Capitulo 2- No me ignores

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Trate de tomar valor para entrar a la sala pretendiendo que nada paso porque ni muerta le iba a pedir perdón, ¿Por qué tendría que hacerlo? Solamente defendí un hecho justo, aunque la chica sea un desperdicio era una mujer y ninguna mujer tendría que ser tratada así, respire hondo varias veces y entre al salón, mi mama tenía una sonrisa simpática y una voz dulce, yo trate de esconder mi fastidio

-siéntense por favor- dijo mi mama muy amablemente indicándoles la mesa muy bien adornada con velas y un mantel nuevo. Mi madre me miro y me dedico una mirada matadora

- muchas gracias Eloísa - dijo el hombre sentándose a la mesa

-¿señor quiere una bebida?- dije muy amablemente con una sonrisa forzada en la cara

- claro preciosa. Lo que vos quieras, me da igual- dijo muy simpático- y no me llames señor que me haces sentir viejo, llámame Claudio- suspire de nuevo tenía que aguantar esto

-¿y vos?- dije refiriéndome al chico que me miraba con travesura

- sí. Yo quiero un licuado de ananá con tres gotas de miel y una de canela, no te pases con el azúcar – dijo en un tono burlón, rio por debajo y yo me mordí los labios para no mandarlo a la mierda 

- perdón no tengo ananá- dije haciendo sonar mis dientes

- entonces dame algo que tenga menos de 3 calorías- sonreí y me fui a la cocina, mi madre estaba como loca terminando la cena, agarre dos vasos, uno lo llene con coca cola y en el otro hice un interesante mescla, agarre el agua de mi perro que hace tres días estaba ahí y lo invertí en el vaso, le agregue tres piscas de sal y una de azúcar, muy sonriente volví a la sala junto con mi madre pensando en mi pequeña travesura, le di los vasos a los dos 

- ¿Qué es esto?- me pregunto el chico cuando puse el vaso enfrente de el

- es agua, es lo único que tengo con esas características- el me arqueo las cejas y se llevó el vaso a la boca, trataba de no reírme para que no se diera cuenta pero me podía, lance una pequeña carcajada, antes de llevarse a la boca, sonrió y me tendió el vaso

- primero tómalo vos- me dijo y yo cambie la cara, mierda se había dado cuenta, Claudio estaba concentrado en su celular parecía que no había un mundo alrededor de el

- no, gracias. No me gusta el agua – dije negando y volviendo el vaso en la mesa

- entonces a mí tampoco me gusta- dijo alejando el vaso de él. Volví a suspirar tenía que aguantar por ahora- tráeme otra cosa

- está bien- dije y antes de salir dije en un susurro- maldito- el me escucho porque me crucifico con la mirada pero yo respondí con una sonrisa amable, tire el agua del perro en una planta, pobre planta pero luego la regaría. Al llegar a la cocina mi madre interrumpió mi mente malévola que pensaba otro plan para vengarme de el

- Emily lleva los platos a la sala- asentí y lleve a la mesa platos que se veían deliciosos y muy calientes, ubique los platos y mi mama apareció. Todos nos sentamos en la mesa, trate de no mirarlo ni provocarlo, mi madre amaba su trabajo y no quería que por mí lo perdiera

- ¿y Emily como te va en el colegio?- dijo Claudio interrumpiendo mis pensamientos

- muy bien, soy la primera de mi clase y mis promedios no bajan de diez- dije muy orgullosas por mis logros

- Eso es muy admirable, me gustaría que Gabriel  por lo menos llegue a un siete- lance una pequeña risa y él puso una mueca de fastidio. Se llamaba Gabriel este chico tan molesto, ahora que sabía su nombre me sentí mejor por lo menos sabía a quién me enfrentaba- ¿y a qué grado vas?

Hasta llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora