Era la cuarta vez en la noche que vomitaba, mamá me apartaba el cabello de la cara y me daba agua, mientras tanto papá corría hasta la tienda para conseguirme sueros e hidratantes, yo sabía que no era algo físico, era un ataque espiritual, ya me había pasado, la primera vez que dance estuve a punto de ser internada en el hospital por deshidratación, pero apenas puse un pie en el púlpito, mi malestar se acabó, ahora, el enemigo me había querido pervertir, había hablado de santidad sin sentirla, había hablado de pactos sin hacerlos, pero una vez, vi el pecado con mis propios ojos me levante en guerra, y estudié sin parar el tema, escuche predicadores, leí, me informe, y cuando iba a empezar a escribir mi predicación comencé a vomitar.
- Antonio por favor tráeme más suero
-Pero Martha cuanto suero más vas a ponerle a la niña ¿De qué vas a hablar Lu... mañana?
- Ve a mi computador y mira el historial- fue lo único que pude decir con la garganta seca, mi mamá me paso agua apenas me escucho la cual agradecí profundamente
Papá volvió con el computador y se sentó en el piso
-¿Sabes que quieres que vaya en tu predica?
Asentí suavemente
-Vamos a hacer lo siguiente, Luna, en cuanto tú puedas vas a empezar a dictarme, Martha, empieza a orar con guerra, sin que eso impida que yo escuche a Luna, lo mismo paso cuando ibas a danzar, y esto pasa por que el ámbito espiritual sabe que va a pasar mañana, tenemos que ser fuertes todos por esos jóvenes que vas a liberar.
Los tres nos acostamos un poco más tarde de las 4 de la mañana, mi padre me alzo en brazos porque mi cuerpo no tenía las suficientes fuerzas como para caminar por si mismo, mis padres me dejaron dormir justo a tiempo como para almorzar y salir a predicar.
Aunque la guerra había sido fuerte eso no me iba a detener de ninguna manera, me puse un vestido largo, use unas sandalias altas, me arregle el cabello en un semi recogido y salimos a la iglesia, me recosté durante la ventana y cerré los ojos durante el camino, al llegar, me maquillaron y me taparon los rastros de la falta de sueño
Estaba caminando al pulpito respirando lento y profundamente, sentía las arcadas, la falta de sueño y la debilidad de mi cuerpo, por eso deseaba estar ya en el altar, allá era mi lugar seguro, empecé a caminar pero entonces lo escuche
-Luna
Mi cuerpo se paralizo, el enojo que tenía contra Dylan... O bueno, no es contra él, es sobre la manera en que el enemigo lo estaba usando para sacarme del propósito me asqueo por completo, no podía irme en contra de él, después de todo lo que pase en la noche decidí si o si ganarlo para Cristo
-Hola
-Te he escrito... No sé si viste mis mensajes
-No... He estado estudiando...-De nuevo llego la sensación de mareo, Dylan inmediatamente me alcanzo y me abrazo, trate de desprenderme de sus brazos pero estaba tan debilitada que no pude, Papá sin embargo, que veía la situación desde lejos se acercó rápidamente
-Tranquilo Dylan- Dijo mientas me apartaba de sus brazos- Ve y te sientas, estoy seguro que vas a aprender mucho de Luna hoy
-¿Qué? Usted la va a dejar pasar para que se desmaye allá afuera
-Tu, ve tranquilo, que si Luna se desmaya tiene a todo un grupo de personas protegiendo su vida
Dylan me miro preocupado pero fue y se sentó junto a Francisco, él se había enterado de la noche que pase, mi madre lo llamo para que nos ayudara a orar, así que incluso sin verlo, sabía que estaba orando en lenguas desde donde estuviera.
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Hasta el Cielo
Ficção AdolescenteLuna es la mimada hija de los Pastores Marta y Antonio Recman, nunca se imágino que un día el escuchar una canción de rock le llevara a conocer al vocalista de la banda más importante de su ciudad. Dylan hará todo para estar con ella, y ella hará to...