Hasta las Estrellas - Hwarang Girl's Generation Ver. [Primera Versión]

III

CAPÍTULO 3

Esa mañana la princesa despertó animosa, se desperezó dándose cuenta del descanso tan reparador que había tenido, hace mucho no tenía un sueño tan placentero y eso le hizo pensar que su vida mejoraría. Buscó su diario y empezó a relatar la ocasión, había vuelto a escribir desde que conoció a Yul.

Cuando salió de la edificación se percató del día maravilloso que era, aunque brillaba el sol la temperatura no era demasiado alto, es más la brisa constante le traía el aroma de las flores. Podía divisar las montañas claramente, pintadas de dorado por el reflejo del sol. Estaba tan concentrada admirando la naturaleza y un admirable olor a cerezas que no de percató cuando alguien le posó tras ella y le tocó suavemente la espalda al tiempo que decía:

-¡Hola princesa!

-¡Yul me asustaste! -reclamó frunciendo el ceño tiernamente y con las manos en el pecho.

-Lo siento no era mi intención -se disculpó Yul sin poder dejar de reír, había sido bastante divertido- Solo quería entregarte mi regalo antes que cualquier persona lo hiciera.

-Yul ya me dieron regalos -informó seria, pero al ver la cara de desepcion de Yul continúa-. Era broma Yul, eres el primero nadie me ha visto aún.

-Han sido los días más divertidos de mi vida, contigo -empezó Yul con timidez, Taeng no hacía más que mirarlo con ternura-, hice cosas tan simples pero que me ha hecho tan feliz. Conocerte es lo mejor que me ha pasado en años.

-Lo sé -respondió por inercia sintiéndose avergonzada de su imprudencia-, digo, yo también sentí lo mismo. No quisiera que te fueras Yul.

-He sentido miedo Taeng -confesó Yul mirándola a los ojos- cuando pienso en irme y no verte en cualquier momento, siento que voy a enloquecer.

-Pero estoy segura que volverás en unos años -en ese momento Taeng tomó una mano de Yul entre las suyas tratando de alentarlo-, el tiempo se va volando.

-Quiero darte a Ginger -Yul le extendió la maceta con el cactus y Taeng consternada alternaba la mirada entre los ojos del moreno y el cactus- Dicen que toda relación se marchita por la distancia. Debes cuidar a Ginger y si él ha muerto cuando yo vuelva, entenderé que no debo acercarme a ti.

Taeng lo recibió en sus manos como si fuera el mayor honor concebido. Yul sonrió y su corazón se alegró sabiendo que su regalo le había gustado a la princesa.

-Pero es un cactus difícilmente morirá -protestó incrédula- además, nuestra amistad será muy fuerte Yul.

-Por eso te dejo mi cactus y no una flor, eso aumentará las posibilidades de supervivencia -Yul bromeó sonriendo con esa sonrisa pícara que solo Taeng había podido conocer.

-¿Quieres decir que soy despistada? -cuestionó la princesa fingiendo estar ofendida. Yul negó con la cabeza.

- Al parecer eres la princesa heredera -explicó el moreno- y de ahora en adelante estarás muy ocupada; recibirás entrenamiento en estrategias de guerra y leyes, vas a estar agotada y quizá no tengas tiempo para Ginger.

-Tienes razón -razonó y mirando a Ginger continuó-, pero sé que Ginger no morirá y nuestra amistad continuará por años.