12 Intromisiones

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"La determinación en sus ojos era brutal. Ennio claramente, no era el tipo de persona que se acobardaba con facilidad. Aún más inquietante, me impresionaba la cantidad de cigarrillos que consumía".

-Elliot-

Después de avanzar entre caminos torcidos, al fin se encontraron con el camper de los hermanos. Era un viejo vehículo despintado con marcas de impacto por todos lados, la cosa parecía estar a punto de desarmarse por su propia cuenta. Elliot se sintió de alguna manera decepcionado al mirarlo, después de todo lo que había visto hasta el momento sobre esos dos, estaba esperando un auto blindado con armas hasta en los neumáticos y en óptimas condiciones.

-Hogar dulce hogar – Elsa dijo en cuanto el jeep se detuvo y pudo bajar de un salto. Su hermano no dijo nada, solo salio por su puerta correspondiente y comenzó a caminar hasta la entrada del camper para meterse de inmediato.

-¿En serio viven en esto? - Hesper no pudo evitar el comentario. También él había estado esperando algo más... excepcional.

-Puedo devolverte a tu adorable casa en el bosque si así lo deseas – La chica respondió a la defensiva. A nadie le gustaba que hablaran mal de su casa, mucho menos a ella -, Ya bajen de ahí, vamos a entrar, les aseguro que es muy diferente por dentro. La pinta es para evitar a los ladrones -.

El interior de la casa rodante era todo lo contrario. Tenía un estilo elegante y sofisticado pero sin negar que sus ocupantes eran un par de jóvenes. Los muebles eran de madera y tenían todo tipo de cosas geniales por todos lados, desde una pantalla plana enorme hasta su propio mini bar en una de las esquinas. La opinión sobre ambos chicos se vio desvanecida ante tal escena, ahora ambos pensaban que debía ser genial vivir en un lugar así y viajar de un lado a otro todo el tiempo.

-Blah, blah blah, si ya se, es genial. Pónganse cómodos... no demasiado y ¡No toquen nada! - Ennio no tardó en comenzar a imponer sus ya casi habituales reglas mientras abría una botella de ron y se servia en una copa de cristal. Por su parte Elsa encendió el televisor y comenzó a cambiar de canal hasta que dio con cupcake wars. Se tiró cómodamente en una silla y no dijo una palabra más por la siguiente media hora.

Elliot estaba cansado. La sola idea de que no estaba ni cerca de salir de su problema le tenía la mente trabajando a máxima potencia. Quería hacer mas preguntas y estar al tanto de todo lo que sucedía pero también tenía miedo de escuchar otra verdad inesperada, de que la situación fuera aún mucho peor de lo que ya era. De ser insuficiente y derrumbarse ante el hecho de que no tenía ni la más mínima idea de a que se estaba enfrentando.

Hesper se quedó dormido en una silla al poco tiempo de haberse sentado. Seducido por la tranquilidad que aunque era efímera e incierta,resultaba mucho más reconfortante que todo lo que había vivido anteriormente. Todo era mejor que tener que vivir con ese par de maníacos enfermos y violentos.

-¿En qué piensas?, Te veo preocupado – La voz de Elsa sacó a Elliot desu pensamiento y este casi da un salto del susto. Cupcake wars había terminado.

-Debería estarlo. Se está jugando la vida en esto y bueno... no parece tener mucha práctica – Ennio respondió desde el otro lado del vehículo mientras examinaba unos planos sobre una mesa.

-Ya sé, no tienes que asustarlo más de lo que ya está – La chica parecía estar verdaderamente consternada por el estado de Elliot. Se imaginaba que era lo que él estaba sintiendo en esos momentos, la impotencia de encontrarse en medio de un problema que nunca se había buscado y del cual había pocas probabilidades de escapar ileso.

Le dio una palmadita en la espalda.

-¿Qué gano yo con asustarlo?, Tonterías. Solo quiero que esos dos estén bien conscientes del lío en el que estamos, ir la esconderse a casa de su tía no va a sacarlos del problema. Que se dejen de estupideces, que tomen una maldita arma y que nos ayuden, de lo contrario son un estorbo. Al menos yo no planeo jugarme el pellejo por ellos, tienen que protegerse a si mismos – Ennio encendió un cigarrillo y de pronto su mirada mostró un repentino interés en uno de los puntos del mapa que examinaba -, Bingo. Vengan, creo que he dado en el clavo -.

Elliot y Elsa se levantaron de su asiento y fueron casi corriendo a la mesa.

-Al principio creíamos que la cabaña del tío Sam en el bosque era el punto de reunión de estas cosas porque nuestra investigación nos llevó a pensarlo, sin embargo cuando estuvimos ahí y nos enfrentamos con ese sujeto antes de rescatarlos de la gorda, me di cuenta de que esos dos no tenían ni la menor idea de lo que esta pasando en el pueblo. Lo que me llevó a seguir nuestra única otra pista disponible – Le dio una calada a su cigarro y se despeinó el cabello para después sacar un viejo libro de un cajón bajo la mesa-, Según el diario de nuestro padre, así es, estuvo aquí antes. Los locales originales de este lugar creían en una profecía que se llevaría a cabo en medio del lugar solo y corrompido. Bueno... el único lugar inhabitado sobresaliente por aquí además del bosque son las ruinas de las viviendas de una raza de indígenas que solían vivir por aquí antes de que la gente fundadora del pueblo los eliminara a casi todos para evitarse conflictos y peleas por el territorio -.

Elliot no tenía ni la menor idea de muchas de las cosas que el joven estaba diciendo pero se evitó hacer preguntas para no interrumpirlo. Por otra parte Elsa parecía estar muy bien informada sobre el tema y se limitaba a asentir una y otra vez como si estuviera por llegar al mismo punto que su hermano.

-No las había tomado en cuenta porque creí que eran irrelevantes después de tanto tiempo, sin embargo cuando leía el escrito en el diario encontré algo extraño – Ennio comenzó a ojear el libro a toda velocidad hasta que dio con la pagina que estaba buscando -, Las hojas están numeradas y aquí faltan dos. Broso o como se llame tu tío falso, sonaba particularmente cargado de odio cuando resalté el tema de los nativos y bueno, investigando un poco sobre la historia del pueblo me di cuenta de que son reacios a hablar sobre ello, supongo que con el fin de suprimir el hecho de que sus antepasados fundaron el pueblo a base de aniquilar a una etnia entera. Desconozco por qué nuestro padre arranco esas dos hojas, pero, en uno de los escritos se menciona el lugar que buscamos como el lugar de los olvidados, aquí los únicos que han sido olvidados son ellos. Creo que ya se a donde tenemos que ir -.

Hasta donde Elliot entendía, sus nuevos compañeros estaban buscando un lugar en donde se reuniría toda la gente sombra con algún motivo.Basándose en el diario de su padre y en una profecía ahí descrita. No sabia nada mas sobre el tema pero de una cosa si estaba seguro...ellos no se detendrían hasta eliminarlos a todos.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos una vez mas por un grito agudo detrás de ellos. Cuando se dio la vuelta se encontró con Hesper tirado en el suelo junto a su silla, señalando hacia la ventana que tenía enfrente. Al otro lado del cristal había un par de círculos rojos rojos luminosos flotando.

Ennio puso manos a la obra y se acercó hasta el punto señalado, sacó su arma y disparó una más de sus balas explosivas. Voló el vidrio en mil pedazos y al otro lado un estallido de luz indicaba que el intruso también había desaparecido. El joven se acercó con sumo cuidado a la nueva entrada de ventilación de su casa y asomó la cabeza solo para volver a meterla en un movimiento rapido.

-Pudiste haber abierto la ventana. Solo digo – Elsa comentó.

-Mierda. No quisiera asustarlos pero... estamos rodeados -. Había preocupación en el rostro de Ennio. Algo que no había mostrado ni por un segundo en todo el tiempo que llevaban de conocerlo.

-¡Imposible!,Cruzamos fuera de su territorio - Elsa tomó su cuchillo y luego corrió hasta un baúl en el fondo del vehiculo mientras su hermano bajaba una escalera del techo y abría una escotilla que llevaba al exterior. Subió y desapareció de la vista de todos. Pocos segundos después los disparos de sus balas y los estallidos ya familiares comenzaron a resonar afuera.

-¡Rápido!, Tomen un arma, no se cuantos sean ellos pero mientras más de nosotros demos pelea mejor – La chica levantó la tapa del baúl y reveló en su interior una amplia colección de armas de todo tipo.

Elliot apretó los puños y caminó rápidamente hasta ahí. Tenía miedo, pero también estaba harto de tener que depender de ellos dos para permanecer a salvo, quería ayudarlos como ellos lo ayudaron a él y no se quedaría con los brazos cruzados o los abandonaría para huir de un destino que claramente estaba aferrado a él.

Riptide: Noches de sueño tardío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora