25. Compañeros de celda.

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"Siempre creí que Tokyo era un incompetente. Al final resultó ser el único que no me abandonó".

-Rubik-

Luego de que su escondite fracasara por completo, Tokyo y Rubik fueron tomados prisioneros por la multitud de sombras. Para cuando el chico recobró el conocimiento y abrió los ojos, se encontró a sí mismo en el interior de una habitación apenas un poco iluminada por la luz de un fuego que entraba por la pequeña ventana en el rincón. La silueta de una niña pequeña se posó frente a él.

-Al fin despiertas. Creí que estabas muerto – Nevaeh dijo con ingenuidad. No sabía diferenciar entre una persona inconsciente y una que había dejado el mundo de los vivos.

-¿Dónde estamos?, ¿Dónde está Rubik? - Él se apresuró a preguntar. Lo último que recordaba era haber sido golpeado con un pedazo de madera en la cabeza dentro de aquel armario.

Nevaeh señaló a su izquierda y él pudo ver a su compañera tumbada en el suelo. También estaba empezando a recobrar la conciencia.

-¿Qué fue lo que pasó?, Me siento como si tuviera una resaca – Rubik al fin habló.

-Riddle y Arista nos abandonaron en el hotel. Intenté salvarnos pero creo que no soy muy bueno en eso – Tokyo no iba a admitirlo nunca, pero se alegraba del hecho de que al menos ambos seguían con vida.

-No me sorprende – En el fondo Rubik estaba agradecida de que él no la dejara morir en manos del demonio.

-Este es el lugar de los olvidados. No se lo que está pasando afuera pero tengo mucho miedo – Nevaeh admitió. Su único consuelo era que ya no estaba sola – Estoy segura de que mi papá y mi hermano vendrán a sacarnos de aquí -.

-¿Ahora somos niñeras? - Rubik no estaba feliz con el hecho de tener a una infante como compañera de celda.

Tokyo se puso de pie y se acercó hasta la ventana pero estaba demasiado alta como para alcanzar a mirar a través de ella. Entonces hizo una señal a Nevaeh para que se acercara. Esta lo siguió y él la levantó sobre sus hombros para que actuara como sus ojos.

-¿Qué es lo que ves? - Dijo con impaciencia. No tenía ni la menor idea de que era lo que sucedía.

-Hay muchos de ellos. Los oscuros están alrededor de una fogata enorme. También hay un... ¡Ay no!, ¡Es demasiado feo!, ¡Bajame! - Nevaeh empezó a moverse sobre los hombros del chico y este la ayudó a bajar con cuidado.

-Es el demonio ¿No?-  Rubik soltó un suspiro intenso al tiempo que se sujetaba la cabeza con ambas manos para intentar calmar su migraña.Nevaeh asintió.

El joven volvió hasta su lugar y se sentó de nuevo en el piso. Buscó entre los bolsillos de su pantalón y extrajo una nintendo 3ds. La encendió y un personaje vestido con ropas verdes y un gorro ridiculo apareció en la pantalla.

-¿Es en serio?, ¿Estamos apunto de morir y tú te pones a jugar con esa cosa? - La chica estaba más irritable de lo normal. Se estaba resignando a que tarde o temprano los sacarían para acabar con ellos, pues si lo que esperaban era que sus compañeros los traidores fueran a rescatarlos, estaban muy equivocados.

-Pues si voy a morir, quiero pasar el resto de mi tiempo haciendo algo que me gusta – Tokyo respondió sin mucho ánimo. Nevaeh se acercó para mirar la pantalla.

En el interior de la habitación cubierta de polvo, los tres rehenes creaban un ambiente de total desesperanza y depresión. Él se había dado por vencido, ella no encontraba la manera correcta de actuar y la pequeña, quien a pesar del miedo era la única que se mantenía optimista, esperaba que el gran espíritu guiará a su padre hasta ese lugar.

Riptide: Noches de sueño tardío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora