Capítulo 14. "Impulsiva."

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Se secó el cabello con la toalla de manos. Liberó su cabello y lo alborotó en su cabeza. Solo traía unas braguitas negras que la hacían jodidamente sexy. Buscó esa blusa transparente que tanto le gustaba para ponerse esa noche. Revolvió su ropa, en busca de ella...

- ¿Vas a salir? - la voz de Lauren la hizo saltar en su sitio. Se volteó de inmediato y se cubrió los senos con sus brazos. Tragó saliva. Lauren la miraba sin abstenerse de nada. Sin remordimiento. Sin vergüenza. Sin miedo.

- ¿Qué...qué haces aquí? - le dijo estupefacta. Observó las puertas de cristal, que daban a su balcón, abiertas.

- Perdón por no entrar por la puerta, supuse que no me abrirías.

Ella asintió sin saber que decirle. Cuando pudo reaccionar, se percató de que estaba semidesnuda antes sus ojos. La ojiverde le dedicó una bonita sonrisa.

- Tenía miedo... - le susurró, acercándosele peligrosamente. Camila mordió ligeramente su labio inferior, sin dejar de cubrirse los senos. Mientras la mayor se acercaba, empezaba a ponerse aún más nerviosa... y a inquietarse mucho más. - no sabía si este balcón daba a tu departamento...

- No quiero que vuelvas a entrar por ahí...

- Lo que tú me pidas. - a centímetros de ella, mojó sus labios y miró los de ella como el punto que deseaba besar ahora mismo. Se estaba excitando muchísimo con solo verla así. Moría por quitar esas manos de ella misma. Por quitárselas a base de besos. De mordidas. - ¿sigues enfadada?

- Lo estoy ahora. No me gusta que entres así... sin avisar...

- Perdona. - le dijo Lauren. Bajó la mirada, estar tan cerca a ella le inducía a mirar sus bonitos senos aún escondidos. - quería verte...

- ¿Justo ahora?- Camila le miró los labios. Joder. Que poderosa podía llegar a ser.

- Sí, justo ahora. - se miraron. Ambas comiéndose los labios con la mirada. - no he dejado de pensar en ti en todo el día. - colocó sus dos manos sobre las de ella. Camila soltó un leve gemido, casi inaudible, lo que hizo que Lauren se tensara aún más. - ¿puedo... - bajó lentamente las manos de Camila y al mismo ritmo, se inclinó para besar suavemente uno de sus senos. Hizo lo mismo con sus pezones erectos.

- Lauren, detente...por favor...

Pero ella hizo lo contario. Casi como siempre, rompiendo las reglas. Terminó de pasar su lengua por el cuello de la castaña. Haciéndola gemir esta vez más fuerte. Al concluir, le miró la boca una vez más. Y más y más... sin probarla todavía... quería que ella fuera quién lo hiciera, que ella se abalanzara ante sus labios y se los comiera. Y así lo hizo. Sus ganas fueron más fuertes que su propio autocontrol. Se abalanzó ante Lauren y unió sus labios con los de ella. Está los abrió ligeramente, invitándole a que metiera su lengua en su dulce boca. Pero la pelinegra lo hizo primero, sin aguantarse, mientras abajo sus manos apretaban el cuerpo de Camila contra el suyo. Piel con piel. Moría por desnudarla completamente. Aunque de esa manera, ya era más que suficiente. Le apretó la espalda, bajando sus manos por su culo... se lo tocó, Camila se le separó un poco al sentirlas, pero no logró conseguir la fuerza suficiente como irse, al contrario... sus pequeñas manos se metieron bajo la camiseta de Lauren, tocándole aquel definido abdomen. El tibio tacto de su piel la hizo estremecer. Era muchísimo. ¿Qué les estaba pasando? De un momento a otro...el hecho de verse... se había convertido en una necesidad.

De pronto, la puerta principal del departamento de Camila los interrumpió.

Camila abrió los ojos.

- Chris.- susurró ella, apretándose los labios. Se separó de Lauren y buscó algo de ropa entre sus cajones.

- ¿Quién es Chris? - logró preguntarle Lauren. Mientras la miraba cambiarse. ¿Cómo haría para que la excitación se le bajara?... si cada vez subía más y más...

- Es un amigo. - le contestó ella, colocándose una camisa a cuadros. Lo primero que había encontrado.

- ¿Y por qué...

- Voy a salir con él.

Lauren endureció los pómulos, sin darse mucho a notar. Camila intentó arreglarse un poco frente al espejo. ¿Por qué se arreglaba tanto para ese tipo? Pensó la ojiverde.

- ¿Es tu novio?

- Te dije que era un amigo.

- Perfecto. - salió de la habitación de ella y caminó por el pequeño pasillo hasta llegar a la puerta principal. Camila entreabrió los labios y no tuvo otra opción que salir como estaba hacia el exterior.

- ¡Lauren! - gritó, cabreada. Pero ella ya había abierto la puerta.

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