veintitres

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Mia

"No puedo creer esto" Harry se quejaba mientras ambos estábamos esposados y siendo tirados bruscamente en la parte trasera del auto policial. Yo todavía no era capaz de hablar, estaba absolutamente aturdida por lo que acababa de pasar.

"Oficial, por favor, esto no es necesario" Harry trataba de negociar. "Puedo pagar nuestras fianzas aquí mismo, ahora. No necesitamos hacer de esto una gran cosa"

"Ustedes cometieron un delito federal, señor. Ese es un crimen penalizado por la Ley, y tengo que seguir los procedimientos. Te recomiendo que mantengas la boca cerrada amigo, o la pasaran mal en la cárcel" el policía gruñó, poniendo en marcha el carro. La palabra cárcel retumbaba en mi oído. ¡Era demasiado joven para ser una criminal! Si de alguna manera esto llegara a mi familia y si esto se convierte en algo que necesite de un caso en la corte ellos fácilmente convencerían a los jueces para que me hagan volver a ellos.

"No puedo ir a la cárcel" lloriqueé, limpiándome los ojos con mis manos temblorosas. "Harry, mis padres no pueden saber acerca de esto"

"Shh, nena" Harry dijo calmándome "Voy a arreglar esto, ¿de acuerdo? Sólo espera"

Quince minutos atrás, Harry y yo estábamos riéndonos estúpidamente mientras poníamos carteles en contra de SeaWorld, y ahora éramos criminales. Mi historial era completamente limpio y si la prensa encontraba que Harry y yo estábamos arrestados juntos me iban a odiar aún más. La culpa iba a ser para mí, no para él.

"Necesito decir una cosa" Harry le habló otra vez al policía. "Esto tiene que ser un asunto completamente privado. Entiendo que hicimos algo... malo, pero si algún medio se entera sobre esto te demandaré"

Nunca en mi vida me imaginé que Harry podría ser tan severo con alguien, y mucho menos con un oficial.

"Por favor, absténgase de amenazar a la policía, señor". La voz del oficial salió con sarcasmo al referirse a Harry como señor. Ambos sabíamos que él sabía quiénes éramos nosotros y él tenía el poder de exponernos a la nación de que habíamos cometido un delito menor. La mano de Harry apretó la mía un poco y froté mi pulgar en su antebrazo, dándole una mirada tranquilizadora.

"Como pareces querer iniciar una conversación, por el amor de Dios, ¿qué se supone que estaban haciendo? No solo pueden ser acusados por allanamiento de propiedad, destrucción de propiedad y otras cosas, sino que también pueden ser demandados o tener una orden de restricción por parte de SeaWorld"

"Yo-" Harry empezó a hablar antes de que lo interrumpiera.

"Tenemos derecho de permanecer en silencio" exclamé. Harry me miró de reojo y bajé mi voz para que él pudiese oírme y el detestable policía en el asiento de adelante no lo hiciera, "Derechos Miranda. Es una cosa americana. Sólo no hables porque puede ser utilizado en nuestra contra"

Harry mordió su labio y asintió. El resto del viaje nos mantuvimos en completo silencio. Estaba demasiado asustada de decir algo, el policía estaba consciente de eso, y Harry probablemente estaba un poco desorientado porque no tenía idea de lo que era la Regla Miranda. Sus manos descansaban sobre mi pierna mientras estábamos sentados lo más cerca que podíamos. Ninguno de los dos recordamos en ponernos el cinturón de seguridad.

Después de quince minutos, llegamos a la estación policial. Mis manos empezaron a temblar, pero Harry me susurraba cosas al oído para mantenerme más o menos calmada. El oficial nos escoltó hasta adentro, y, para nuestra satisfacción, no habían señales de paparazzis o personas curiosas en el lugar.

El edificio por dentro olía a moho. Era pequeño, no tan grande como suelen ser las oficinas policiales, con un pequeño escritorio al frente y algunas sillas con revistas a un lado. El oficial caminó hacia nosotros desde la parte trasera donde había una celda.

Ready To Run | Harry Styles (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora