Clara (9)

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Pasaron varias semanas.  Rubén y yo habíamos decidido marcar una distancia, pero más que nada por el peligro que entrañaba el vernos. No habían desaparecido las ganas o el deseo, pero el "accidente" de que nos viera Vero fue algo en cierta forma traumático, nos hizo poner los pies en la tierra al ver que no podíamos ir tan happy por la vida, en cualquier momento, en cualquier lugar podía reconocernos alguien y todo podía acabar mal.

¿Entonces, qué hacer? No lo sabíamos. Seguimos sólo hablando a través de whatsapp, pensando en qué hacíamos. Calentándonos a veces contando fantasías, y a veces simplemente pasando el rato hablando de cualquier tontería. No me gustaba ese distanciamiento, pero también nos podría servir para comprobar si esa distancia enfriaría nuestra relación o la haría más fuerte.

A veces las conversaciones a través del whatsapp subían de tono y nos empezábamos a decir guarradas que me ponían a cien. Sus palabras (y sus mensajes de voz) me derretían, y no pude evitar enviarle algún selfie algo picantón. Eso le encantó, estoy seguro de que a duras penas podía resistirse. Para ellos es difícil, lo sé, tener que aguantarse las ganas y estar atado a una simple pantalla.

Luego pensé que era una idea fatal enviarle imágenes con las que no sabía qué podría hacer. Estaba totalmente a su merced. En el instituto nos lo han explicado varias veces: cuando envías una foto por el celular, pierdes por completo su control. Me lo repensé y le dije que por favor las borrara. Él me dijo que no me preocupara. Podían ser un problema tanto para mí, como para él si las veían las personas inadecuadas. Me dijo que él también me habría enviado alguna, pero que no se veía lo suficientemente atractivo. En parte tiene razón, no me acaban de poner las fotos de miembros masculinos, así porque sí...

Hubo una noche en que mis padres habían salido a cenar. Yo me quedé en casa porque no me apetecía y, además, era unan ocasión especial para ellos. Ese día habíamos estado toda la tarde colgados del whatsapp. Empezamos hablando de deberes y terminamos haciéndolo sobre si cantábamos en la ducha, y eso llevo a hablar de cuerpos desnudos, roces, besos, rozamientos... Estábamos on fire antes de que mis padres se fueran. Al salir por la puerta no pude más. Ya iba toda húmeda de nuestras conversaciones cuando le escribí:

-Mis padres han salido a cenar y volverán muy tarde. ¿Te vienes a casa?

Pasaron unos minutos en los que aparecía lo de "Escribiendo..." y "en línea" consecutivamente. Parecía que escribía algo, se lo pensaba, lo borraba...

-Estás loca -escribió finalmente.

-Sí. Va, ven. Cuanto antes llegues, más margen tenemos.

-¿Y si nos pilla alguien?

-Voy sólo con una camisetita. Y nada más ;)

-Voy.

(Continuará con el punto de vista de Rubén...)


Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora