veintiocho

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Mia

Despertarse en un yate era probablemente la mejor manera de despertarse.

La habitación que Harry y yo compartíamos era increíble. La cama era tan cómoda que levantarse de la cama fue una lucha aún mayor de lo que normalmente era. Louis y Harry ya se habían levantado para cuando tuve las fuerzas de pararme. Ambos estaban sentados afuera, sobre la cubierta.

"¡Buen día, cariño!" Harry sonrió, envolviendo sus brazos alrededor de mí tan pronto me vio. "Pensamos que nunca te despertarías"

"Buenos días" les respondí aun con sueño, mientras que los dos chicos me apretaban en un abrazo gigante. El océano se veía absolutamente hermoso, la orilla apenas estaba a la vista, pero mirando en la dirección opuesta se podía ver que se extendía por millas y millas.

"Definitivamente no vamos a tener que preocuparnos por la privacidad estando aquí" Harry dijo, aun abrazándome contra él. "Sólo somos nosotros y el agua"

El no tener que preocuparnos por escondernos de los medios parecía un sueño.

"Y yo" Louis nos recordó, "También estoy aquí"

"Y Louis" Harry soltó unas risas. "Hoy pienso simplemente acostarme por aquí y broncearme. ¿Qué dices, nena?" A pesar de que él me ha llamado nena varias veces, cada vez se sentía como si fuese la primera vez. Mariposas revoloteaban en mi estómago y hacia todo lo posible por no empezar a gritar.

"Parece una buena idea" le respondí.

Harry y yo nos acostamos afuera por horas. Con el sol golpeando sobre mi espalda y el hombre del que me estaba enamorando justo a mi lado, podía decir que definitivamente estaba en el paraíso. Harry me abrazó, trazando líneas imaginarias por toda mi espalda. De vez en cuando él me tomaba de la barbilla para mirarlo y me besaba tiernamente y perezosamente, haciendo que me riera sobre sus labios o simplemente sonriera.

Alrededor de la una, almorzamos junto con Louis. Las paredes de la cocina eran mas que todo ventanas, así que a pesar de que comiéramos dentro aún se podía admirar el océano. Cat se había mantenido adentro, escondiéndose bajo nuestra cama o detrás del sofá, demasiado cobarde como para poner una pata en la cubierta. Y apenas nosotros poníamos un pie adentro, ella salía de su escondite para asegurarse de que la acariciáramos entre sus orejas.

Para el almuerzo tuvimos dedos de sándwiches, o al menos así era como los llamaba Harry. Eran sólo sándwiches pequeños y en forma de triángulos con queso americano y jamón. Para que nuestro almuerzo se viese m+as bonito, bebimos jugo de uva espumoso en copas de vino, como las personas con clase que eramos o al menos pretendíamos ser.

"Creo que saltaré al mar" Louis acotó.

"Suena como una buena idea" Harry estuvo de acuerdo, asintiendo. "No nos olvidemos de que hay un trampolín por ahí"

"Te pago cinco dólares si saltas de ahí" Louis sonrió, con un brillo malicioso en sus ojos. Harry y Louis empezaron a subir su apuesta. Yo era demasiado cobarde para estar de acuerdo. El espacio entre el trampolín y el mar era demasiado. Las alturas no eran lo mio, ni mucho menos las profundidades del mar.

"¿Crees que haya alguna medusa en estas aguas?" pregunté. Harry me miró extrañado hasta darse cuenta de lo que estaba preguntando.

"Cierto que eres alérgica a... ¿Cómo es que se llaman?" dijo.

"Nematocistos" le contesté "El veneno de las medusas"

"¿Qué pasa si te pican?" me preguntó Louis, mientras tomaba un trago del jugo espumoso directamente de la botella. "¿Tu cara se pone toda hinchada y gorda?"

Ready To Run | Harry Styles (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora