más, si no tiene su trabajo el lunes lo siento mucho pero va a desaprobar la materia.

Lo más difícil de todo era que a Micaela se le complicaría entregar aquel trabajo, se había dedicado en ese mes al baile y nada más que el baile y se había perdido la mayor parte de la clase de matemáticas y no quería desaprobar ninguna materia.

— Bien, Ramiro quiero su trabajo.

— El trabajo esta listo pero lo he olvidado en casa, señora.

— Me extraña de usted porque es un chico muy responsable cuando se trata de entregar trabajos —dijo y Ramiro rodó los ojos comenzando a golpear su mesa, la señora Starlings lo miró con ambas cejas elevadas y luego asintió para así darle un día más como le había dado a Micaela.

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El timbre sonó y eso avisaba que Micaela ya tendría que ir a su clase de danza así que tomó su mochila y espero a que todos salieran del salón para luego salir ella pero Ramiro la detuvo del brazo haciendo que se diera vuelta.

— Estoy llegando tarde a mi clase, luego hablamos ¿si? —reclamo apurada y intento irse pero Ramiro apretó aún más fuerte su brazo pero al ver esto, trato de ser lo más cariñoso posible para no lastimarla.

— Toma —sacó de su mochila cinco hojas y Micaela elevo ambas cejas antes de comenzar a leer las hojas, era el trabajo de matemáticas.

— ¿Y yo para que necesito esto? —pregunto tratando de entregarle las hojas pero este se las devolvió.

— Joder que si eres tonta.. Quédate con el trabajo y entrégaselo a la profesora el lunes —se relamió los labios antes de comenzar a jugar con los bordes de su camisa, Micaela no entendió al principio pero luego al caer en la realidad miro atentamente a Ramiro sorprendida.

— ¿Q-qué? —tartamudeo caminando un paso más hacía atrás, no por miedo sino por sorpresa ante aquel gesto.

— Yo puedo volver a hacer el trabajo y entregarlo el lunes, se que a ti se te complica por la danza y todas esas cosas aparte no me va a costar mucho porque escribí todas las respuestas en una hoja —se encogió de hombros y al ver que Micaela quería devolverle la hoja salió del salón dejándola sola y confundida.

Nunca nadie había tenido un tan lindo gesto como ese con ella, se sonrió a si misma y guardo las hojas en su mochila luego de recordar que llegaba tarde a la clase de baile.

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— Es una tía que vive un tanto lejos y yo quería que pasaras el fin de semana con nosotros en su casa, te va a caer de maravilla porque es un amor —susurro Nacho acariciando la mano de Micaela, esta asintió con una sonrisa dibujada en el rostro y acerco sus labios a los de Nacho antes de cerrar los ojos pero al abrirlos se encontró con aquel rostro tan angelical. Ramiro estaba tomando una gaseosa mientras escuchaba música, se veía tan atractivo de aquella manera.