IV

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CAPÍTULO 4

OCHO AÑOS DESPUÉS

~Goguryeo año 659 E.C.~

Se acercaba la primavera, aquella hermosa joven de cabello castaño lo podía sentir en el aire aunque el resto de las personas tenían que valerse de cálculos matemáticos para estar preparados.
Con los ojos cerrados se desplazaba por el mercado contando mentalmente los pasos para movilizarse de un lugar a otro hasta que fue sorprendida por su maestro.

-Taeng deja de jugar y vamos a casa -la reprendió, llevándola de la mano.

JiHoon, el simpático hombre de 45 años era conocido en la región por dirigir una academia de espadachines. Él aseguraba a los aldeanos que la joven era su hija, para explicar a los curiosos como es que había regresado con una niña de 10 años que estaba ciega tuvo que decir que había tenido un romance con su madre en uno de sus viajes y que ahora que había muerto él se haría cargo de su hija.

-Pero es divertido ver sin los ojos -se burló Taeng. Su maestro rodó los ojos. Iban ya por un camino solitario hacia su casa.

-Asustas a las personas cuando haces eso -informó serio- Ya sabes lo tontas que son las personas. Deberían de temer más cuando tienes una espada en tu mano.

-¡Papá! -reclamó- ¿Acaso no me dijiste que no presumiera mis habilidades de combate?

-Sí, pero odio como te critican -confesó- Deberíamos darles una lección.

-No suenas como el gran espadachín que eres -avisó Taeng riendo.

-No te estoy hablando como espadachín si no como tu padre -la abrazó por los hombros y continuaron su camino.

Hace 8 años JiHoon la encontró mientras atravesaba el Desierto de Gobi, el fuerte sol y la arena habían lastimado sus ojos. JiHoon rápidamente le aplicó medicina y vendó sus ojos pues podría perder su visión. La llevó consigo a su tierra natal y la presentó como su hija.

Taeng en las noches tenía terribles pesadillas y estaba llena de enojo, JiHoon creyó conveniente enseñarle el arte de la espalda para que logrará vencer sus temores y sacara todo el odio y la ira que la estaban consumiendo viva.

Su tratamiento fue extenso y como estuvo tantos años con los ojos vendados sus demás sentidos se agudizaron, al final su vista de había recuperado casi por completo pero ella sentía que ya no le hacía falta.

-Taeng ¿Porque prefieres no abrir tus ojos? -preguntó JiHoon más adelante, se había guardado la pregunta por años- ¿Fue un error haber curado tus ojos cuando te encontré en el desierto?

-No me da muchas ganas ver el mundo y menos encontrarme con algo bello -explicó- Pero al tiempo me alegra que me hayas curado.

-Dime la verdad Taeng -exigió con cariño- Tu no has olvidado lo que ocurrió antes de conocernos tal como me aseguraste ¿Cierto?

-Ya no puedo mentirte papá. Recuerdo todo claramente, en las noches mientras duermo revivo todos mis recuerdos -confesó con nostalgia- Pero ahora todo es diferente, todo mi pasado está muerto.

Taeng estaba segura de que jamás encontraría alguien que la reconociera, su padre, su abuela, e incluso Yul estaban muertos. Viviría el resto de su vida como una plebeya, tranquila sin las preocupaciones que acompañan a la realeza. No tenía ni el más mínimo interés en reclamar su poder aunque a veces se sentía culpable al recibir los informes de la gente del reino de Silla, quienes eran oprimidos por Jiyoung bajo el régimen del emperador de Tang.

Hasta las Estrellas - Hwarang Girl's Generation Ver. [Primera Versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora