Magisterium Shots.

Reparada (part II Jasper X Celia)

Esta parte sigue dedicada a mi chocolate cubierto de algodón de azúcar, una dulzura entre dulzuras: angelitta170

❤❤❤

:v Lente

***

Celia aliso su falda. Volteo a mirar insegura a Tamara.

—¿Estas segura de que me veo bien?

Tamara le sonrió. –Segura. A Jasper se le caerán las babas.

Un sonrojo cubrió las mejillas de Celia en respuesta.

—Gracias.

Le había preguntado a Tamara si podía ayudarla a escoger la ropa. Celia no podía elegir más qué cosas qué le gustarán cómo ropa con caricaturas de comidas o gatitos con mostacho. Y aunque Celia no sabía mucho de citas, sabía que definitivamente gatitos con mostacho no era lo apropiado. Había llevado toda la ropa a la habitación de Tamara y ella le había ayudado. De hecho, le había prestado algunos accesorios. Celia se sintió mal por haber tenido esos malos pensamientos sobre ella cada vez que se acercaba a Callum. Y pensándolo bien, tal vez, Celia había actuado algo paranoica. Tal vez de verdad Callum y Tamara tenían una amistad sincera y ella lo había malinterpretado todo.

¿Y si todo aquello era un error? El salir con Jasper. ¿Y si Celia estaba siendo una idiota al respecto, al apresurarse? Celia mordió su labio, nerviosa. Observó como Tamara empezó a guardar sus accesorios de nuevo, de su cuello colgaba la cadena de la mano de Fátima qué se le había perdido.

—Oye, ¿Tamara?

—¿Sí?

—¿Piensas que Call es lindo?–soltó de sopetón. La expresión qué puso Tamara ante la pregunta podría ser graciosa en otra situación.

—¿Qué? –río.—¿De qué hablas?

—Callum Hunt. Tu sabes. Tu mejor amigo. –Celia, a su vez, empezó a reír nerviosamente. —Mono, cabello oscuro y revuelto. Ojos grises que parecen atravesarte el alma...

—¡Celia! Ya entendí. Bueno... él es un buen chico. A veces. Es decir, tras esa fachada de chico malo qué...

—No me refería a eso. –Celia bajo la vista. Tomó la punta de su falda y la miro como si fuera lo más interesante del planeta. —Pregunté que si le encuentras guapo.

—¿Gua-guapo?

—Um. Sí. Je.

—Vaya...–Tamara parecía perpleja. Ella ladeo la cabeza, frunciendo el ceño. —Bueno, yo no pienso en Call de ese modo. No podría decirte.

—Entonces no lo pienses de ese modo. Piénsalo... Del mío.

Tamara se quedó callada. Celia la dejo reflexionar. Sabía que ese tipo de preguntas le parecían extrañas a Tamara. Celia conocía la desde hace mucho tiempo puesto que sus padres eran amigos, y aunque en el Magisterium no hablaban mucho...Celia sabía lo estrictos qué eran sus padres, el modo en que la informaban del tratado y esas cosas. La entrenaban para qué tuviera un puesto en la Asamblea. Eso le genero un grave deseo de estar informada sobre todo a Tamara, de saber aún más de la magia. ¿Pero en lo romántico? Ella no se preocupaba por los chicos, ellos caían por Tamara, y ella los pisaba sin prestarles mucha atención. Y la verdad es que Celia pensaba que Tamara se aburría de ellos. Lo podía ver en sus ojos. Para ella los chicos no eran más que amigos.

Hasta que llegó Call.

—Pues la verdad si que tiene ojos lindos.–dijo Tamara con dificultad. Parecía como si se hubiera tragado un sapo. —¿A que la pregunta?