Hiriéndonos

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Ufff, ¿qué les digo? Va a estar muy dura la cosa. Disculpas adelantadas.
Gracias por leer!! 💗💗💗

...

Desde la ventana todo se veía mucho menos divertido. La nieve arrasaba con cada rastro de vegetación en todo el lugar, no obstante, Kibum estaba fastidiado de no poder salir. Hoy su querido amigo cumplía dieciocho años, era una pena que no pudiese ni darle su abrazo de felicitaciones. Se aferró a las mangas de ese suéter afelpado, regalo de su amo, intentando no pensar mucho en el tiempo que llevaba en el interior de esa mansión.

Un abrazo, esa situación perfecta de estar atrapado en los brazos del otro, tan solo imaginar la suave sensación de tocar su piel, un contacto asociado a la temperatura del verano, tan intimo y reconfortante, sin embargo, todo eso sólo era imaginación. Una muy traicionera, si se le permitía opinar.
Pero Kibum tan solo eso tenía, con eso soñaba cada que sus pensamientos se llenaban de ilusión ¡Que injusto era todo! Ahora había una lista larga de personas que tendrían el privilegio de tenerle cerca. Para él esa día sería como cualquier otro. Al menos por fuera.

"Kibummie, es la hora del almuerzo" Gruñó Kang entre las sábanas, la noche anterior se había corrido dos veces dentro de él, demasiado para el cuerpo agotado de un hombre que está todo el tiempo trabajando. Por lo menos eso conseguía relajar su carácter, aunque a Kibum le produjese desazón.

"Bien".

Kibum caminó hasta la puerta, sabía que Sunny ya había acomodado la bandeja del otro lado. Siempre era de esa forma, Kibum no salía mucho puesto que no era bienvenida su presencia para los demás propietarios, así que todas sus comidas y en su mayoría de actividades las hacía dentro de la alcoba del francés.

Cargó los platos y acomodándolos en la gran mesa redonda tomó asiento. Su señor se incorporó a los minutos. Kibum no planeaba llegar a interesarse por él, pero no ignoraba que los despertares siempre eran los más serenos con respecto al general. Amanecía casi sonriendo, con el semblante ligero y sin ánimo de portarse violento. Ahí es cuando más seguro se sentía en su compañía, aunque eso terminaba al poco tiempo.

"¿Te gusta mucho el paisaje verdad?" Esa era la mentira que le permitía observar en silencio al exterior, solo al amanecer. Julien lo había pensado bien y con la condición de que todos estuviesen dormidos, no le molestaba que su Bummie se asomara por el ventanal de su habitación. En tanto no pudiese contactar con nadie de su pasado reciente no tenía porque inmutarse.

"Lo blanco de la nieve hace que todo se vea más bonito". Dijo sin más, dándole un trago a ese chocolate caliente que Sunny había comenzado a prepararle desde que el frío había llegado al lugar.

"Así es" Consintió Kang, despeinando sus cabellos "Bien. Es hora de irme".

Kibum se levantó, hizo una reverencia y le vio salir sin decir nada. Era un alivio que se marchara. Su mente estaba comiéndolo vivo, llenado sus pensamientos de él, a quien hace meses había dejado de ver. Dios, esa ansiedad por salir era demasiado peligrosa. Sabía que no podía, no debía.

Pero era tan fuerte su deseo de verle que llegó a pensar que, en ocasiones, los minutos se podían convertir en un para siempre.
Aunque el miedo seguía presente, el mismo de antes, podía sentirlo. Lo que lo atormentaba por aquellos días, justo después de haber unido sus cuerpos a la orilla del río.
Le seguía haciendo ruido la posibilidad de que siguiese hablando de él, le asustaba hasta que llegase siquiera a pensarle.

ESCLAVOS (Minkey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora