Celos (First Shot)

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Ambientado después de él guante cobre. Sin spoilers de la llave de bronce.

***

—Call.

—Call.

—¡Call, cerebro de liquen, despierta!

Call abrió los ojos. Unos bonitos ojos oscuros le miraban malhumorados, junto con otro par de ojos verdes divertidos. Inmediatamente reconoció a Tamara y a Aaron, sus mejores amigos. Su mente empañada, le hizo no reconocer donde estaba. Tardó unos minutos en asimilar qué estaba en la sala de la serie de habitaciones qué compartía con ellos, y poco a poco, los recuerdos de lo pasado en la semana, le invadieron repentinamente. Sin embargo; al pensar en eso, en vez de estar feliz, sintió una presión aplastante en el pecho. Call notó tardíamente después qué esa presión en realidad era Estrago, su lobo.

Call sintió sus orejas arder.

—¡Estrago, levantate!–le siseó. Estrago le bostezo en la cara, en un acto total de rebeldía. Aaron soltó una risita. Tamara sólo se cruzó de brazos, impaciente.

—Estrago, ya estas muy grande para eso...–le regañó. El lobo caotizado ni le miró. Inútilmente trató de quitarlo encima de él, pero Estrago no era exactamente liviano. Durante el curso de Cobre, Estrago había crecido exageradamente. No cómo Call, qué aún seguía atascado en su estatura. ¿Y cómo Estrago no crecería? Después de lo qué sucedió ese curso, con Aaron, Tamara, Jasper y él como héroes, Estrago había quedado casi cómo una leyenda. Cualquier persona qué le veía o salía corriendo en la dirección contraria, o con mucha valentía, le tiraban unas salchichas y lo alimentaban.

—Estrago, bajate de Call. Estamos apurados.–dijo Tamara, suavemente. El lobo obedeció esta vez, bajandose del pecho de Call y caminando hacia Tamara. Call no tuvo tiempo de sentirse   traicionado, porqué cómo un rayo, él Maestro Rufus, irrumpió en la sala.

—Aaron, Tamara.–asintió hacía sus estudiantes. Posó sus ojos en Call.—Callum Hunt.

¿Por qué tuvo qué decir su nombre con ese tono? Oh, ¿Por qué?

Call rascó su barbilla, inquieto.

—Lo qué sea qué haya pasado, no fui yo.–aclaró. El Maestro Rufus arqueó una peluda ceja.

—¿Has hecho algo malo últimamente?

Call miró a sus amigos, inseguro de cómo contestarle a su Maestro. Aaron ya no parecía divertido, sino preocupado por la pregunta. Tamara ahora sí qué parecía divertida.

—¿No?–respondió vacilante.

—Entonces no tienes de qué preocuparte, Call.–El Maestro Rufus contestó. Call exhaló de alivio.

—Ahora, alistate rápido. Claramente, nadie te dijo lo qué iba a pasar.

Sus amigos tuvieron la decencia de lucir avergonzados.

—Estabamos en la galería y se nos olvido.–se excusó Aaron. Tamara abrió los ojos y le dió un codazo para qué se callara. Callum sintió un pinchazo de algo qué no sabía en el pecho. No pudo evitar pensar: Probablemente Tamara no quiere qué me enteré qué salieron sin mi. Y luego un pensamiento más alarmante le invadió.

¿Qué hacían Aaron y Tamara saliendo juntos, y solos?

Call sintió una inquietud. Había visto muchas películas donde dos mejores amigos empezaban salir y entonces el tercer amigo se volvía la tercera rueda. Y normalmente, ese amigo era él qué moría primero en las películas de terror.

Magisterium Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora