CAPÍTULO EXTRA (I)

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JOEL:

¿Que si la echo de menos? Mierda, la extraño demasiado.

Los meses a su lado fueron los mejores y los peores al mismo tiempo. Estaba tan devastada, y yo tan preocupado por ella que decidió que sería mejor que la dejara y yo siguiera por un camino totalmente diferente al suyo. Nunca debí hacerla caso.

Cuando leí la nota... su nota, me rompió el corazón. Saber que realmente ella no me quería. Ella quería a Ben.

Ben... También le echo en falta. Maldita sea...

En un principio le odié más a ella que a mí mismo. Pero no tenía que ser así. Me tendría que odiar a mi mismo por dejarla sola cuando estaba en un punto crítico de su vida.

Pero eso ya pasó... Aprendí a sobrevivir con ello. Y ahora pienso de manera diferente a la que pensaba ese Joel joven.

Como me dijo Alexia, seguí mi camino. Lo seguí por ella, por nosotros.

Me casé con una mujer estupenda, la quiero demasiado. Las quiero a las dos.

—¡Porfavor! Acaba de romper aguas. —Grito mientras ayudo a mi mujer a caminar.

Los médicos acuden inmediatamente y se la llevan.

—Espera aquí porfavor. —Me dice un doctor.

—Soy su marido, debo ir con ella. —Digo algo desesperado.

—Y pronto estará con ella, solo necesito tomar sus datos.

Después de apenas cinco minutos que me parecieron eternos me acompañaron a la sala de partos.

Raquel estaba sudando y gritando de dolor pidiendo la epidural.

—Ya estoy aquí cariño. —Me acerqué lo más rápido que pude a ella y le cogí la mano.

Media hora después un llanto calló los gritos de Raquel. Un llanto precioso, el llanto de la vida.

—Felicidades, es una niña. —Dice  la enfermera envolviéndola en una manta.

Miro a Raquel con la sonrisa más grande del mundo, pero no noto en ella la misma emoción. Entonces, todo parece pasar a cámara lenta.

Unos pitidos bastante acelerados empiezan a sonar y yo me empiezo a agobiar. Repito su nombre varias veces mientras la zarandeo.

—¡Raquel! ¡Despierta porfavor, despierta! ¡Raquel! —No recibo respuesta. 

Esos pitidos dejan de sonar para dar paso a un pitido sin fin que logra romper mi mundo.


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