-Y hay comida suficiente en la nevera
-Está bien mami
-Y también te dejamos dinero
-Vale papi
-Y no le abras la puerta a desconocidos
-Y nada de muchachos
-¡Pueden irse tranquilos! No voy a hacer de esta casa una fiesta
Mi mamá me abrazó por última vez, mi padre me dio un beso corto en la cabeza y salieron por fin, el pastor de mis padres los había llamado para una reunión con todos los pastores de las iglesias, lo malo es que la iglesia de quedaba fuera del país y tuvieron que irse una semana, ya me había quedado sola antes pero digamos que muy bien no la pase, entendía la preocupación de mis padres.
Me dirigí a la cocina despacio y me serví un jugo de la nevera, entonces escuche un ruido seco en mi cuarto, justo cuando iba a subir a ver que era mi celular vibró desde la parte trasera de mis shorts, sin dejar de ver hacia la puerta de mi cuarto saqué el celular confundida era un mensaje de Fran
>> Deberías subir a tu cuarto
El ruido seco era de él, sonreí entusiasmada, subí de a dos mis escaleras cuando llegue me encontraba confundida, no lo veía en ninguna parte, hasta que me fije que en la cama había una caja, me acerque despacio había una carta sobre ella
>> TE ESPERO A LAS OCHO MÁS HERMOSA DE LO QUE YA ERES
Abrí la caja y dentro había un precioso vestido blanco, me lo puse sobre el cuerpo era perfecto y de mi talla, sonreí como una boba, saque el celular
-¿Cómo sabes mi talla?
-Te he acompañado más de una vez a comprar tu ropa Lu
- Es perfecto, me encanta
-Nos vemos a las ocho preciosa
Sonreí emocionada, fui a lavarme el pelo, no sabía si hacer pasar a Francisco o no a mi casa, finalmente él ya sabía que era estar con una chica.... Pero me imagino que sigue siendo Fran, del chico que se giraba cuando me cambiaba delante de él en mis peores épocas, me deje una bata sencilla sobre el cuerpo y me alise el cabello con secadora y plancha, adorne mi largo cabello con una diadema sencilla, al ponerme el vestido me di cuenta que abajo de él, en la caja habían unos accesorios como un collar sencillo de oro y unas lindas perlitas, sonreí encantada mientras me las ponía, Francisco me conocía perfectamente, sabia tanto de mí que pudo comprar el vestido perfecto, me puse unos tacones altos color negro, cuando estaba terminado de ponérmelos sonó el timbre, baje con cuidado las escaleras y abrí, me quede sin aire, estaba precioso, tenía un pantalón oscuro pegado al cuerpo con una camisa azul cielo formal pero desabotonada ligeramente
-La princesa de la noche
-Estas muy guapo
-Bueno... ya me imaginaba que ibas a estar preciosa, quería estar a la altura de esta mujer tan perfecta que tengo justo frente a mis ojos
Lo abrace con fuerza, él me tomo del rostro y me dio un beso corto en los labios mientras me sonreía
-esto me parece un sueño
-Aquí estoy
Volvimos a unir nuestros labios, los ojos de Fran al final brillaban con tanta fuerza que me derretían por completo, me tomo de la mano y comenzamos a caminar. No sabía a dónde me llevaba pero estaba con él y era más que suficiente
Llegamos a un centro comercial y me llevo a mi restaurante de comida italiana favorita, justo cuando pensé que hasta allí iba la cita, me tomó de la cintura y me tapó los ojos

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Hasta el Cielo
Novela JuvenilLuna es la mimada hija de los Pastores Marta y Antonio Recman, nunca se imágino que un día el escuchar una canción de rock le llevara a conocer al vocalista de la banda más importante de su ciudad. Dylan hará todo para estar con ella, y ella hará to...