ALEX
El día de la gran boda, se podía notar la ilusión que me hacía cuando me desperté a las dos de la tarde. Quedaban 4 horas para que todo eso empezara.
Mi padre me había dado dinero para que me comprase un vestido bonito y elegante, que no fuera muy atrevido. ¿Le hice caso en lo último? No.
Finalmente el vestido que me compré era azul marino, con adornos dorados en la parte del torso y un escote pronunciado. Los combiné con unos zapatos de cuña altos. El pelo lo llevé suelto y liso. Es sencillo si, pero que menos, mi padre se iba a casar.
Me duché, me maquillé, un maquillaje sencillo, la raya de arriba, rimel y algo de sombra.Cuando bajé ya todos estaban menos Carol, mírala cómo se hacía esperar.
—Hija, gracias. —dijo cogiendo mis manos y abrazándome. Él agradecía el gesto de ir a la boda... "Bien vestida. "
—Te lo mereces papá.
Pasé la vista por los hermanos, Sofía llevaba un vestido amarillo chillón, más feo que ella. Óscar llevaba un traje azul marino con corbata rojo granate.
Se acercó a mí y sin que dijera nada, dije: —Vivo el presente, Óscar. No significa que tenga que llevarme bien con Carol. Lo acepto pero no voy a llegar a tanto.
Óscar sonrió y miró hacia los lados. Mi padre se había ido a la cocina y Sofía le había seguido.
—Te ves preciosa. —Dijo en un susurro cerca de mí oído. Me ruborizé y él lo notó, a lo que sonrió.
—Tú también, pero... Hablemos de tu hermana. —Dije mirando hacia la puerta de la cocina como si pudiera verla. Ante este comentario, Óscar se rió a carcajadas.
—Bueno, creo que ese es un caso a parte. —rió. —Se lo eligió mi madre, tengo que admitir que su gusto es horrible. —Reímos.
Tocaron el timbre y mi padre abrió la puerta.
—¿Quien eres? —Respondió mi padre.
—Buenas, me llamo Joel...
—No queremos nada, gracias. —Y cerró la puerta.
Fui corriendo hacia la entrada.
—¡Papá! Es un amigo.
Abrí la puerta y encontré a Joel soltando una risita. Me sorprendí de que estuviera aquí. Que por cierto, Ben aún no había venido.
—¿Qué haces aquí?
—Buenas tarde Ale. —Recordé el mismo momento que tuve con Ben.
Rodé los ojos, pero ni siquiera me importó el hecho de que me llamara Ale.
—Buenas tardes Joel. —respondí. —¿Qué haces aquí? —Rió.
-—Querida Ale, soy tu nuevo acompañante. -—Anunció tediendo la mano.
—-¿Qué? ¿Dónde está Ben?
—El otro día jugando a baloncesto se torció el tobillo y la mano. —ahogué un grito y abrí bastante los ojos.
—¿Y que tal está? —Dije algo desesperada. Ya sé que iba a hacer después de la boda.
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Siempre Fuiste TÚ
NonfiksiDejarlo todo atrás y vivir en una nueva ciudad en España para mudarte con unos desconocidos que pretenden ser tu familia. Nunca lo serán. Lo he pasado mal desde el primer día que llegué a Madrid, cuando salí de fiesta con mi amiga. Pero quien iba...