6. Cacería

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"Juré por todo lo que tengo, que acabaría con ese mocoso y su hermana. Yo siempre cumplo mis promesas"

-Riddle-

En el interior de una cafetería se encontraban Riddle, Rubik y Arista. Los tres observaban un montón de papeles y fotografías sobre la mesa. Llevaban meses siguiendo la pista de los hermanos intentando alcanzarlos, sin embargo era mucho más difícil de lo que parecía. Sabían cómo desaparecer sin dejar rastro y eran expertos en ocultarse de la vista de sus enemigos.

-Estamos muy cerca, puedo sentirlo. Cuando los atrape voy a hacerlos pagar por lo que nos hicieron, ese maldito enclenque presuntuoso y egocéntrico va a saber lo que es meterse con nosotros. Su estúpido juego está por terminarse – Riddle hablaba con palabras cargadas de furia y resentimiento. Nada ocupaba su mente más que el deseo de vengarse.

-Creo que te estás obsesionando un poco Riddle. Es decir, es divertido perseguirlos y todo, no tengo nada mejor que hacer con mi vida pero si te presionas demasiado podrías no pensar con claridad – Rubik habló antes de darle un sorbo a su doble chocolate con chispas de sabores. Las mangas de su suéter de colores resultaban exageradamente grandes para sus pequeños brazos. Era la única de los tres que sonreía. Con solo dieciséis años podía aparentar ser una chica dulce y alegre pero la verdad era muy diferente. Poseía una mente sádica y despiadada sumada a un gran coeficiente intelectual que solo la volvía aún más peligrosa.

-Rubik tiene razón querido. Sabemos que vamos a atraparlos tarde o temprano, no es necesario que te preocupes demasiado. Cuando los encontremos yo misma me encargare de sacarle los ojos a ese pequeño bastardo – Arista tenía una voz seductora y agradable al oído, como de locutora de radio de un programa para adultos.

-No recuerdo haber pedido su opinión al respecto. Yo conozco mis propios límites y les puedo asegurar que no me estoy apresurando. Estoy seguro de que estamos muy cerca de dar con ellos. Tengo que empezar a prepararme – Riddle hizo una pausa mientras extraía su teléfono celular del bolsillo de su chaqueta marrón -, No es la primera vez que asesinamos a alguien y probablemente no será la última, pero estoy seguro de que vamos a disfrutar mucho de esta ocasión en específico -.

-Como tu digas Norman Bates – Rubik comentó sosteniendo una fotografía en su mano –, Es una lastima, Ennio de verdad está bueno -.

-Que pesimos gustos tienes niña. Aunque si te gusta tanto quizá podrías encargarte tu de él y divertirte un poco antes de hacerlo – Arista tenía una absoluta manera de ver las cosas. En su mundo, si quería algo, simplemente lo tomaba y ya.

-¡De ninguna manera!, Yo seré quien se encargue de acabar con ese tarado. Quiero ver la luz escapar de sus ojos despues de su último aliento. Luego de nuestro encuentro anterior esto se volvió algo muy personal – El hombre no estaba dispuesto a dejar que nadie más le quitara el crédito, quería acabar con su enemigo usando sus propias manos.

-Que aburrido eres. Esta bien, el chico es tuyo pero vas a tener que recompensarme por eso – A Rubik parecía no interesarle demasiado el tema en cuestión. Había terminado con ese grupo luego de fugarse de una institución psiquiátrica en donde cumplía una condena por el asesinato de sus padres a los diez años de edad. Arista y Riddle vieron potencial en ella y decidieron integrarla al equipo -, ¡Miren quien llegó!, El señor "me extravió por meses y aparezco de la nada" - Señaló a un chico que se acercaba a ellos con prisa.

-¡Los encontré! - El joven exclamó antes de tomar lugar en la mesa. Llevaba una camiseta sin mangas estampada con el logo de nintendo, unos jeans ajustados y rotos en la sección de las rodillas acompañados de un par de converse rojos muy sucios. Debajo de su gorro negro se asomaban mechones de cabello rubio que hacían juego con sus brillosos ojos azules.

-¡Nos encontraste!, Di algo que no sea obvio. Genio – Rubik habló con apatía. Le gustaba meterse con la autoestima de su compañero muy a menudo pero a él parecía no importarle.

-¡No estoy hablando de eso! - Él extendió su mano para tomar una dona rosada del centro de la mesa. Le dio una enorme mordida y siguió hablando con la boca llena – Encontré a los hermanos Lofland -.

-¿Estas seguro Tokyo?, No toleraré un error más. No necesito recordarte que la última vez nos derrotaron por tu maldita incompetencia – Riddle se mostró interesado en las noticias recibidas, sin embargo hacía tiempo que no confiaba del todo en él.

-Tan seguro como que acabo de ver su camper a las afueras de un pueblo a solo dos kilómetros de aquí. Por eso los llamé, vine tan rápido como mi motocicleta dañada me lo permitió. Por cierto... ahora si me darán dinero para repararla ¿No? - Tokyo seguía comiendo todo lo que se atravesara por su vista.

-Si lo que dices es cierto, tenlo por seguro. Por ahora tenemos que apresurarnos si no queremos que vuelvan a desaparecer – Arista ahora utilizaba un espejo de mano para retocar su maquillaje. No sonaba muy emocionada al respecto, sin embargo pocas veces dejaba ver su verdadera forma de sentir.

-Nogcrreoo que she vayarnn a moverr pog unn graato – Tokyo habló de forma casi inentendible con la boca repleta de comida.

-¡Deja de tragar! - Rubik al fin explotó. Odiaba los modales del joven.

Tokyo se pasó lo que tenía y luego pudo hablar con claridad una vez más.

-¡Pero tengo hambre! - Replicó, luego sacudió la cabeza y volvió al tema-, No creo que se vayan a mover por un rato. Creo que están trabajando en un caso, jamás se detienen por tanto tiempo a menos que traigan algo entre manos – Aclaró.

-Bien, eso nos da tiempo para acorralarlos. Vamos a llevarlos justo a donde queramos que estén. Una vez que los tenga en la palma de mi mano voy a hacer que me devuelvan lo que robaron y luego los desollaré lentamente mientras disfruto sus gritos – Riddle aplastó una fotografía en su puño apretando con fuerza.

-Espera...¿Desollar?, Yo no pienso mancharme las manos con la sangre de nadie. Ya pasé demasiado tiempo en prisión – El joven hablaba en serio, su pasado consistía básicamente en haber pasado toda su adolescencia en una correccional por hackear cuentas bancarias. Cuando se había unido al grupo dejó en claro que solamente se encargaría de rastreos y problemas de información. Era un genio de la informática y la tecnología pero en el campo de batalla no había mucho que pudiera hacer.

-Eres un marica. ¿Qué pensabas que íbamos a hacer con ellos?, ¿Darles una fiesta sorpresa? - Rubik rodó los ojos y le dio un sorbo más a su bebida.

-Eso sería muy agradable de su parte. Aunque supongo que sacarles las tripas es más de su estilo – Tokyo concluyó antes de seguir comiendo.

-Rápido,llévanos a ese lugar – Riddle se puso de pie y Arista lo siguió. Recogieron todo el papeleo y dejaron un billete sobre la mesa.

-¡Pero si aun no termino! - Tokyo estaba a punto de armar una de sus escenas cuando Rubik lo tomó de la oreja y lo obligó a levantarse - ¡Ouch!¡Eso duele maldita loca! -.

El grupo abandonó la cafetería a toda prisa. Riddle y su esposa entraron en su auto mientras que Rubik tomó el control de la motocicleta de Tokyo obligándolo a ir en la parte trasera, dejando claro que si se atrevía a abrazarla le "arrancaría las bolas".


Avanzaron por la carretera hasta que desaparecieron del lugar.

Riptide: Noches de sueño tardío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora