CAPÍTULO I ✅

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ALEXIA

Sola, caminando lo más deprisa que podía con esos tacones de aguja.

¿Por qué habría hecho caso a mi amiga de venir a una fiesta tan aburrida y llena de gente sin escrúpulos? Y lo peor era, que al principio no quería venir, no sé como me había convencido. Supongo que con esa insistencia incansable, Sarah podía convencer a cualquiera.

Estaba en aquel local en donde se celebraba una fiesta, en la cual, nada mas entrar, había perdido de vista a mi amiga, mi mente me decía que saliera de aquel lugar, pero mi parte emocional me decía que bebiera y bebiera hasta olvidarme de que estoy en un país distinto al que nací, hasta que me olvidara de que mi padre encontró a otra mujer que trataba de sustituir el vacío que dejó mi madre.

Y por culpa de que hice caso a mi parte emocional, ahora estaba ahí, tratando de huir de un puñado de chicos que me perseguían.

Todo empezó en la fiesta, cuando se acercaron a mí y les evité e ignoré cuando me hablaban, algo dentro de ellos, seguramente el orgullo, hizo que actuaran de una forma totalmente vulgar.

Me empezaron a molestar, hasta que me harté de ellos y me escapé de aquel lugar. Eran las dos de la madrugada y no había nadie por las calles de Madrid, las voces de los chicos se escuchaban a mis espaldas, entonces supe que aquellos sujetos pretendían seguirme.

Aceleré bastante el paso, tenía tantas ganas de perder de vista a esos hombres que se me rompió un tacón, ya estaba demasiado nerviosa, a eso sumándole que no estaba en mis mejores condiciones, esto podría acabar mal.

Me quité los zapatos, daba gusto poder caminar sin sentir una aguja en el talón de los pies.

Me giré para comprobar si continuaban persiguiendome, ya que no oía nada. Al ver que no había nadie a mi alrededor, me volví a girar para seguir mi camino, pero ahí estaban esos chicos, acorralándome por el callejón del que no tenía mucha seguridad de que fuera a salir ilesa.

Me empezaban a decir cosas sucias y subidas de tono, yo me esperaba lo peor.

Y así fue, me arrinconaron en la pared de algún edificio antiguo y sucio, para que luego todos se empezaran a acercarse a mí más y más.

Estaba entrando en pánico, es una sensación que no se lo deseo a nadie, uno de ellos empezó a manosearme mientras que otro besaba mi cuello, yo solo quería vomitar: ¿Por tener a estos asquerosos a punto de violarme? O ¿Porque me había pasado con el alcohol?

Aunque no estuviera lo bastante sobria como para defenderme, intenté dar alguna que otra patada, claro que, todas eran intentos fallidos.

Podía oír cómo se burlaban de mí y me insultaban.

No quería llorar, era lo peor que podía hacer. Cuando me tumbaron, más bien, me tiraron, en aquel asfalto frío y rugoso, empezaron a subirme el vestido. Estaban hablando con un tono de voz bastante elevado, lo único que deseaba era que alguien los escuchara y viniera a ver lo que pasaba.

Al intentar resistirme, me dieron una bofetada en la cara y luego sentí un dolor intenso en la pierna derecha, como una punzada, me habían apuñalado. Sentía la sangre recorrer mi pierna hasta que goteaba para finalmente, caer al suelo, ahí fue inevitable empezar a llorar y gritar de dolor, porque a parte de que me habían herido, se iban a aprovechar de mí.

La voz elevada de un chico de repente calló, los demás se dieron cuenta y me dejaron a un lado, lo último que escuché antes de verlo todo negro fueron gritos y cristales rompiéndose.

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¡Hola! :)

He decidido resubir esta historia, he cambiado algunas cosas, pero trama sigue siendo la misma.

Espero con mucha ilusión que os guste esta historia.

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