No estas sola

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            Becca

Bailaba alrededor de mi sala, escuchaba Nirvana y daba giros, mi celular me mostraba una tras otra notificación de Dylan, yo solo bailaba, no lo necesito ahora, no necesito de sus manipulaciones, él tiene a Luna, Francisco también tiene a Luna, todo el mundo tiene a Lu, ¿y a mí? bueno, a mí me tengo yo.

De repente la música paró y empezó a sonar el celular, cuándo Dylan necesitaba a alguien urgentemente le llamaba, me ganó la curiosidad mientras el poco ego que quedaba en mí se daba golpes contra la pared.

- ¿Qué? - Respondí secamente

- Carajo Be, dónde estabas, me tenías preocupado

- Estoy en mi casa baila...- Un mareo me llegó de repente, el cielo se volvió borroso, me apoyé con los ojos cerrados contra una esquina de mi casa mientras el mundo entero me daba vueltas

-Becca.... ¿estás bien?

-Si... solo... me dio mareo- Sabía que la falta de alimentación y el ejercicio jamás eran buena compañía

- Becca, hace cuánto nosotros.... ya sabes... estuvimos juntos

- No se Dy, hace varios meses, antes que Lu llegara no se bien cuanto tiempo, es más, incluso puedo asegurar que fue mucho tiempo antes del "eclipse Lunar"- Dije abriendo los ojos despacio, definitivamente mi cabeza había dejado de dar tantos giros

- Y de ahí... ¿te has acostado con alguien que yo no sepa?

Recordé a Francisco sobre mi moviéndose con fuerza

-No

-Be...

- Yo solo...- Mis ojos se inundaron de nuevo, ¿qué me había hecho ese niñito bueno?

- Be... ¿te rompieron nuevamente el corazón? - Dijo Dylan con voz preocupada

-No.... es que... bueno... un poco, pero....

-Ven a mi casa

-Pero me despediste

-Sigues siendo mi mejor amiga, ven acá

Tomé el coche de mi madre y conduje hasta la casa de Dylan, al doblar la esquina vi a Francisco llegar con un ramo de rosas a la casa de Luna, mis ojos se volvieron a nublar por las lágrimas, no entendía por qué él era tan inocente, aún recuerdo ese día cuándo me llamo para pedirme consejos para salir con Luna, me hacía pequeñas heriditas mientras le daba miles de ideas, hablamos casi hasta las tres de la mañana, pero solamente de ella, ella y nadie más, cuándo entro a la casa de Lu, yo estacione el coche y timbré en la casa de Dy

- Hola- Me dijo sonriente, como respuesta lo abrace durante unos segundos hasta que... ¿qué es ese olor? algo paso en mí en ese instante, aparté de mi lado con fuerza a Dylan de la puerta y corrí al baño que tenía más cercano vaciando la poca comida que había logrado entrar y permanecer en mi estómago

- Mierda Be... no hueles a alcohol, ¿qué te sentó mal?

- Hay un olor terrible acá Dylan, has considerado innovar en el arte del aseo

-Be, son solo unas velas que puse, el vendedor me dijo que atraían al amor perdido o una mierda de esas

-Pues te estafaron querido, porque acá huele a vomito de bebé

Dylan fue apagando una a una las velas, y conforme el olor fue desapareciendo fui capaz de salir a la casa, me senté en uno de los sillones de cuero de Dylan mientras él me tomaba dulcemente de las manos

Hasta el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora