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CAPÍTULO 5

La mañana era fría a causa de la lluvia, Hae se dirigía hacia su taller de carpintería a un lado de su casa. Había cambiado por completo su antiguo oficio de herrero y ahora fabricaba muebles. Iba concentrado en sus labores hasta que se percató de la presencia de Yul en el patio.

¿Qué hacía allí tan temprano? El joven moreno estaba alimentando a un polluelo que había caído de un árbol a causa de la terrible tormenta.

Hae pensaba en cuánto había crecido Yul, era fuerte, valiente y talentoso. Con esa ropa oscura y esa fina vestidura sin mangas azul oscuro que lo hacía ver tan masculino, era lógico que más de la mitad de las mujeres del pueblo lo espiaban en sus entrenamientos. Su mirada penetrante, nariz perfectamente perfilada y sus carnosos labios, piel trigueña, además de su larga cabellera negra en una cola de caballo lo hacen ver atractivo.

A pesar de que creció bien a Hae le preocupaba algo. El chico era noble como sus padres lo habían criado pero la alegría que una vez fulguraba en él se había extinto.

-Debimos haberte dejado morir Yul -Susurró Hae.

ESCENA RETROCESO.

-Este chico no sobrevivirá -informó preocupada la esposa de Hae, tenía grandes conocimientos de medicina-, no tiene razón alguna para aferrarse a la vida.

Yul había estado viajando por varios días buscando a la princesa Taeng, al final Chocolate gastó sus últimas energías en llevarlo a casa. Aunque todo parecía más bien un milagro, Silla y Wa estaban separados por unos cuantos metros de agua que hacían parte del mar, alguien debió asegurarse de que cruzaran, quizá un transportador se conmovió del caballo.

-Claro que tiene una -declaró seguro. Su esposa le lanzó una mirada inquisitiva- Es su más grande amor. Dame unos minutos.

Hae se levantó y caminó hasta una edificación, que era conocida como la casa de reposo. Allí estaban los Hwarang más viejos que sufrían ya la pérdida de memoria o algunos cuantos con enfermedades mentales adquiridas en la guerra.

-Traigan a Yoona -ordenó a los que custodiaban el lugar.

-Señor Hae, ella no está en condiciones para verlo -advirtió un Hwarang que ejercía la medicina y dirigiá el lugar-. Podría empeorar su condición, sería irreversible.

-Ella es solo una niña débil, Yul es uno de nuestros mejores Hwarang -acotó enojado- obedezcan mis órdenes, la balanza ya ha dado una respuesta.

Todos asintieron y Hae salió al pequeño templo que estaba algo retirado de la aldea. Al llegar a él se arrodilló.

-Yushin amigo ¿por qué me has abandonado? -preguntó secando pequeñas lágrimas que amenazaban con salir- Me has dejado un gran peso al pedir que cuidara el secreto de Yul.

Hae hizo una pausa y empezó a llorar, Yushin era su mejor amigo, incluso lo había salvado varias veces. Hasta recordó como Yushin le ayudó a conquistar a su esposa porque él era muy tímido.

-Siempre querías lo mejor para cada uno de tus hijos, no preferirías uno sobre otro. Amabas tanto a Rin que arriesgaste tu vida y tu puesto por conservarla viva. Ella se parece a Rin amigo, eso es un martirio.

Las lágrimas lo detuvieron de nuevo, hasta que una mano se posó sobre su hombro dándole tranquilidad, su esposa compartía el secreto. Con un gesto ella lo invitó a volver, lo estaban esperando para presentar a Yoona ante Yul.

Hasta las Estrellas - Hwarang Girl's Generation Ver. [Primera Versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora