Ready To Run | Harry Styles (Español)

dos

Harry

Mis hombros se hundieron al ver a esta misteriosa y hermosa chica salir del local. Muchas preguntas flotaban en mi cabeza y no había manera de que pudiese responder alguna de ellas. Y claro que había estado en distintas situaciones bizarras antes, pero ninguna me había impactado como lo hizo esta.

Mia. ¿Quién era esta chica? Ella era tan joven para casarse y era evidente que no era lo que ella quería. ¿Que mujer joven no sueña con el día de su boda?

De pronto, una sensación de responsabilidad se apoderó de mí. Suponiendo que yo era el único a quién ella le confió acerca de su problema y el único que era capaz de ayudarla.

Suspiré, sentándome de vuelta en el taburete de la barra. No importaba, de todas maneras, porque no tenía idea a donde había escapado.

“¿Puedes darme otro trago?” le pregunté al barman.

“Seguro, amigo” me contestó él mientras tomaba mi copa vacía y mezclaba otra vez la bebida. Una sensación vibrante apareció en el bolsillo de mi pantalón y saqué mi teléfono para ver una llamada entrante de Smith's Renting, el lugar donde obtuve mi remolque para el viaje.

“¿Hola?” contesté.

“Señor Styles, es Adam Smith de Smith's Renting. Sólo lo llamaba para informarle que se remolque está listo para ser recogido” Una voz desaliñada dijo desde la otra línea. “Usted ya ha pagado por adelantado, así que sientase libre de pasar hoy a buscarla.” Sonreí.

“Gracias, Señor Smith. Estaré pasando lo más pronto para recogerla” le dije antes de colgarle.

De repente, una patética idea apareció en mi mente. Levanté mi cabeza para ver al barman servir el resto de mi bebida ante mí, mientras que con rapidez yo ordenaba todos mis pensamientos. Mi plan era absolutamente loco, pero podría funcionar.

“¿Puedes hacerme un favor?” solté.

“Uh, creo que sí.” El barman rascó su nuca. “¿Que es?”

“¿Podrías decirme si alguna boda estaría realizándose por esta área?”

...

Mia

Cuando entré a la iglesia, podía haber jurado que una bomba había explotado.

Todo a la vez, la gente se acercó a mi con millones de preguntas saliendo de sus bocas: "¿Donde estabas?", "¿Te has dado cuenta que llegas dos horas tarde?", y "¡Has tenido a todos esperando!". Yo simplemente me quité a todos de encima mientras que mi mamá me tomó bruscamente del brazo y me arrastró hacia una habitación detrás de la capilla, no literal cuando digo que me arrastró. Su agarre era fuerte, sus uñas se clavaban en mi piel.

“¿No te has dado cuenta de lo aterrados que hemos estado?” mi madre prácticamente gritó. “¡Te he llamado veinticuatro veces!”

“Lo siento, mamá” me disculpé. “Mi teléfono debió haber muerto”

“Eso todavía no es una excusa por llegar tarde a tu propia maldita boda” mamá gritó. “¡La maquilladora estuvo a punto de irse! ¡Tu pudiste haber arruinado toda tu boda por completo!”