Capítulo cuatro. Parte II —Behind the Scenes.
Tenía la mirada perdida en el suelo de mi habitación, mientras Sharon jugaba algún tonto juego en su celular. Pude oír su gruño frustrado y luego el estruendoso ruido del celular caer contra el piso. Lo primero que pensé fue que la pantalla se había roto. Pero con la suerte que tiene Sharon no, me mira tratando de encontrar mis ojos, los cuales se posan en los suyos incómoda, entre el silencioso momento su risa inunda el cuarto.
— ¿De qué te ríes? –Pregunto confundida, aunque no debí, no quiero tener otra rara confesión de mi mejor amiga. Lo único que faltaba era que dijera: — ¡Oh ___, estoy enamorada de ti hace demasiado tiempo!, ahora que lo sabes, no sé, ¿nos casamos?
Aunque la verdad yo creo que eso ya es tener demasiada imaginación.
— ¿Enserio creíste que era cierto que me gustaban las chicas? –Su rostro no mostraba nada más que diversión, todo lo contrario al mío, que mostraba confusión.
—¿La verdad? Sí. –Ella sigue riendo, hasta que su risa va desvaneciendo, debido a que mi madre había entrado a la habitación.
—Veo que están muy alegres por acá. –Nos sonríe, yo no estaba feliz, no del todo, todavía me sentía deprimida por el concurso el cuál no había sido escogida.
Antes de que pudiera contestar el teléfono de la casa suena, casualmente mi madre lo tenía en su mano, mira el número en el identificador de llamadas y sonríe.
—Para ti ___. –Me lo entrega y miro confundida el aparato entre mis manos.
—¿Cómo sabes que es para mí?
—Tú solo contesta mi amor. –Bromea mi mejor amiga guiñando su ojo derecho, rodeo los ojos y coloco el teléfono en mi oído.
— ¿Bueno? –Pregunto sin saber quién es.
—Buenas, ¿hablo con ___ Parker? –Pregunta una voz de mujer al otro lado. Asiento estúpidamente como si pudiera verme.
—Sí, con ella. ¿Pasa algo?
—Bueno, quería informarte que, Dios esta voz harta. –La mujer que yo creía que era gruñe y su voz se vuelve gruesa. ¿Qué diablos?
—Perdón, creo que está equivocado. –Estaba a una milésima de segundo de cerrar cuando siento que la extraña voz de homujer (hombre + mujer = homujer) me habla.
— ¡No espera, no cortes!
— ¿Ethan? –Pregunto al poder reconocer su grueso (pero no tanto) tono de voz.
—¡Sorpresa ___!
Puedo sentir la risa de Sharon a mi lado, ¿qué estaba ocurriendo aquí? Las observo con mi mejor rostro de confusión, mientras ellas sostenían una sonrisa que mostraba complicidad pura.
—Es que Ethan es gay y quiere confesar…—Interrumpo a Sharon antes de que diga otra barbaridad como la anterior.
—Sharon, yo creo que debes ir al psicólogo, tienes un problema demasiado grande con la sexualidad de la gente, hablo enserio.
—Bueno ___, quería decirte que fuiste una de las escogidas para ir al concurso. ¡Felicidades! –Creo que me iba a desmayar. ¡Me escogieron! ¡Tanto intentándolo y lo hicieron!
Sharon me abraza al comprender que Ethan ya había dicho la sorpresa, creo que podía notarlo por mi sonrisa, aunque ya mi mandíbula empezaba a doler, no podía parar de sonreír, ¡esto era genial!
—Enserio te lo merecías ___. –Sharon dice a mi lado, mi papá llega a la habitación y me abraza, al igual que mi madre.
— ¿Estás llorando ___? –Pregunta enternecido mi instructor al teléfono.
—Cállate Ethan. –Susurro sollozando en el hombro de mi mamá, ojala este momento durara para siempre.
—Bueno ___, mira, si ganamos el concurso, porque es obvio que lo ganaremos, con el dinero que nos den nos iremos de fiesta con Justin Bieber. ¿Te parece? –Dice Sharon y la miro como si le hubieran crecido tres cabezas.
—Lo dudo mucho Sharon.
—También podemos invitar a Lindsay. Aunque este un poquito loca, pero igual la quiero.
Lindsay es la hermana menor de Sharon, es una dulzura, tiene 8 años, es una niña que pareciera que estuviera mal de la cabeza. De tantas ideas ocurrentes que le salen. Yo creo que ya sé de quién lo sacó.
—La quiero, la quiero matar. –Abro los ojos al tope y mi mejor amiga ríe fuertemente. –Es broma.
—Bueno ___, mi trabajo aquí está hecho, te veo la próxima clase con tu madre para organizar todo. Adiós a todos. –Se despide y cuelgo.
— ¡Me escogieron! –Grito y abrazo fuerte a mi mejor amiga. Tanto que creo que estaba a punto de morir por asfixia. Pobre.
— ¡Felicidades ___! –Asoma mitad de la cabeza mi papá en la puerta de mi cuarto, dentro todos estábamos con una sonrisa en nuestros rostros. Podía sentir como la felicidad saltaba en mis ojos.
— ¡Esto hay que celebrarlo! –La rubia que tenía al lado da la maravillosa idea de comprar pizza.
Cosa que mis padres aceptaron para celebrar esto, tenía unas inmensas ganas de interrogar a Sharon sobre si esta era la sorpresa de la cual me habló hace unos minutos atrás, cuando ellos se fueron de mi habitación salto a la cama y miro a mi mejor amiga impaciente cuando espero la respuesta de la pregunta que le había hecho.
—Sí, sí era esa la sorpresa, ¿te gustó? –Se sienta a un costado de mi cama, sonriéndome.
—La verdad, creo que es la mejor sorpresa del mundo.
Nueva York allá te veo.
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