Magisterium Shots.

Se paciente, Call (Calron Shot)

Sin spoilers.

***

Estúpido Aaron.

Era estúpido y Call lo sabía. Escaparse del Magisterium a la medianoche para hacer algo qué solo Dios sabría en el bosque, –algo qué, con una sonrisa diabólica, Aaron no explicó–, rayaba la estupidez. Tamara no había ido con ellos porqué había peleado con su hermana Kimiya, y porque estaba teniendo unos conflictos femeninos qué, Call no entendía y que Call prefería mantener de esa manera. Así qué sólo eran Aaron y Callum (Estrago se había quedado con Tamara ya qué a llanto y a grito, Tamara había ordenado qué no se lo llevaran)

Y ahora estaban allí, bajo la oscura sombra del bosque del Magisterium, intentando desaparecer el frío qué se calaba hasta sus huesos. Call titiritó y se acurrucó en su suéter, buscando calor:—Esto es estúpido, Aaron.

Aaron río por lo bajo.

—Ni siquiera sabes qué vamos a hacer.

—No necesito saber qué vamos a hacer para saber qué esto es estúpido.

Sus ojos verdes brillaron con malicia. Dio un pequeño salto animado, acelerando un poco su marcha.—Ya veras, joven e inocente, Callum, ya verás.

Call le frunció el ceño.

—¿Ya veré qué? ¿Mi inminente muerte? Wow, escaparse del Magisterium e ir al bosque repleto de caotizados y probablemente elementales...

—Allí abran otros chicos.–Aaron interrumpió, pero Callum lo ignoró y continuó.

—...y nosotros sirviendonos en bandeja de plata, buscando la muerte ¡Gran idea, Aaron! No sé como no la pensé antes.

—No seas tonto, Call.–dijo Aaron. Luego corrigió:—Probablemente moriremos congelados antes de qué nos mate algún elemental.

Call estuvo indignado.—¡Bueno, gracias!

Aaron río un momento, pero repentinamente se puso serio. Desaceleró el paso para estar al mismo ritmo y lo miró con preocupación. —¿Tienes mucho frío?

Call se encogió de hombros. Todavía tenía el ceño fruncido en irritación, pero estaba más tranquilo. No quiso responderle a Aaron porque, conociendolo se devolvería solo porqué Call tenía frío, y Aaron se quedaría a su lado toda la noche haciéndole tazas de chocolate caliente. Call no quería que la noche se arruinara sólo por él, ya hacia bastante retrasandolo con su pierna.

—Un poco.–fue lo único que logró admitir Call. Aaron camino a su lado, y Call juró ver un poco de nerviosismo en su cara.

—Um, ¿sabes? Tamara me enseño un truco de cómo mantener el calor en mis manos para qué se disipe a mi cuerpo. Si quieres...

—Tomarte de la mano.–concluyó Call.

—Am, bueno, sería para mantener el calor...

En otra situación, Call diría qué no. Rotundamente no. Cien por ciento no. Pero realmente tenía frío, mucho frío. Sentía como sus dientes castañeaban, y a ese punto, preferiría morir devorado por un elemental pero cálido, qué morir congelado cómo un dinosaurio en la era del hielo. Call asintió imperceptiblemente y, de manera vacilante, envolvió sus dedos en los de Aaron.