Capítulo cuatro. Parte I

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Capítulo cuatro. Parte I –Behind the Scenes.

Solo cerré mis ojos, para no tener que escuchar los nombres de los demás en vez del mío. Para poder analizar que no había quedado. Que yo no estaba entre esos que habían nombrado. Sentía los brazos de mi madre alrededor mío, tratando de reconfortarme, pero nada llenaría el vacío que sentía ahora. Al abrir mis ojos podía notar la mirada de Ethan puesta en mí. Solo quería irme, este lugar solo empeoraba las cosas.

— ¿Mamá podemos irnos ya? –Pregunto en susurro, ella asiente comprendiendo el motivo.

Caminamos hacia la puerta, sin antes voltear la cabeza al sentir que mi coreógrafo me llamaba.

— ¿Te vas? –Me mira confundido, ¿por qué me miraba así? ¿Acaso no notaba mi estado?

—No sé qué hago aquí de todos modos.

—Ethan, yo creo que mejor nos vamos, ella se siente muy mal y creo que debería descansar. Nos vemos. –Le agradezco internamente a mi mamá por hablar. Ethan asiente y nos vamos hacia la puerta.

En el auto no paraba de lagrimear, sabía que no iba a quedar, y muy pocas veces tengo razón, pero lastimosamente en esta si la tuve. Mierda.

No podía dejar de llorar en mi almohada como lo había hecho años atrás. Mi padre entró a la habitación, con un rostro que mostraba preocupación por mí.

—No estés mal, verás que tendrás mejores oportunidades. Todo lo bueno llega. Verás. –Me consuela con una sonrisa pero nada podía hacerme estar mejor. –Sharon te está buscando abajo. ¿Le digo que suba?

—No quiero hablar con nadie pa. –Volteo mi rostro para no tener que verlo.

—Igual le diré que pase. –Se levanta sin antes besar mi frente, cierra la puerta y a los minutos podía sentir como se abría de nuevo.

— ¡Amiga no sabes cuánto lo siento enserio! –Sharon corre hacia mí para abrazarme, me sentía feliz por ella, aunque sea mi mejor amiga sí había quedado.

Mentía. Por más que quisiera sentirme feliz por ella no podía.

—Sé que estas devastada, pero tranquila, te metéras en mi maleta y aunque peses te llevaré arrastrando y nadie se dará cuenta, ya verás. –Me sonríe ante su “grandiosa” idea, que era más que obvio que no funcionaría.

—Sharon, ya sé que soñar no cuesta nada, pero no es necesario que me lo recuerdes. –Coloco mi mano en su hombro riendo, ella me mira seria, pero en sus ojos se notaba el brillo de que quería reír.

—Bien, nunca más trataré de ayudarte en algo ___. Nunca aprovechas mis ideas, después me dices que soy tu mala mejor pero sexy amiga.

—Yo nunca dije que eras sexy, pero lo demás sí. –Confieso y ella se levanta de mi cama.

—Esto se acabó ___, más nunca me vuelvas a llamar, terminamos. –Dice y se dirige a la puerta, con la acción de salir.

— ¿Somos novias? –Pregunto con la ceja enarcada y con una sonrisa burlona.

—Éramos preciosa. –Me guiña un ojo y suelto una gran carcajada, ella sí sabía cómo hacerme reír, aunque por dentro estuviera destrozada.

—Ya basta enserio. –Le digo aun riendo, ella vuelve a entrar a la habitación cerrando la puerta.

—Ya pero no estés triste ¿sí? Te haremos una sorpresa así no estarás deprimida. –Me sonríe y le pregunto curiosa:

— ¿Qué clase de sorpresa?

—Una que sé que te encantará y no te diré más, no quiero arruinar nada. –Me guiña el ojo y seco las lágrimas que se me habían escapado de tanta risa.

—Sharon, siempre tuve esta pregunta: ¿Eres lesbiana? –Pregunto entrecerrando los ojos con mi rostro serio.

Ella me mira igual como yo la miré, y asiente.

¿¡Mi mejor amiga me acaba de decir que es lesbiana!? 

Behind the Scenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora