Capítulo 4. "Provocaciones"

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Y no pudo evitar mirarla. Se fijó instintivamente en sus senos. Juntos. Unidos por ese precioso sujetador. Relamió sus labios. Los estaba mirando y no podía dejar de hacerlo. ¿Y si ponía uno de ellos en su boca? Joder... la idea se le hacía muy apetecible. Ella se le hacía muy apetecible. Y esas piernas... ¡mierda! Un semáforo de nuevo. Detuvo el auto y miró como pudo aquellas deliciosas piernas, pero sin hacer ningún comentario al respecto. Al mismo tiempo, Camila logró cruzarlas, subiendo aquella mini falda un poco más, dejando ver muy bien los muslos. Lauren tragó saliva. La estaba poniendo. Y lo siguiente que haría ella... la terminaría excitando aún más. La vio acomodarse el cabello para atrás, sus senos se mecieron hacia adelante. Algo incómodo entre las bragas de Lauren. Sí, la estaba poniendo y no dudaba en pensar que ella tal vez lo hacía a propósito. De pronto, Camila abrió un botón de su delicada blusa. Joder, ¿Qué hacía? ¿Por qué lo hacía? La estaba desesperando demasiado. Muchísimo... perdería el control en menos de lo que esperaba si Camila seguía con ese estúpido plan. ¿Jugaba con ella? mejor que no supiera de lo que Lauren era capaz de hacer... si se lo proponía... si ella se lo pedía... la podría estaría metiendo la cabeza entre las piernas ahora mismo.

Camila desabotonó el segundo botón. Algo molestaba los interiores de su sujetador, pero no podía alcanzar a ver que era. La luz del semáforo dio en verde de nuevo. Lauren condujo rápido esta vez, ella pudo sentir la velocidad con la que corría. Se volteó a mirarla, su pierna derecha apretaba con fuerza el acelerador. Y todo eso... no hacía más que excitarla aún más... había estado haciendo muchas cosas para llamar la atención de Lauren. Quería inquietarla y no tenía idea de por qué. Quizá solo se debía a que era lo suficientemente guapa y había llamado su atención. Pero... ¿no se atrevería a nada más? Volvió a abotonarse.

Tiró su cabello para atrás esta vez, dejando que Lauren emanara todo el olor de su cuerpo en tan solo pequeños segundos. Y ella se lo imaginó todo... joder, sí, sí, sí ¡Sí! le tenía muchas ganas... aún más después de a ver olfateado el delicioso perfume de su cuerpo. No dudó ni un segundo en lo que sentía, no veía el momento de llegar a su casa, verla dormir en su cama... y... aunque no pudiera follarla, ella mismo se haría el favor de satisfacerse pensando en su cuerpo. Camila regresó el cabello. Una vez más, la ojiverde tuvo la oportunidad de sentir su delicioso perfume... había sido todo.

- ¿Quieres parar de hacer eso? - detuvo el auto. Camila giró la cabeza.

- ¿El qué?

- Me estás provocando. - Dijo con descaro.

- Pero qué...¿qué dices? - preguntó fingiendo estar indignada. Sabía perfectamente lo que había estado haciendo.

- Eso nena, me estás provocando. Y mucho... - le dijo. La miró a los ojos. Camila entreabrió los labios. Vaya, había logrado su cometido. - ¿Crees que no me he dado cuenta?

Ella se mordió el labio, una auténtica manía que volvía loco hasta al más santo.

- Yo...yo no quería... - murmuró sin antes pensar en lo que diría.

- Ya... -Lauren cerró los ojos, apretó el timón de su auto con fuerza. El edificio de su departamento estaba justo en frente de ella. Sus músculos se tensaron. Las fantasías se volvieron más fuertes. La había deseado desde que la había visto en aquel banco. La deseaba muchísimo. Toda su mente y su cuerpo se lo estaban ordenando. La quería en la cama, desnuda, mojada, gimiendo. La quería envuelta en llamas mientras la follaba con una fuerza brutal. Su excitación crecía y sus ganas mucho más. - no tienes que decir nada... - Tuvo que hacer un gran esfuerzo para soltar el timón y controlarse a sí misma con ella a su costado. - es solo que... no lo sé... - mojó sus labios. - me encantas...

Camila tragó saliva.

- Acabas de conocerme...

Vaya, ese detalle se había ido de sus manos. Para Camila, era la primera vez que se veían. Pero no para la pelinegra.

Las manos de Lauren tocaron las piernas de Camila. Subiendo desde su rodillas hasta el límite de sus muslos. Tocándola toda. Ella no hizo nada al respecto para detenerla... al contrario, se dejó hacer por ella.

- ¿Y qué? ¿no puedo decir que me encantas por eso? - murmuró la mayor, con una vez ronca que hizo que Camila se diera cuenta del estado en el que se encontraba.

Una vez más, volvió a tocarla... de arriba hacia abajo... sin temor a nada. Sin límites. Pero sus manos esta vez llegaron más allá. Tocando así primero las caderas y siguiendo por su contorneada cintura. Llegó al punto donde tuvo que detenerse. La miró. Estaba tocando sus senos. Subió más, llegando hasta su cuello... caliente... caliente por ella, se lo acarició y le apartó el cabello colocándolo tras su espalda, para esta vez aplastar su nuca con sus manos y atraer su rostro hacia sus labios. Sus bocas estaban a centímetros de distancia. Sus alientos ya podían tocarse.

- No... - murmuró ella. Envuelta en una nube de lujuria. - No Lauren yo...

- ¿? ... - la dejó hablar, observando la comisura de sus labios. Deseando tanto comerse esa boquita.

- Es que...

- ¿No quieres?

- Acabamos de conocernos...

- Podemos conocernos mejor. - la besó en la boca. Camila cerró los ojos al sentir su acogedor aliento abrazar el suyo. Los labios de Lauren se movieron sobre los suyos, lento... lento...muy lento... un movimiento tan sensual que hasta la misma Camila se calentó aún más. Estaba jugando con sus ganas. El labio inferior de Lauren quedó entre los dos labios de ella, mordiéndoselo... Está le abrazó la cintura con fuerza. Su respiración agitada hizo que Camila se tensara. Era demasiado como para poder sobrellevarlo. Demasiado, como para poder prohibírselo a sí misma. - déjame esta noche... por favor... - le rogó ella.

Camila asintió casi al mismo tiempo. No podía negarse. No quería. No deseaba negarse. Lauren... era más que una simple tentación.

TENTATION. |Camren| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora