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Lueco e abrazó y beso el rostro y dijo
«Alma gloriosa, bendita sea la que te llevó en su vientre»

Esa que vez fue un alma orgullosa
Sin la bondad que su memoria recuerde.
Por eso vaga aqui, su sombra furiosa

Cuantos por Reyes tienes allá arriba
Aquí estarán cual puercos en el lodo
Dejando en ellos un desprecio horrible

Y yo: «Maestro, mucho desearía el verle zambullirse en este pantano antes que de este lago nos marchemos

Y el respondió, Aun antes que la orilla se deje ver, seras saciado:
De tal deseo conviene que goces.

Poco después, vi la gran carnicería
Ala sombra .maldecida
Despedazado por fangosa gente.

Gritaban todos: «a Felipe Argente!»
Y el florentino espíritu altanero
Contra si mismo clavaba sus dientes

Lo dejamos en su tortura eterna.
Y hablar de el es ocioso:
Mas un clamos llego a mis oídos
Y abrí los ojos y mire

Y el maestro me dijo;
Hijo querido, es la ciudad de Dite;
En ella habita inmenso pueblo maldecido.

La Divina Comedia El Infierno Según DanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora