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« Por tal culpa aquí yacen solamente
y le castigo, es desear sin esperanza
Piadosa remisión del inocente

Un gran dolor al pecho siento
Al allar a tanta gente en el limbo
Digna de la celeste salvación

«Dime maestro, dime ciertamente,»
Pregunte, para estar mas creciorado
De la fe que al error vence potente;
¿Salio alguno de aquí, que por sus méritos o los de otro, se hiciera luego santo?»
Respondió «Yo era nuevo en este eatado, cuando vi aquí bajar a un poderoso, coronado con signos de victoria.

«Saco la sombra del primer viviente/ de su hijo Abel, y de Noé el del arca
Y de Moisés, el obediente

La del Patriarca Abraham, del rey David, a Israelí con sus hijos y su padre y con Raquel, por la que tanto hizo.

Y de otros muchos; y les hizo santos;
y debes saber que antes de eso,
Ni un espíritu humano se salvaba, »
Jamas subían al paraíso.

Sin parar nuestra marcha de seguida
Íbamos a través de selva espesa
digo selva de gente adolorida.

Casi vencido el primer círculo,
Un fuego vi que en forma de hemisferio vencía de la sombra la oscureza.

La Divina Comedia El Infierno Según DanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora